El desembarco de Normandía, ese acontecimiento que supuso un punto de inflexión en la II Guerra Mundial, tuvo lugar el 6 de junio de 1944. Fue una operación de caracter ultrasecreto cuyo nombre en clave era Operación Neptune pero que pasó a la historia siendo conocida como día «D». Desde entonces esta expresión ha quedado en el lenguaje coloquial para referirse a aquellas fechas cuya transcendencia tiene un significado relevante por uno u otro motivo; para los shipspotters coruñeses 2015 tiene muchas fechas importantes marcadas en el calendario pero el día «D» fue este pasado 11 de junio, un día que marca un antes y un después en la historia del puerto herculino; nada más y nada menos que la escala inaugural del megacoloso Anthem of the Seas, el último prodigio técnico al servicio de la naviera Royal Caribbean.

Desde el pasado jueves A Coruña tiene un nuevo monarca en esto de los buques de pasaje. Con sus espectaculares dimensiones el Anthem ha logrado quitarle el título a su compañero de naviera Independence of the Seas, que durante 4 años, 7 meses y 14 días había sido el indiscutible Rey de Marineda y que ahora cede el cetro a esta maravilla flotante de proporciones faraónicas. El Anthem of the Seas es escandalosamente grande, si, pero hay algo más, si cabe más destacable que sus portentosas medidas y es su impresionante nivel tecnológico, algo que convierte a este «Himno de los mares» (que es lo que significa su nombre) en todo un himno a la ingeniería naval.

Toda historia debe tener un comienzo y el relato de ésta empieza a media mañana del pasado día 11. Algo pasa en la costa; decenas de personas se agolpan en las principales atalayas y miradores de la ría oteando el horizonte; a lo lejos una figura empieza a dejarse ver entre la bruma matinal. Es un objeto grande, muy grande, de forma bastante convencional salvo por una extraña prolongación en la parte superior que se mueve periódicamente arriba y abajo. De lejos y visto de frente podría recordar a uno de esos raros peces abisales que tienen una especie de anzuelo luminiscente en su cabeza con el que atraen a sus presas. En el objeto flotante no identificado que se acerca a toda máquina la extraña probóscide parece provocar el mismo efecto en los curiosos que, completamente embelesados no pueden apartar la mirada de la colosal figura que se les echa encima. Ya cerca de Punta Herminia podemos leer el nombre del especímen: Anthem of the Seas. Su tamaño sigue agrandándose más y más y los comentarios de la gente cada vez son más numerosos; algunos no podemos evitar apartar la mirada del visor de la cámara para observar si el gigantesco objeto que se está aproximando es real.

Las escenas se repiten minutos más tarde en el Parrote, sólo que allí, en tan confinadas aguas, la figura del gigante de acero alcanza proporciones leviatánicas y la gente, que arriba eran decenas se cuentan aquí por cientos. Procedente del archipiélago de Madeira el Anthem of the Seas es recibido como lo que es; toda una estrella. Dos remolcadores le hacen un pasillo en su camino al muelle de trasatlánticos mientras que con sus mangueras dibujan estelas de agua en señal de bienvenida. Su principal característica, su enorme tamaño, queda patente a las primeras de cambio. La segunda, su poderío tecnológico, queda demostrada cuando el navío de Royal Caribbean realiza el giro de 180 grados para atracar dando atrás. La maniobra es vista y no vista, de tal velocidad como nunca antes habíamos contemplado en un buque de estas características. La operación de atraque finaliza y oficialmente el Anthem of the Seas entra en la historia de los muelles herculinos convirtiéndose en el buque de cruceros más grande de todos los tiempos que jamás haya visitado la ciudad de A Coruña.

A su llegada a la dársena coruñesa el Anthem of the Seas fue recibido con honores.
(Foto: Manuel Candal)

No es el único récord que batirá ese día el navío de Royal Caribbean; Con su escala del jueves el Anthem of the Seas se convirtió también en el buque que más turistas trae a la urbe coruñesa; un total de 4.235 pasajeros, ingleses y alemanes en su mayoría, a los que hay que añadir otra horda, la de la dotación del barco, que suma 1.500 tripulantes. En total unas 5.700 personas llegadas por vía marítima en una sola jornada y en un mismo barco. Pero qué barco. A pie de muelle una enorme flota de buses esperan al pasaje para llevarlos a realizar las excursiones contratadas, pero también hay docenas de taxis. Incluso no falta ni la tuna para animar a los que se dirigen a pie hacia la zona centro de la ciudad. Al igual que sucediera hace unas semanas en el debut de otro gigante de los mares en nuestra urbe, el majestuoso Britannia, A Coruña se vuelca para dar la calurosa acogida que sin duda se merecen los recién llegados, un detalle muy apreciado por los turistas pero también por las navieras.

Hasta la tuna quiso dar la bienvenida al Anthem of the Seas.

Es hora de conocer un poco mejor a este gigante con algunos de sus datos principales. Construído en los astilleros Meyer Werft de la localidad alemana de Papenburg y puesto en servicio en abril de este mismo año, el Anthem of the Seas es un buque de 167.800 toneladas de registro bruto con unas dimensiones que quitan el hipo: 348 metros de eslora, 41’4 metros de manga en la línea de flotación, y un calado 8´5 metros. En sus 18 cubiertas, 16 de las cuales son de pasaje, el Anthem puede dar cabida a un total de  4.905 pasajeros en capacidad máxima en alguno de sus 2.090 camarotes de los cuales  1.571 tienen balcón. También habría que destacar los 375 camarotes interiores «con truco» y que más adelante explicaré.

El Anthem of the Seas saliendo del astillero Meyer Werft hace unos meses. Como se aprecia en la foto no fue un «parto» nada fácil.
(Fuente: Meyer werft)

Al igual que la mayoría de los buques de crucero actuales, el Anthem of the Seas tiene una propulsión diesel-eléctrica, con 4 motores Wartsila que alimentan a dos propulsores ABB Azipod XO de 20´5 mW (el equivalente a unos 27.500 CV). Además de toda esta «caballería» el Anthem cuenta a proa con 4 hélices de 4.694 CV de potencia. El coste de esta auténtica proeza tecnológica ha sido de unos 637 millones de euros.

Los dos propulsores azimutales del Anthem of the Seas sustituyen a las tradicionales hélices y timones.
(Fuente: Royal Caribbean)

El Anthem of the Seas es la segunda unidad de la Clase Quantum tras la que le da nombre a la serie, el Quantum of the Seas y que vio la luz en noviembre de 2014. Una tercera unidad, el Ovation of the Seas, está ya en construcción y su entrada en servicio está prevista para mediados de 2016. Los barcos de la Quantum Class componen la segunda serie de buques de crucero más grande del mundo tras su antecesora, la Oasis Class que la supera de largo en dimensiones (son un 25 % mayores).

Tras pasar unas 7 horas cautivando a todos los coruñeses, a media tarde el Anthem of the Seas se preparó para su despedida. La maniobra de salida estaba prevista en principio para las siete de la tarde pero finalmente el capitán del navío, el noruego Klaus Andersen, decidió salir una hora antes, lo que se notó en el volumen de gente que se acercó a las inmediaciones de la costa, menos de lo que cabría esperar tras ver el multitudinario recibimiento de su llegada. Pasadas las seis de la tarde comenzó el espectáculo.

Pese a que resultaría imposible que pudiera pasar desapercibido, el navío prefirió asegurarse de que nadie se despistaba haciendo sonar repetidamente sus «typhoon» de manera un tanto exagerada (yo creo que con las tres clásicas pitadas largas hubiese bastado). En la maniobra de salida el Anthem volvió a hacer gala de sus mejores virtudes: grandiosidad y poderío tecnológico. Tan pronto como el último cabo estuvo recogido el navío se separó rapidamente del muelle gracias al empuje de sus potentes motores y lentamente comenzó a avanzar ante la mirada de los curiosos que acudieron a despedirlo, un adiós en toda regla puesto que el megacrucero, que sólo tiene prevista esta escala en A Coruña durante 2015, se posicionará a partir del próximo noviembre en el Caribe y allí se quedará como mínimo hasta mediados de 2017. Rebasado el dique de abrigo el Anthem of the Seas aumentó revoluciones para poner rumbo a Southampton, punto final de esta ruta de dos semanas de duración con inicio y final en aguas británicas y paradas en Vigo, Lisboa o las Islas Canarias entre otros destinos. La imagen del buque perdiéndose en el horizonte fue el colofón a un día épico que quedará ya para siempre en la memoria de todos los coruñeses. El Anthem of the Seas ya forma parte de la grandiosa historia del puerto herculino, una historia llena de protagonistas legendarios… pero ninguno tan grande como éste.

El Anthem of the Seas durante su salida de la bahía, con el faro de Mera al fondo.

 Aquí concluye esta pequeña crónica de lo que dio de sí la histórica jornada del pasado jueves pero en los próximos días continuaré escribiendo sobre este fascinante barco y de todo lo que esconde en su interior. Para acabar quisiera agradecer a mi buen amigo Manuel Candal la aportación siempre bien recibida de sus extraordinarias fotos.