Dice el refranero que el buen perfume se vende en frasco pequeño, y debe de haber algo de cierto en ello porque el protagonista de hoy, el Seabourn Pride, constituye a pesar de su reducido tamaño la quintaesencia del lujo en lo que a naves de crucero se refiere.

El Seabourn Pride llegó a A Coruña el pasado 29 de septiembre sobre las 7:00 horas procedente del puerto de Santander en la que es su segunda y última escala prevista del 2011 tras la realizada a finales del pasado mes de mayo. Todo un clásico ya en nuestro puerto, raro es el año que suele fallar a su encuentro con los muelles coruñeses.

El Seabourn Pride abandonando la ciudad rumbo a Lisboa. Al fondo se puede 
ver al Juan Carlos I realizando maniobras. Este buque es el de mayor 
tamaño de la historia de la Armada española.

Construido a finales de 1988 en los astilleros alemanes Schichau Seebeckwerft, el Seabourn Pride tiene una eslora de 134 metros, una manga de 19.2 metros y 5.15 metros de calado. Su registro bruto es de 9.975 toneladas y en su interior alberga a un máximo de 212 pasajeros y 160 tripulantes. Resulta evidente que no destaca por sus dimensiones ya que éstas lo convierten en una de las unidades más pequeñas dentro del mundo de los cruceros, pero las cifras de pasajeros y tripulación si que son realmente espectaculares ya que le otorgan al Seabourn Pride un ratio pasajero/tripulación bestial que alcanza la cifra de 1´3. Esta medida, resultante de dividir el número de pasajeros entre el número de tripulantes da una buena aproximación del lujo y el servicio presentes en una nave y cuando baja del 2´0 es realmente destacable. Bajar una décima supone un gran logro con lo que se podrán imaginar que el 1´3 logrado por el Seabourn Pride está entre los ratios más destacados de la industria crucerística actual.

Y es que lujo es una palabra intimamente ligada a la naviera de este barco; Seabourn Cruise Line ostenta el título oficioso de naviera más elitista y lujosa de cuantas surcan los mares en dura pugna con Silversea y Seadream Yacht Club. Muchas son las características que distinguen al producto Seabourn de las demás opciones del mercado, algo en lo que ya profundicé en el post que le dediqué con motivo de su última escala. Uno de los hechos más destacables es su política de puente abierto, que permite a todo pasajero que lo desee, visitar el puente de mando en cualquier momento (salvo durante las maniobras y en situaciones de mal tiempo) y recibir las explicaciones de los oficiales y el capitán sobre el manejo del buque.

Coqueto es el adjetivo que mejor define al Seabourn Pride; Por fuera su aspecto de megayate cautiva  desde cualquier ángulo y le otorga un halo de exclusividad mientras que su interior no se aparta de esta tendencia lujosa y a lo largo y ancho de sus 6 cubiertas de pasaje sus estancias rezuman glamour con una apariencia que, sin caer en excesivos ornamentos, mantiene una imagen sofisticada gracias a la utilización de materiales nobles.

Durante su salida el Seabourn Pride se cruzó con el mercante Metsaborg.

Tras 10 horas de escala finalmente a media tarde el Seabourn Pride se puso en marcha y tras soltar amarras se dirigió hacia Lisboa. El próximo año esperamos de nuevo la visita de este pequeño-gran barco, todo un ejemplo del lujo con mayúsculas.