(Foto: José R. Montero)

En medio del oasis de calma que vivimos en la ciudad sin ninguna actividad crucerística desde mediados de este mes (situación que continuará así hasta mediados de agosto) este fin de semana hemos tenido un agradable soplo de aire fresco en forma de dos escalas a cargo de dos naves de cruceros de gran lujo y contrastada reputación que con su presencia contribuyeron a que los shipspotters nos pudiermos quitar el «mono» que ya teníamos por «afotar» a estos especímenes. La entrada de hoy va dedicada al primero de los dos protagonistas que no fue otro que el buque Sirena.

Una sirena se dejó ver este sábado por la ría coruñesa.

Procedente de Leixoes, la nave propiedad de Oceania Cruises llegó a la ciudad herculina minutos antes de las ocho de la mañana con unos 600 pasajeros a bordo, en su mayoría estadounidenses aunque también había canadienses mejicanos y británicos. Todos ellos disfrutan estos días de un espectacular crucero de 22 noches de duración que tiene un marcado acento ibérico.

El Sirena a su llegada en la mañana del sábado a A Coruña.
(Foto: José Luís Porta)

Tres semanas de viaje dan para conocer muchas ciudades. Los afortunados cruceristas que viajan a bordo de esta enorme sirena partieron el pasado 17 de julio del puerto de Barcelona para realizar una pequeña tourneé por el Mediterráneo con paradas en St. Tropez, Livorno (para visitar Florencia y Pisa), Civitavecchia y posteriormente Cartagena y Málaga. Tras cruzar el estrecho el Sirena remontó el río Guadalquivir para atracar en Sevilla, donde pernoctó. De allí zarpó rumbo a tierras lusas con paradas en Lisboa y la ya mencionada en Leixoes antes de su llegada a A Coruña. Por delante aún quedan muchas sorpresas: Gales, Irlanda, un breve periplo por tierras francesas con escalas en los puertos de Nantes, Le Verdon, Burdeos y St. Juan de Luz y el desembarco final en Bilbao el próximo 8 de agosto que pondrá la guinda a este pastel de varios pisos con forma de viaje de ensueño cuyas tarifas partían desde los 5.500 euros por persona. Los sueños no suelen ser baratos.

(Foto: José R. Montero)

Sin duda una de las mayores atracciones del itinerario en el que se encuentra inmerso actualmente el Sirena es la escala en Sevilla con pernocta incluída. A los indudables atractivos de la ciudad se suma el hecho de que su acceso por vía marítima, remontando el tramo navegable del río Guadalquivir, es sólo accesible a buques de cruceros de un reducido tamaño. La parada realizada por el Sirena en la capital hispalense el pasado lunes fue la primera de este buque en la ciudad, que se convierte de esta manera en uno de los navíos de mayor tamaño de su clase en atracar en las instalaciones sevillanas. Con motivo del acontecimiento se realizó el protocolario acto de entrega de la metopa conmemorativa al capitán del Sirena por parte de varios miembros de la Autoridad Portuaria así como de diversas instituciones locales. Pese a que hablemos de una escala inaugural, la presencia de esta naviera  norteamericana en la urbe andaluza no es ninguna primicia; Oceania suele incluír desde hace algunos años la ciudad de Sevilla dentro de sus exclusivos itinerarios y otros buques de su flota como el Insignia o el Nautica (gemelos de nuestro protagonista de hoy) ya han atracado en alguna que otra ocasión allí. El puerto de Sevilla sigue desde hace varios años una evolución ascendente en la captación de este tipo de tráficos y para este mismo ejercicio se espera la llegada de un total de 76 navíos.

El Sirena atracado en el muelle de las Delicias de Sevilla, en pleno río Guadalquivir.
(Fuente: diario ABC)

El Sirena es el sexto y último integrante en incorporarse a la flota de la naviera Oceania Cruises, a la que pertenece desde marzo del año pasado cuando fue comprado a la Princess Cruises. Es gemelo de sus compañeros Regatta, Insignia, y Nautica, todos ellos presentes en alguna ocasión en aguas de la ría coruñesa, y de los que el Sirena es indistinguible a simple vista. Los otros dos navíos de la compañía, el Marina y el Riviera, pertenecen a una clase diferente y presentan unas dimensiones mayores.

El Sirena en plena revirada para atracar de popa en el muelle de trasatlánticos herculino.
(Foto: José R. Montero)

Construído en los astilleros Chantiers de l ´Atlantique (hoy STX France) situados en la ciudad francesa de Saint Nazaire y puesto en servicio en noviembre de 1999 con el nombre de R Four para la extinta naviera Renaissance Cruises, el Sirena es el cuarto de una serie de 8 naves gemelas que se engloban bajo el nombre genérico de R Class. Son buques de 30.277 toneladas de registro bruto que presentan unas dimensiones principales de 181 metros de eslora, 25´5 metros de manga y un calado de 6 metros. El Sirena tiene un total de 9 cubiertas dedicadas en exclusiva al pasaje y puede albergar en acomodación normal a 688 pasajeros gracias a sus 344 camarotes, de los que 232 presentan balcón privado. La tripulación la componen 373 personas. El distintivo de llamada del Sirena es V7RX6 y su puerto de registro es Majuro, la capital de las islas Marshall, un archipiélago situado en la Micronesia.

La elegante escalera que preside el atrio es uno de los puntos destacados a bordo del Sirena.
(Fuente: Oceania Cruises)

Tras una estancia de casi 12 horas en la ciudad, a las siete de la tarde el Sirena decía adiós a la ciudad (o al menos esa era la idea) realizando una maniobra de desatraque de libro que nada hacía presagiar lo que vendría después. Con unas millas ya recorridas desde su salida de la ría herculina una incidencia médica a bordo forzó al «Master» del Sirena a poner proa de nuevo hacia A Coruña sobre las 9 de la noche; ¿el motivo?: la rotura de la muñeca izquierda de una señora de 95 años que obligaba a su evacuación hacia el hospital más cercano. Con A Coruña a tiro de piedra la cosa estaba clara. El buque se resguardó en aguas interiores del muelle coruñés para efectuar la operación de transbordo del lesionado a la lancha Punta Herminio, que fue la encargada de llevarlo junto a sus familiares hasta el muelle de Oza donde esperaba una unidad medicalizada para trasladarlos al Complejo Hospitalario Universitario  de A Coruña. Mientras ésto sucedía el Sirena reeprendía de nuevo viaje, esta vez ya de forma definitiva, pasadas las diez de la noche.

Momento en el que la Punta Herminio llega al puerto de Oza con el pasajero lesionado a bordo, A pie de muelle espera ya la ambulancia que lo llevaría al CHUAC.
(Foto: José R. Montero)



Tras esta accidentada salida el Sirena puso rumbo al norte, en concreto hacia el puerto de Holyhead, situado en el noroeste de Gales y punto poco habitual para las escalas de buques de cruceros. Lo demuestra el hecho de que para el 2018 esta pequeña localidad de apenas 11.000 habitantes tiene previsto recibir a unas 20 naves de este tipo. El Sirena por su parte da por cerrada su presencia en nuestra ciudad por este año, esperando su próxima visita ya para el siguiente ejercicio.

(Foto: José Luís Porta)

Agradecimientos a mis amigos José R. Montero y José Luís Porta por las excelentes fotos prestadas para la ilustración del post de hoy.