No se asusten; el título está bien pese a que el protagonista de hoy ondee bandera de Bermudas. Éste no es otro que el Oriana, que el pasado día 4 abrió la nómina de visitas en A Coruña para este mes de noviembre. Procedente de Cádiz el buque de la naviera P&O, clásico entre clásicos del muelle herculino llegó poco antes de las 07:00 horas tras una travesía que no debió de ser del todo placentera en su parte final como atestiguaba el aviso naranja en la costa por mar combinada y olas de hasta 5 metros; nada que no puedas esperar encontrarte realizando un crucero por el Atlántico en estas fechas. Una vez en tierra los 1.900 pasajeros que traía a bordo el Oriana tampoco pudieron disfrutar demasiado con el clima que les recibió, un día más propio de invierno pero que no impidió callejear a los más osados huéspedes del crucero inglés.

Un día invernal recibió al Oriana.

Inglés hasta la médula como su naviera. Que la P&O es británica es algo que todos los que tienen nociones básicas del mundillo naval conocen. Unicamente habría que matizar que desde 2003 la compañía vive bajo el amparo del gigante norteamericano Carnival Corp., el mayor conglomerado crucerístico mundial y que abarca un total de 9 marcas distintas, pero en lo esencial P&O sigue siendo más inglesa que el te de las cinco; una naviera británica para el mercado británico pero, ¿y si les digo que esta compañía «british» por los cuatro costados tiene un corazoncito español?. Puede que no me crean pero la prueba está ahí, en la bandera de la compañía. Si aún siguen sin verlo claro les pondré en antecedentes.

Con más de 175 años a su espalda la P&O puede presumir de ser la naviera más longeva de todas las que hoy en día se dedican al negocio de los cruceros. Es evidente que hace casi dos siglos su cometido era otro; el transporte de mercancías, pero el germen del que surgió la compañía que actualmente conocemos brotó allá por la década de los 30…. por 1830 quiero decir. La naviera fue creada por Arthur Anderson, un marino recién retirado que para hacer algo de dinero se unió a Brodie Wilcox, un corredor marítimo, con el objetivo de establecer una línea marítima regular que le otorgara unos buenos dividendos. Tras unos inicios que se movieron, digámoslo así en la delgada línea entre la legalidad y la ilegalidad, se estableció un recorrido regular entre el sur de Inglaterra y la península ibérica. De esta línea surgió el nombre original de la compañía: Peninsular Steam Navigation Company. Tres años más tarde la naviera se hizo con un segundo contrato entre las islas británicas y Alejandría (Egipto) vía Gibraltar y Malta donde la compañía añadió la «O» que actualmente figura en su nombre (que viene de Oriental). De ahí lo de la P&O: Peninsular & Oriental. Conocido ya el origen de la denominación de la compañía ahora vamos con el tema de la bandera.

 
¿Que se esconde tras la bandera de la P&O?
 

Cuando se fundó en 1837, es decir, cuando los negocios de la compañía sólo se circunscribían a la línea entre las islas británicas y la península, Wilcox y Anderson idearon una enseña para su nueva naviera y lo hicieron tomando como base la ruta en la que trabajaban. Así la bandera de la P&O está compuesta por cuatro triángulos de colores azul, blanco, rojo y amarilllo respectivamente. Los colores no fueron escogidos al azar; representan a las dos naciones presentes en la península ibérica: los obvios rojo y amarillo en referencia a España y el azul y blanco haciendo alusión a Portugal. Si estos dos últimos colores no les casan con nuestros vecinos lusos es porque el azul y el blanco eran los colores monárquicos que representaban a Portugal en la fecha en la que se creó la P&O (los actuales colores verde y rojo de la bandera portuguesa representan al país «sólo» desde la revolución republicana de 1910). ¿Quien ha dicho que este blog no fomenta la cultura y el aprendizaje?.

Eso sí lucir los colores de los dos países en su bandera no fue gratuito. La aprobación  de su uso estuvo supeditada al apoyo de los fundadores de la naviera a los intereses legitimistas en las respectivas guerras civiles sucedidas en España y Portugal en esa época. Y ahí sigue ondeando casi dos siglos después con sus cuatro simbólicos triángulos de colores, siempre situados, eso sí, en el orden correcto. Para que la tripulación de la naviera sepa cual es la disposición adecuada de la bandera (no vaya a ser que la colguemos un día al revés) existe una regla mnemotécnica mediante un verso muy popular para indicar la posición de cada color: «Blue to the mast, Red to the fly, Yellow to the deck and White to the
Sky»!
(si se lo traduzco pierde la rima).

El mástil a proa del Oriana luce con orgullo los colores de la naviera de la P&O, y además en el orden correcto como reza el verso: azul hacia el mastil, rojo flameando al viento, amarillo hacia cubierta y blanco hacia el cielo.
Volviendo a la escala del pasado martes tras pasar en la ciudad toda la mañana a primera hora de la tarde el Oriana puso fin a su sexta y última escala del año en A Coruña para dirigirse a su siguiente destino y punto final de su singladura, el puerto de Southampton. El mar revoltoso que lo recibió a primera hora del día seguía esperándole tras doblar el dique de abrigo, el cual además de incomodar a alguno de los pasajeros que iban a bordo sirvió para demostrar las sensacionales cualidades marineras de este excepcional navío. 
 
El mar agitado quiso su cuota de protagonismo durante la salida del Oriana.

 En 2015 y como no podía ser de otra forma volveremos a ver al Oriana surcar aguas coruñesas, un año muy especial para el buque de la P&O por un doble motivo: por un lado la celebración tan especial de su 20 aniversario y por otro el estreno de su nueva imagen exterior incorporando los nuevos y tan polémicos colores de la naviera británica… británica, pero con una nota de color española (y portuguesa) en su bandera.


El Oriana nos visitará de nuevo el próximo año.