Si con la escala triple del día anterior no hubiésemos tenido suficiente, cuando sólo habian pasado unas horas desde que los tres colosos dejaran vacíos los muelles, A Coruña recibió dos nuevos visitantes. En este caso fueron el Discovery y el Silver Explorer.

El Silver Explorer maniobrando durante su atraque.

El primero en recalar en la ciudad fue el Discovery, que llegó poco antes de las 09:00 horas procedente de Gibraltar tras varias jornadas de navegación sin tocar tierra. El Discovery, todo un clásico de los mares, es un habitual en nuestro puerto y desde hace ya bastante tiempo nos suele visitar un par de veces por año correspondiendo su última visita a mediados de septiembre del pasado año.

El Discovery asomando por el Castillo de San Antón.

El Silver Explorer, por su parte decidió no madrugar tanto y hasta pasadas las 12:00 horas no se le vio por las inmediaciones de la Torre de Hércules. El pequeño buque de la naviera Silversea procedía del puerto de Leixoes y tras llegar a las instalaciones portuarias atracó por detrás del Discovery tras realizar un giro de 180 grados.

Si sumamos al desembarco del dia anterior los pasajeros y dotacion de estas dos naves tendremos que en tan sólo 48 horas el puerto de A Coruña recibió a un total de 7.700 personas, lo que supone todo un récord.

El Silver Explorer a su llegada a A Coruña.

Lejos del tamaño mastodóntico de dos de los integrantes del terceto del día anterior, el AidaBlu y el Brilliance of the Seas, nuestros dos protagonistas de hoy no destacan por su tamaño el cual podríamos calificar de discreto, pero en su currículo tienen otras muchas virtudes que los hacen destacar en muchos aspectos. Vamos a repasar algunas.

Empezando por el Discovery. Su grácil silueta ya delata que no forma parte de las tendecias actuales de la construcción naval donde la función (apilar a cuanta más gente mejor) está por encima de la forma. El Discovery nació por el año 1972 cuando era impensable tener que construir enormes cajas flotantes que albergaran 4.000 almas puesto que no existía tal demanda. Por no existir no existía la industria cruceristica tal y como hoy la conocemos. Esa industria nació a finales de los 70 y gran parte de la culpa la tuvo una serie de televisión que cambió la imagen que hasta ese momento se tenía de los viajes de crucero como una forma elitista de ocio y muy alejada de la realidad.

La bella silueta del Discovery  refleja claramente que nos hallamos ante 
un barco clásico.

El Discovery, mal que le pese, carga con la cruz de tener un hermano famoso y es que su buque gemelo no es otro que el legendario Pacific Princess, el barco protagonista de esa serie que lo cambió todo, la icónica «Vacaciones en el Mar» («The Love Boat» en su nombre original). Y es una cruz porque siempre es un fastidio vivir a la sombra de otro.

El Discovery «mirando» a la cámara.

De todas maneras el Discovery (que por aquellos años se llamaba Island Princess) también «chupó cámara» y en muchas de las escenas de la serie sale haciendo de doble de su hermano asi que tampoco se puede quejar ya que de alguna manera ha compartido su fama. Hace ahora unos meses se supo que el Pacific, conocido desde su participación en la serie como «el barco del amor» y que no ha envejecido tan bien como su gemelo Discovery, sería enviado al desguace en breve, de lo que deducimos que una vida de fama y reconocimiento no siempre tiene por que tener un final feliz. No hay sitio para el amor en el mundo de los negocios…

El Silver Explorer por su parte no cuenta con una familia tan famosa como el Discovery, pero al menos si es integrante de una de las mas aristócratas de la industria crucerística; de hecho su naviera Silversea es una de las compañías más lujosas dedicadas a los viajes de placer por mar.
Eso si, de toda la flota de buques que componen la compañía francoitaliana el Silver Explorer es el miembro «díscolo»de la familia y a diferencia de los tradicionales cruceros que ofrecen sus hermanos en un ambiente de lujo sin límites, nuestro explorador de plata tiene un espíritu más aventurero y como su propio nombre indica se dedica a navegar por las zonas más inhóspitas del planeta.

Así durante el verano el Silver Explorer realiza cruceros por el Círculo Polar Ártico, con escalas en Svalbard, Islandia y Groenlandia, mientras que en invierno las rutas son desde America del Sur por la Antártida. Cuando el Explorer cambia de hemisferio realiza los llamados cruceros posicionales que son los que lo traen hasta nuestra ciudad por estas fechas. Dichos cruceros tienen una gran aceptación por tener un precio más asequible y una mayor duración que los habituales.

Arriba: Silversea, pero algo más: La inscripción de la chimenea ya revela el carácter aventurero del Silver Explorer.
Abajo: La aventura no tiene porque estar reñida con el lujo y en el Explorer se pueden ver algunos camarotes con enormes terrazas.

A las 17:00 horas el Discovery reemprendió viaje con destino a la ciudad inglesa de Portsmouth. Su próxima visita a nuestra ciudad no tendrá lugar hasta el próximo año. Por su parte el Silver Explorer prolongó su estancia en A Coruña hasta bien entrada la noche y sobre las 23:00 horas abandonó las instalaciones portuarias rumbo a Bilbao continuando su búsqueda del Polo Norte. Con su salida se puso el punto y final a 48 horas de actividad frenética en los muelles con la visita de 5 naves de pasaje.