(Foto: Manuel Candal)

En la primera parte de esta entrada dedicada a la histórica jornada vivida el pasado 2 de mayo en el puerto de A Coruña con la presencia de 6 cruceros dejábamos el relato con todos los protagonistas comodamente instalados en sus muelles asignados. Continuamos en ese punto.

A media mañana las inmediaciones del puerto eran un hervidero. Cientos de curiosos, aficionados a los barcos, taxistas, policías y miembros de las tripulaciones se entremezclaban con hordas de turistas que salían del muelle de transatlánticos y se cruzaban con otros que empujaban maletas y se dirigían a la terminal de cruceros; eran los afortunados que embarcaban en el Empress. El mar de gente le otorgaba a la zona centro un aspecto sensacional, incluso la estupenda meteorología puso su granito de arena para que los cruceristas disfrutaran callejeando o haciendo alguna que otra compra. En este sentido siempre resulta difícil hacer números pero a buen seguro que el día resultó bastante fructífero para muchos comercios locales. Las previsiones hechas por el Ayuntamiento apuntaban a que el impacto económico en la ciudad de la histórica jornada alcanzó los 500.000 euros.

El boom crucerístico de ese día a buen seguro que se noto en muchos negocios.

Mientras los pasajeros se dedicaban a descubrir la ciudad o realizar las oportunas excursiones, en los muelles tenían lugar los habituales actos protocolarios y pese a que en esta ocasión ninguno de los 6 protagonistas de la jornada hacía su escala inaugural, lo especial de la ocasión hacía obligada una pequeña recepción entre las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Carlos Negreira, y los capitanes de los buques, que recibieron de parte del regidor unas figuras de la Torre de Hércules como recuerdo de este señalado día.

El alcalde de la ciudad, Carlos Negreira, recibió a miembros de las tripulaciones 
de los 6 navíos.
(Fuente: La Voz de Galicia)

Pero los protagonistas verdaderos de la jornada eran los barcos así que toca hablar un poco de ellos empezando por el más grande, el Oriana. En una ubicación un tanto escondida de los ojos de los curiosos el navío inglés trajo a A Coruña a un total de 1.950 pasajeros, la mayoría de nacionalidad británica. Realmente sobran las presentaciones con este navío porque sus repetidas presencias en la ciudad desde su debut hace ahora 19 años lo convierten casi en un coruñés más. Este bellísimo crucero es en la actualidad el miembro más veterano de la flota de la naviera británica P&O compuesta por 7 buques, y con sus 69.153 toneladas de registro bruto y 260 metros de eslora también es uno de los más pequeños. Este dato nos da una idea del boom que ha sufrido la industria crucerística en las dos últimas décadas porque en el momento en el que fue construído, allá por el ahora lejano 1995, el Oriana era el buque de crucero más grande del mundo sólo superado por los antiguos liners reconvertidos a cruceros como el Queen Elizabeth 2 o el France.

El Oriana fue en su día el buque de crucero más grande del mundo.

De todas maneras el título le duró poco al bueno del Oriana ya que al año siguiente de su entrada en servicio se botó el Carnival Destiny, el primer crucero que superó la psicológica barrera de las 100.000 toneladas de registro bruto y desde entonces la bola de nieve no ha hecho más que seguir creciendo hasta llegar a la actualidad donde ya ni nos sorprende ver un buque de esas dimensiones. Estoy seguro de que al Oriana le hizo ilusión recuperar por un día el status de «el más grande» aunque fuese dentro de una flota tan reducida como la que se dio cita en nuestra ciudad el pasado día 2.

De entre el sexteto de barcos presentes, el Empress fue uno de los que más destacó y lo hizo por varios motivos. Por un lado su lugar
de atraque era quizás el más vistoso de todos y por otro lado el
hecho de ser el único de los 6 que realizó embarques en nuestra ciudad,
todo un acontecimiento que con el de este 2014 suma su quinto año consecutivo, lo
que habla a las claras del éxito de la iniciativa. A los casi 1.800
pasajeros que el Empress trajo a la ciudad hubo que sumarle los casi 200
que iniciaron viaje aquí, una travesía de 7 días y 8 noches que les llevaría
a visitar los puertos de Bilbao, Le Havre (Francia), Dover
(Inglaterra)
, Ijmuiden (puerto utilizado para visitar Amsterdam),
Bremerhaven (Alemania) y desembarque en Copenhague (Dinamarca).

De los 6, el Empress fue quizás el centro de la noticia.

Esta
travesía se realiza siempre a primeros de mayo durante su crucero de reposicionamiento, es decir, una ruta realizada cuando el
buque cambia de «lugar de trabajo»; en este caso el Empress se dirige
desde el Mediterráneo hacia el mar Báltico donde operará hasta septiembre. Ese mes volverá al Mare Nostrum y aprovechando la circunstancia repetirá
visita al puerto herculino el próximo 23 de septiembre para de nuevo  embarcar
pasajeros en una ruta que lo llevará a tocar los puertos de Lisboa, Casablanca, Gibraltar, Almería y desembarque en Valencia. La naviera
Pullmantur, en vista de la acogida tan positiva que tiene cada año la iniciativa, está proyectando nuevas rutas con embarque en nuestra ciudad o la
posibilidad de traer un buque de mayor capacidad. Una gran noticia.

Compartiendo el muelle de transatlánticos con el Empress figuraba el alemán Deutschland, también de sobras conocido por los coruñeses por sus numerosas escalas en nuestro puerto, en más de una ocasión incluso pasando la noche aquí. Se trata de un buque alemán de nombre, construcción e incluso de bandera siendo la única nave de pasaje de toda la flota crucerística mundial en lucir este pabellón. El Deutschland es un barco pequeño de 22.400 toneladas de registro bruto y 176 metros de eslora que trajo a nuestra ciudad el pasado viernes a un total de 650 pasajeros, todos ellos alemanes puesto que está destinado a ese mercado encuadrándose en el segmento premium, lo que quiere decir que sus camarotes (tiene 294) no son precisamente baratos.

El Deutschland visto desde la cubierta superior del Empress.

El Deutschland es toda una leyenda en su país de origen no sólo por portar el nombre y la bandera de la nación si no por haber participado en una serie de televisión muy popular entre los germanos llamada «Das Traumschiff» una versión de la célebre «Vacaciones en el Mar». Aún así ser toda una leyenda en su país no evita incluso que el Deutschland tenga un incierto futuro por delante y son muchos los rumores que en los últimos meses rodean a este navío y que hablan de que proximamente abandonará la naviera Peter Deilmann Reederei, que busca un buque más moderno (el Deutschland entró en servicio en 1998) y de mayor capacidad.

Quizás el buque más desconocido del sexteto era el Voyager. En su amarre de Calvo Sotelo Norte este buque de bandera bahameña desembarcó a un total de 550 turistas, británicos en su mayoría. El
Voyager, a la vista está, no destaca por grande; 15.271 toneladas de
registro bruto, 152´5 metros de eslora, 20´6 metros de manga, un calado de 5´7 metros y una capacidad de 556 pasajeros en alojamiento máximo contando con una dotación de 215 personas. En la actualidad el buque opera en régimen de chárter para la naviera Voyages of Discovery y la del pasado día 2 de mayo fue su segunda escala en la ciudad tras su debut en A Coruña en diciembre de 2012. 

El Voyager, quizás el más desconocido del sexteto.

Construído
en el año 1990 el Voyager es de esos buques trotamundos que ha portado
tantos nombres que resulta difícil enumerarlos todos sin dejarse alguno
olvidado; nació como Crown Monarch realizando cruceros por el Caribe para pasar a trabajar como casino flotante en Hong Kong a mediados de los 90. Durante esos años el navío lució numerosas denominaciones: Nautican, Walrus, Neptune, Rembrandt II o Havens Star hasta que en el año 2007 fue recuperado para el servicio de cruceros convencional bajo el nombre de Jules Verne por la naviera Vision Cruises. Tras este proyecto de efímera vida el buque pasó a manos de la naviera alemana Phoenix
Reisen
que lo bautizó como Alexander

Von Humboldt y donde sirvió hasta finales de 2012, fecha en la que comenzó su actual etapa comercial. Como ven una vida bastante movidita.

 

Pero el dato más curioso de este barco es sin lugar a dudas que
sus genes son españoles; fue construído en los astilleros Unión Naval de
Levante
situados en Valencia siendo de las pocas naves de crucero actuales (ahora mismo sólo se me vienen a la cabeza el Braemar y el Gemini),
que se construyeron en España.

El Voyager posee genes españoles.

Aún nos queda hablar de algún protagonista más pero eso será en la tercera parte de esta entrada…