El Mein Schiff 4 cerró el pasado sábado una de las semanas con mayor actividad crucerísitica de todo el año, 7 días que han traído la visita de 7 navíos. Procedente de la dársena de Leixoes, el espectacular barco propiedad de la naviera germana TUI Cruises arribó a la terminal coruñesa sobre las siete de la mañana para quedar atracado en el muelle de trasatlánticos minutos más tarde. A bordo del buque de bandera maltesa llegaron a la ciudad en esta ocasión unos 2.500 pasajeros que estos días disfrutan de un crucero iniciado el pasado 30 de abril en Palma de Mallorca con escalas programadas en Cádiz, Lisboa, Leixoes, A Coruña, Le Havre, y Zeebrugge. La travesía finalizará a primera hora de mañana en el puerto alemán de Bremerhaven.
El Mein Schiff 4 cerró el pasado domingo una gran semana crucerística en el puerto coruñés con la visita de siete buques de pasaje.
Debutante en A Coruña en 2015, podría contaros del Mein Schiff 4 mil y un detalles acerca de sus magníficos interiores o de su prodigioso diseño, sin embargo hoy prefiero hablaros del absurdo lío de números en el que se encuentra metida la naviera TUI Cruises como consecuencia de la peculiar forma que tiene de bautizar a sus barcos. Como igual la cosa resulta un poco liosa trataré de explicarlo de la manera más clara (y amena) posible, empezando para ello por el principio de toda esta historia, que inevitablemente se remonta una década atrás. Los de letras que no se me pierdan.
Tanto «Mein Schiff» estaba claro que acabaría por convertirse en un lío…
TUI Cruises, la naviera dueña de nuestro protagonista de hoy, es una compañía de reciente creación dentro del panorama crucerístico. Vio la luz en el año 2007 mediante la fórmula de joint venture entre el touroperador alemán TUI AG y la naviera norteamericana Royal Caribbean, que buscaba con esta operación obtener un buen pedazo de la suculenta tarta que suponía el por aquel entonces emergente mercado alemán y que actualmente es el que más pasajeros mueve en toda Europa. La naviera norteamericana seguía así los pasos de su archirrival Carnival, que años antes se había implantado en el país centroeuropeo con una marca propia, Aida Cruises. A diferencia de Carnival con Aida, Royal Caribbean buscó ofrecer con TUI Cruises un producto más premium alejado del estilo informal y generalista de sus competidores de las caras sonrientes. Para no tener que esperar a la construcción de un navío que hubiera retrasado el inicio de las operaciones, Royal Caribbean transfirió en 2009 un buque desde Celebrity Cruises (una de sus marcas) a la nueva compañía y el Celebrity Galaxy pasó a lucir nuevos colores corporativos, muy llamativos por cierto, y un nombre cuanto menos peculiar que buscaba que sus cruceristas se sintieran los dueños del propio buque: Mein Schiff (literalmente «Mi barco»). Con una buena acogida Royal Caribean dobló la apuesta inicial al año siguiente transfiriendo una segunda unidad, el Celebrity Mercury (gemelo del Galaxy) que en un alarde de originalidad teutona fue designado como… Mein Schiff 2. Al original Mein Schiff se le añadió un «1» y el problema de identidades quedó resuelto.
El primer buque de TUI Cruises el ex-Celebrity Galaxy fue bautizado simplemente como Mein Schiff, aunque posteriormente se le añadió un «1» para evitar confusiones con su hermano gemelo. La foto corresponde con el debut del buque y la naviera en el puerto coruñés el 30 de abril de 2010.
Tras asentarse en un sector tan competitivo como el crucerístico TUI Cruises inició en 2011 una segunda fase de desarrollo ordenando la construcción del que sería su primer buque diseñado ex profeso, un navío de casi 100.000 toneladas de registro bruto y capacidad para 2.600 pasajeros llamado a convertirse en uno de los referentes del mercado. El nuevo buque insignia inició sus operaciones en junio de 2014 y a esas alturas ya nadie se sorprendió al ver el nombre que lucía en su amura: Mein Schiff 3. Tras él llegó un gemelo idéntico en 2015, nuestro protagonista de hoy, y dos unidades con ligeras modificaciones sobre el proyecto original pero que en esencia eran más de lo mismo: los Mein Schiff 5 (2016) y Mein Schiff 6 (2017). En tan sólo 8 años TUI Cruises se había convertido en una naviera de corte premium y excelente reputación poseedora de una modernísima flota constituída por 6 flamantes naves.
El Mein Schiff 4 con el faro de Mera como telón de fondo.
A partir de aquí la historia se complica un poco; no contentos con esta vertiginosa expansión y animados por unas previsiones de crecimiento que parecen no tener techo, TUI Cruises lanzó su segundo plan de desarrollo anunciando la construcción de su segunda generación de navíos, basados en los anteriores pero casi un 15% mayores en tamaño. Dos fueron los buques encargados a los astilleros fineses Meyer Turku con unas fechas de entrega acordadas para 2018 y 2019 respectivamente. Los nombres os los imagináis, ¿verdad?: Mein Schiff 7 y Mein Schiff 8. Meses después de este anuncio la naviera comunicaba que en lugar de esta nomenclatura los buques pasarían a llamarse Mein Schiff 1 y 2 respectivamente ya que los buques que actualmente portan esos nombres serían transferidos en 2018 y 2019 a la compañía Marella Cruises, la antigua Thomson Cruises. ¿Todo correcto?. Pues agárrense que vienen curvas…

Todo iba acorde a los planes: hace unos días la naviera teutona tomaba posesión de su nuevo buque insignia, el «nuevo» Mein Schiff 1 justo al mismo tiempo que el «viejo» Mein Schiff 1 entraba en las instalaciones de Navantia Cádiz de donde emergerá dentro de una jornadas como el flamante Marella Explorer. Sin embargo con su unidad gemela el lío ya está montado; en un comunicado publicado a finales del pasado marzo la compañía anunciaba un pequeño cambio de planes: al final el Mein Schiff 2 (le llamaremos el «viejo», para no confundirnos) no saldrá de la compañía el próximo año por un baile entre buques de distintas compañías del grupo que no viene ahora al caso. El problema es que para 2019 está prevista la botadura del «nuevo» Mein Schiff 2 así que, ¿que hacemos con dos buques con el mismo nombre?. TUI ya ha dicho que la denominación «2» se la quedará el nuevo navío y que será el «viejo» el que cambiará de nombre pero ¿a cual?. La lógica (si es que queda algo de ella en este baile de barcos y de números) sería utilizar el siguiente número libre, el 7, pero éste ya está asignado para un buque de nueva generación que verá la luz en 2023. Si os soy sincero no sé por donde saldrán los alemanes así que por si les puede servir de ayuda yo aporto mi granito de arena a la solución del problema, inspirada en el malogrado cantante Prince y que podéis ver en el fotomontaje de abajo.
«El barco anteriormente conocido como Mein Schiff 2» (escrito en alemán, claro).  Mi propuesta para el futuro nombre del actual Mein Schiff 2.
Para que luego digan que las matemáticas son aburridas… Tras pasar buena parte del sábado como un coruñés más el Mein Schiff 4 zarpó a las seis de la tarde rumbo a su siguiente escala, esta vez en tierras francesas. Al «vier» de TUI lo veremos de nuevo por nuestras aguas el próximo 20 de septiembre, una de esas jornadas que serán inolvidables por coincidir la visita de este espectacular buque con la de sus «colegas» Independence of the Seas y Koningsdam. Yo no me lo pierdo.

 
 A las séis de la tarde el Mein Schiff 4 partió rumbo a Le Havre.

Las fotos de esta entrada han sido realizadas por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.