(Foto: Carlos Rapela)

¿Qué es lo más grande de Ferrol? Complicado de contestar porque en una ciudad monumental como ésta, con tanta historia, podríamos citar mil aspectos que la hacen no grande sino gigante. Emblemas como el Castillo de San Felipe que en tiempos pretéritos protegía la entrada a la urbe por vía marítima, otros como el arsenal militar, símbolo de los estrechos lazos que unen a la ciudad departamental con la vida castrense, imposible de entender la historia de una sin la otra, y por supuesto las enormes grúas de los astilleros, símbolos de la tradición naval tan arraigada a este municipio y que hoy en día languidece por culpa de una desastrosa planificación. Si nos ceñimos al sentido literal de la palabra «grande» tendremos que mirar a los edificios de Caranza, el barrio más populoso de la ciudad y que cuenta con estructuras que superan más de 28 metros de altura. Pero si nos referimos a los buques de pasaje este año lo más grande de Ferrol es (y será) el Azura, el megacrucero de la naviera británica P&O que el pasado jueves 24 hizo su escala debut en el puerto departamental.

(Foto: Carlos Rapela)

Temprano, poco antes de las 07:00 horas y procedente de Funchal, el gigantesco buque entraba en la angosta bocana de la ría dirigido por el práctico hacia su temporal hogar en el muelle de Curuxeiras dando lugar a su paso entre los Castillos de La Palma y San Felipe a la ya icónica estampa de ver navegar entre las fortalezas a estos buques, imagen que se veía en esta ocasión reforzada por el brutal tamaño de este impresionante ingenio flotante. Minutos después el Azura, ya comodamente instalado, colocaba su escala para permitir pisar tierra a gran parte de sus 3.300 pasajeros, el mayor desembarco que Ferrol haya vivido en 2014.

(Foto: Carlos Rapela)

Las cifras dan fe de la grandiosidad del Azura: Construído en los astilleros Fincantieri en Monfalcone (Italia) entró en servicio en abril de 2010 convirtiéndose en ese momento en el buque de pasaje más grande jamás construído para el mercado británico título que comparte con su casi idéntico compañero de naviera, el Ventura. El Azura posee un registro bruto de 115.055 toneladas, una eslora de 290 metros, una manga de 36 metros y 8 metros de calado. 14 cubiertas de pasaje para que los 3.500 huéspedes que en capacidad máxima puede llegar a albegar este templo flotante del ocio puedan moverse a sus anchas disfrutando de alguna de sus múltiples opciones de entretenimiento que incluyen entre otras posibilidades 11 restaurantes, 12 bares, una vinoteca con los mejores caldos del mundo, 4 piscinas, un gimnasio con los aparatos más avanzados, canchas para la práctica de futbol, baloncesto, y cricket (muy inglés), un teatro con 800 butacas, un pantallón para ver cine al aire libre o un enorme spa a proa en el que no se permiten niños por citar sólo algunos ejemplos de todo lo que podemos hacer a bordo para divertirnos.

(Foto: Carlos Rapela)

Como ya es costumbre cuando un buque de estas características llega a la dársena ferrolana la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento se volcaron para que los recién llegados se sintieran como en casa estableciendo buses lanzadera que llevaban a los pasajeros desde la misma escala del barco al centro de la ciudad u ofreciendo información sobre los lugares más interesantes a visitar para todo aquel que lo estimase oportuno. El buen tiempo reinante durante toda la jornada también ayudó a la excelente imagen tanto en la zona de Ferrol Vello como en el barrio de A Magdalena; girase donde se girase la cabeza se veía algún turista procedente del Azura.

(Foto: Jose R. Montero)


Pero todo lo bueno se acaba. Tras pasar toda la mañana en la ciudad departamental, a las 16:30 horas el Azura se ponía lentamente en movimiento separándose del muelle por sus propios medios y enfilando la estrecha salida de la ría. Le quedaba aún un último trámite antes de cerrar su presencia inaugural en Ferrol; el ya habitual paso entre castillos con el saludo por parte de los miembros de la Asociación Batalla de Brión. Al tratarse de una ocasión tan especial a bordo se organizó una especie de día de la bandera y los millares de pasajeros se agolparon en las cubiertas superiores agitando la enseña de su nación cuando el inmenso buque llegó a la altura de la fortaleza de San Felipe en la que el Azura redujo drásticamente la marcha para que sus moradores pudieran disfrutar del increíble espectáculo.

Apoteosis festiva en las cubiertas superiores del Azura a su llegada al Castillo de San Felipe.
(Foto: Carlos Rapela)

 Desde los muros del fortín que custodia la ría y su ciudad los soldados dieciochescos izando una gran enseña de la Union Jack dedicaban a los visitantes una andanada de disparos en su honor a la que el enorme navío británico respondió haciendo sonar sus potentes typhoons que retumbaron en toda la comarca fastidiando la siesta a más de uno. Un pitido que se podía traducir como un sonoro «gracias y hasta luego»…

Despedida a lo grande por parte de los miembros de la Asociación Batalla de Brión.
(Foto: Jose R. Montero)

…porque a buen seguro que el Azura volverá a Ferrol. No es para menos tras el trato recibido, el mismo que le otorgan los ferrolanos a todos y cada uno de los buques de pasaje que se acercan a visitar este punto de la costa gallega y que explica por qué este puerto es uno de los de mayor crecimiento de toda la península ibérica. De momento el Azura se aleja rumbo a Southampton pero en 2015 posiblemente volverá a navegar otra vez por el golfo ártabro para convertirse de nuevo en lo más grande de Ferrol.

(Foto: Carlos Rapela)

Agradecimientos a mis amigos Carlos Rapela y José R. Montero por las estupendas fotos prestadas para la elaboración de este post.