Resulta curioso que con el ritmo de escalas que llevamos en las últimas
semanas en nuestra ciudad, con buques atracados en el muelle de
transatlánticos día sí y día también, todavía no se hubiera producido la
coincidencia de dos naves de este tipo atracadas juntas. Hace unos
días, el pasado 25 de abril concretamente, tuvimos una especie de
«amago» de doble escala cuando los buques Oceana y Deutschland atracaron
en la misma jornada pero sin llegar a coincidir por un
par de horas de diferencia entre la partida de uno y la llegada del otro.

Realmente era cuestión de tiempo el que, por simple probabilidad se diera tal circunstancia y por fin llegó el día primer doblete del año. fue el pasado día 1 de mayo, fiesta del trabajo, y los protagonistas del evento fueron un viejo conocido en nuestra dársena como es el Black Watch, y uno no tan conocido como el Ryndam. Con la del pasado miércoles ambos buques se estrenaban en la ciudad en el presente ejercicio para el cual está ya confirmada la vuelta de ambas naves.

El primero en hacer acto de presencia fue el Ryndam, que llegó a la dársena herculina poco antes de las 07:30 horas procedente del puerto de Lisboa y lo hizo con una ligera llovizna que incordiaba lo suficiente como para disfrutar de la maniobra de atraque. Ésta se produjo tras un giro de 180 grados a la altura del muelle de transatlánticos donde quedaba atracado minutos más tarde en su parte más próxima al muelle de Batería.

El Ryndam durante su maniobra de atraque con unas condiciones malísimas 
para dedicarse a la fotografía.

Tan sólo unos minutos después de que el buque holandés hubiese finalizado la maniobra y procedente de Leixoes, entraba en escena el otro protagonista del día. Con algo más de luz y con una tregua por parte de la lluvia el atraque resultó menos vistoso al amarrar el buque inglés tal cual venía y quedar apuntando de modo desafiante con su proa hacia la del Ryndam.

El Black Watch se aproxima hacia su lugar de amarre donde le espera 
comodamente instalado el Ryndam.

El hecho de que por unas horas dos naves de pasaje permanezcan amarradas juntas en las instalaciones portuarias supone un motivo más que suficiente para que esta jornada ocupe un lugar destacado en el balance final del año pero en cambio mucho me temo que esta escala no guardará un buen recuerdo para los pasajeros de ambos buques. Por un lado las malas condiciones climatológicas que estropearon el día de aquellos que se aventuraron a bajar a tierra para explorar la ciudad y se encontraron con una jornada desapacible con viento, frío e incluso algo de lluvia. Por si esto no fuera suficiente para desanimar a los turistas a callejear por el centro de la urbe o visitar los alrededores a esto tenemos que sumarle el hándicap de la fecha de la escala.; el 1 de mayo es festivo nacional. Lo que para la mayoría de los que vivimos aquí suelen ser buenas noticias al poder olvidarnos por un día del odiado despertador, para los que nos visitan por mar supone una verdadero faena al no poder dar rienda suelta a su vena consumista.En este aspecto quizás el mayor perjuicio sea para nosotros ya que el que una nave de este tipo haga escala en día festivo supone una oportunidad perdida para hacer caja y sumar unos cuantos euros en muchos negocios locales.

«Si no hay nada abierto nos volvemos al barco…»

Además de las consecuencias negativas del mismo día de la escala esta circunstancia puede tener su repercusion negativa a medio o a largo plazo. Las navieras suelen realizar entre sus pasajeros encuestas de satisfacción al finalizar sus cruceros donde los turistas puntúan de manera objetiva todos los aspectos susceptibles de ser cuantificados. Las compañías utilizan estos datos para hacer las mejoras necesarias en diversos apartados tales como las instalaciones del buque, el servicio a bordo, la calidad de las comidas, las excursiones, etc. Los itinerarios tampoco se libran de este examen.

Quizás no se nos pueda culpar del mal tiempo pero a buen seguro que bajar a tierra y encontrarse todo cerrado no nos otorga puntos a la hora de valorar nuestra ciudad como apuesta segura para repetir escala desde el punto de vista de un crucerista. Se que es el 1 de mayo y eso aquí es sagrado, pero trátele de explicar eso a un turista alemán, inglés o americano diciéndole que no va a poder comprar un souvenir en la tienda porque sencillamente están todas cerradas (incluso en tiempos de crisis). Es una polémica que siempre ha existido y creo que existirá siempre entre los que defienden la necesidad de adaptar los horarios de apertura a la llegada de estos buques a la ciudad y los que aseguran que la cantidad de dinero que los turistas dejan en los comercios es tan irrisoria que no compensa levantar la persiana del establecimiento. El cuento de nunca acabar…

El Ryndam durante su salida.

Lo que está claro es que si una naviera recoge muchos informes negativos
acerca de una escala simplemente busca un lugar alternativo de atraque y
santas pascuas, y A Coruña por sus situación geográfica presenta multitud de
variadas y sensacionales alternativas (Ferrol,
Vigo…) para que las compañías se lleven sus buques a otro lado donde sean mejor recibidos. Evidentemente estos puertos comparten muchos festivos con el nuestro, pero muchas veces es la adaptabilidad a un horario la que marca la diferencia entre llevarse un grato recuerdo en una escala o que ésta resulte un fiasco.

(Foto: Manuel Candal)




Más sobre esta doble escala en el siguiente post…