Una visita de lujo la que tuvimos ayer en el puerto herculino con la escala del Crystal Serenity, el buque de la naviera Crystal Cruises que realizó su primera y única escala del año en A Coruña en el presente ejercicio. La «serenidad de cristal» llegó a la ciudad poco después de las ocho de la mañana procedente de Bilbao con un millar de pasajeros a bordo, en su mayoría asiáticos por ser éste el mercado para el que opera el barco. Habla a las claras de la exclusividad del buque el hecho de que un navío de semejante porte (69.000 TRB aprox.) no supere la cifra de 1.100 personas en capacidad máxima de pasajeros.

El Crystal Serenity pasó unas 9 horas en A Coruña.

Y es que su naviera, Crystal Cruises, es uno de los grandes nombres en el nicho más lujoso de los viajes de placer por mar. Si pensamos en los buques más elitistas del mercado, los denominados barcos-boutique por aquello de su pequeño tamaño, enseguida surgen los grandes dominadores del sector como Seabourn o Silversea, pero cuando aumentamos el tonelaje de las naves sin renunciar a toda esa exclusividad (algo realmente difícil) es cuando emerge la figura de Crystal Cruises como una de las grandes referencias del momento. Y el futuro se presenta aún más prometedor si cabe; desde hace unos meses la naviera asiática está inmersa en un período de grandes cambios desde que a principios de este año la hasta ahora propietaria de la compañía, Nippon Yusen Kaisha (NYK) anunciara la venta de la marca al grupo Genting Hong Kong.

Genting es un gran conglomerado de empresas malasio fundado en el año 1965 que extiende sus tentáculos hacia todo aquello susceptible de obtener beneficios, lo que le lleva a tocar «palos» tan dispares como poseer cientos de casinos por todo el mundo, un circuito de carreras en E.E.U.U. o ser el principal patrocinador del Aston Villa C.F. de la Premier inglesa. El sector de los cruceros no le es para nada desconocido; su filial de Hong Kong compró en 1993 la naviera Star Cruises y siete años más tarde se hizo con la Norwegian Cruise Line (NCL) conviertiéndola en el referente actual del crucero informal y una de las compañías con mayor expansión en los últimos años. Con la compra de Crystal, Genting ya tiene la pieza que le faltaba en su puzzle crucerístico y le tiene reservada grandes planes de futuro a corto plazo con unos cambios de tal magnitud que casi se podría hablar de una revolución total en el seno de Crystal Cruises.

Se avecina revolución en Crystal Cruises.

Esos ambiciosos planes se dieron a conocer hace unos días; para empezar se ha anunciado la construcción de 3 nuevos buques de 100.000 TRB cada uno y que entrarán en servicio en 2018, 2019 y 2020 respectivamente. Los navíos serán construídos por los astilleros alemanes Lloyd Werft y serán el no va más de la exclusividad y el lujo en alta mar: Tendrán una capacidad de 1.000 pasajeros, lo que para un barco del porte mencionado supone un ratio espacio-pasajero sin precedentes. Si con ésto no fuese suficiente la dotación estará formada por 1.000 tripulantes o lo que es lo mismo; el nuevo buque tendrá un ratio pasajero-tripulante de 1, algo nunca antes visto en la industria de los cruceros.

Pero aún hay más; los nuevos buques de Crystal crearán un nuevo concepto, Crystal Residences; una cubierta de la nave exclusiva con 48 villas (lo de suites se queda muy corto) con un tamaño entre los 55 y los 370 metros cuadrados convirtiéndose en los mayores alojamientos jamás encontrados antes en un barco de estas características. Los huéspedes de estas fastuosas estancias contarán en la misma cubierta con un restaurante privado o su propia recepción por nombrar algunos de los aspectos más destacados.

Los nuevos buques de Crystal Cruises tendrán categoría A1 para navegar entre hielos. El helicóptero que sale en esta imagen conceptual también estará incluído entre los equipamientos de los nuevos buques.
(Fuente: Crystal Cruises)

 Las novedades de la compañía no se ceñirán sólo a estos 3 nuevos navíos. A finales de este mismo año entrará en servicio un buque tipo yate procedente de la Star Cruises, el MegaStar Taurus, y que será rebautizado como Crystal Esprit. La nave, con capacidad unicamente para 62 pasajeros, incluirá zodiacs para algunas excursiones e incluso un minisubmarino con capacidad para dos personas. El Crystal Esprit también podrá operar bajo régimen de chárter para sus clientes ofreciendo la experiencia más similar a la de poseer tu propio navío. Ya para la primavera de 2017 Crystal seguirá creciendo con el nacimiento de la Crystal River Cruises, la división de cruceros fluviales de la marca, que ofrecerá travesías por las principales rutas fluviales del mundo con el mismo ambiente exclusivo que sus singladuras oceánicas. Como ven se trata de una expansión por todo lo alto.

El pequeño Crystal Esprit comenzará a operar este mismo año.
(Fuente: Crystal Cruises)

Y cuando digo por todo lo alto hablo de manera literal: Los planes de expansión no se circunscriben unicamente al líquido elemento sino que contemplan la compra de un Boeing 787 Dreamliner y la creación de la firma Crystal Luxury Air para la realización de cruceros aéreos. La idea no es nueva; sin ir más lejos una de las rivales de Crystal Cruises, la alemana Hapag-Lloyd, lleva varios años realizando esta experiencia con un Boeing 737 bautizado con el nombre de uno de los fundadores de esta histórica marca: Albert Ballin.

El Albert Ballin de Hapag-Lloyd ya opera los llamados cruceros aéreos ofreciendo rutas 
en un ambiente de lujo y gran confort.
(Foto: autor desconocido)

El «Dreamliner» de Crystal Cruises será tan exclusivo como cualquiera de sus navíos; en lugar de los habituales 300 asientos de este modelo de avión llevará tan sólo 60 y serán completamente reclinables. La idea es ofrecer «cruceros» de un mes de duración visitando 10 o 12 ciudades y alojándose en los mejores hoteles del mundo.

Cruceros también por el aire. Crystal se expande por todo lo alto.
(Fuente: Crystal Cruises)

¿Y como afectan todos estos cambios a la actual flota?. Además de nuestro protagonista de hoy Crystal Cruises opera con el buque Crystal Symphony, una unidad con algunos años más pero que ofrece los mismos estándares de calidad que el buque que nos visitó ayer por unas horas. Es bastante probable que con las nuevas incorporaciones el futuro de estas dos espléndidas naves no siga ligado a la marca Crystal Cruises aunque de momento no ha trascendido nada sobre su futuro y los buques continúan con su previsión de cruceros como mínimo hasta finales de 2017.

La flota actual de Crystal Cruises está compuesta por dos buques: el Crystal Symphony, en la foto, y nuestro protagonista de hoy.

Lo que es seguro es que de momento seguiremos disfrutando de las visitas de los barcos de esta compañía a nuestra ciudad. La de ayer concluyó pasadas las cinco y media de la tarde cuando el Crystal Serenity se hizo de nuevo a la mar poniendo rumbo al sur con destino al puerto de Leixoes, el habitual atraque de este tipo de buques para que los pasajeros puedan acercarse a conocer la bella ciudad de Oporto. Sin más visitas a A Coruña «por la proa» nos contentaremos con ver a su colega de naviera Crystal Symphony en 2016.

El Crystal Serenity partía de la ría herculina a media tarde de ayer.