¿Tiene medida el lujo?. Todos tenemos claro que el lujo o la exclusividad pueden cuantificarse de una u otra manera y en la industria crucerística sucede igual. Existen parámetros o ratios que sirven para expresar con números la exclusividad o la calidad de servicio a bordo de un buque tales como el ratio pasajero-tripulante o el ratio espacio-pasajero; expresado de otro modo, cuantos pasajeros «tocan» por cada tripulante o cuanto «pedazo» de barco le toca a cada turista. Los profanos en la materia suelen creer que los buques más grandes son los más lujosos cuando sucede exactamente lo contrario, aunque hay veces que esta regla no escrita tampoco se cumple a rajatabla: un buen ejemplo de que el lujo flotante no tiene medida lo pudimos ver el pasado miércoles en A Coruña con la doble escala de los buques Island Sky y Queen Victoria, dos genuínos representantes del lujo más exacerbado en alta mar.

Que no nos engañe la perspectiva; El Island Sky (en primer término) es muchísimo más pequeño que el Queen Victoria (al fondo).

Destacan por lujo pero no por madrugadores; pasadas las nueve de la mañana surgió la figura del primero de los protagonistas del día en la ría herculina. Era el Queen Victoria, inconfundible gracias a sus regios colores que inevitablemente evocan a la edad de oro de los grandes «liners» una imagen, la corporativa que sin embargo no nos hace olvidar el hecho de que estamos ante un buque de crucero más que sigue la tendencia actual de cuantos más balcones privados mejor, lo que le otorga en parte ese diseño al que muchos han dado en llamar despectivamente «cajón flotante». Con todo las líneas del Queen Victoria, al igual que las de sus muchos gemelos (es un Vista Class) guardan una cierta proporción estética, pero como no me canso de repetir, quizás el nombre le venga algo grande ya que los «Queens» siempre han sido verdaderos trasatlánticos y no buques de crucero, sensacionales no cabe duda, pero buques de crucero al fin y al cabo.

«La Reina» de nuevo en nuestra ciudad.

Aún así ver los colores de la mítica naviera Cunard por A Coruña nos entusiasma a los shipspotters  y siempre es un placer recibir a cualquier miembro de su monárquica familia. Esta vez la Reina Victoria llegó procedente de Funchal con  cerca de 2.000 pasajeros a bordo, británicos en su totalidad, que disfrutaron estos días de una singladura de 13 jornadas de duración con inicio y final en el puerto de Southampton; de hecho la de A Coruña fue la última escala del navío antes de desembarcar a su selecto pasaje en tierras inglesas.

(Foto: Manuel Candal)

El Island Sky, por su parte se lo tomó con bastante más calma y hasta mediodía no apareció por las inmediaciones de la Torre de Hércules. Procedente de Leixoes el pequeño navío se dirigió a su amarre en el muelle de trasatlánticos donde le esperaba el inmenso Queen Victoria que le había dejado el espacio suficiente para atracar a su lado. La presencia de «Su Majestad» no arredró ni lo más mínimo al Island Sky, que atracó desafiante proa con proa y sin ningún tipo de complejos pese a la más que evidente diferencia de tamaño entre ambas naves.

El Island Sky no llegó hasta bien entrada la mañana.
(Foto: Jose R. Montero)

Habla a las claras de la brutal diferencia de tamaño entre los dos navíos que compartieron atraque el pasado miércoles el que uno de ellos (el Queen Victoria) roce las 100.000 toneladas de registro bruto y que sumándole el segundo (Island Sky) tampoco las alcance. Unos cuantos números de los dos buques para conocerlos un poco mejor empezando por el más grande. Construído en los astilleros Fincantieri Marghera y botado en 2007 el Queen Victoria es una unidad de 90.049 toneladas de registro bruto, con una eslora de 294 metros, 32, 2 metros de manga que alcanzan los 36´6 metros en las alas del puente y un calado de 8 metros. Para aquellos que padezcan de vértigo les diré que la altura desde la línea de flotación hasta el «top» de la chimenea es de 62´5 metros. El Victoria cuenta con un total de 16 cubiertas, 12 de ellas de pasaje en las que puede albergar a un total de 2208 pasajeros en capacidad máxima además de a sus 900 tripulantes. Pese al sentimiento británico que rodea al nombre de este buque y a su naviera el Queen Victoria está abanderado en Bermudas, con Hamilton como su puerto de registro. Su distintivo de llamada es ZCEF3.

En cuanto al pequeño del dúo sus cifras son diametralmente opuestas: El Island Sky es un buque de 4.280 toneladas de registro bruto construído en el año 1991 en los astilleros transalpinos Nuovi Cantieri Apuania con el nombre de Renaissance VII y que pese a tener casi un cuarto de siglo de vida marinera luce practicamente
como nuevo gracias a una profunda reforma sufrida en Lisboa en el año
2013. En dimensiones el Island Sky tiene una eslora de 90´6 metros, una manga de 15´3 metros,  un calado de 2´9 metros y un total de 5 cubiertas de pasaje suficientes para dar acomodo a 114 pasajeros en capacidad máxima atendidos por 71 miembros de la tripulación. El barco navega bajo pabellón de Bahamas y su «callsign» es C6TQ2.

Si las cifras de ambas naves son los suficientemente reveladoras, poniéndolas en comparativa se vuelven contundentes: El Queen Victoria tiene una capacidad de pasajeros 20 veces mayor que la del Island Sky y es tres veces más largo. Si los comparamos a lo ancho el diminuto navío que aparece en la foto anterior es un 53 % más «estilizado» que su colega británico pero quizás la cifra más llamativa a la hora de ver la diferencia real de tamaño entre estas dos naves sea su registro bruto, una magnitud que a pesar de lo que pudiera parecer expresa una idea de volumen; en este sentido el Queen Victoria es 22 veces más grande que el Island Sky. Dicho de otro modo: en el interior del Victoria «caben» 22  Island Sky (siempre que lo pudiéramos cortar en cachitos y aprovechar todos los huecos a bordo del navío británico, claro..).


El Queen Victoria gana por goleada al Island Sky… pero sólo en dimensiones.
(Foto: Manuel Candal)

Puede que no podamos encontrar dos buques tan diferentes en tamaño atracados al unísono en nuestro muelle de trasatlánticos pero esas abismales diferencias desaparecen a la hora de hablar del lujo que se respira a bordo de ambas naves ya que los dos protagonistas de hoy son dignos representantes del segmento premium de la flota crucerística, aquel que destaca por sus altos estándares en calidad y servicio a bordo. Cierto es que estos dos buques no se hacen la competencia puesto que el «target» de cliente de ambas navieras es bien distinto, pero de lo que no cabe duda es que sus nombres se podrían citar como buenos ejemplos del lujo flotante. En resumen Island Sky y Queen Victoria son la prueba de que el tamaño no es algo definitivo para ofrecer lujo y exclusividad a raudales

Vista frontal de «La Reina» con un pequeño «añadido» en su cubierta superior fruto de un caprichoso efecto óptico.

Antes hacía referencia al cierto sabor agridulce que me provoca el Queen Victoria porque tanto su imagen como su nombre evocan algo que en realidad el barco no es, pero todo eso queda olvidado cuando subimos a bordo; ahí el espíritu Cunard permanece intacto como si el tiempo se hubiese detenido. Ese estilo retro evocador de los maravillosos tiempos en los que las travesías marítimas eran mucho más que un simple viaje de un punto a otro sigue presente. En este sentido Cunard ofrece un glamour y una distinción que ninguna otra naviera puede siquiera soñar, algo intangible que sólo se puede percibir al embarcar en una de las tres Reinas de esta naviera mítica.

 (Foto: Manuel Candal)

 

La operadora del Island Sky, Salén Ship Management es, a diferencia de la Cunard una perfecta desconocida en esto de los buques de pasaje. El negocio de esta naviera sueca está enfocado a ofrecer rutas a bordo de pequeños buques de expedición tocando puertos poco habituales dentro del circuito crucerístico y que resultan inaccesibles a los buques de gran tamaño, todo ello ofreciendo un servicio de altísimo nivel con unas instalaciones a bordo excelentes. Buen ejemplo de ello es que a bordo del Island Sky sólo encontramos suites, todas ellas exteriores y de un tamaño que varía entre los 21 y 30 metros cuadrados. Destacan por sus paredes paneladas en madera a modo de yate privado y por su elevado nivel de equipamiento.

El pasado 11 de mayo el buque gemelo del Island Sky, el Corinthian (en la foto) visitó también A Coruña.

Tras pasar varias horas haciéndose mutua compañía, a primera hora de la tarde el binomio formado por Queen Victoria y Island Sky se rompió con la partida del primero. A las cinco de la tarde el navío de Cunard se puso de nuevo en movimiento y tras un giro de 180 grados pasado el Castillo de San Antón «La Reina» dirigió su proa rumbo a su siguiente destino, el puerto de Southampton. La próxima visita del Queen Victoria en nuestra dársena será el 5 de noviembre.

Rumbo a Southampton.

Por su parte el Island Sky decidió quedarse unas cuantas horas más haciéndonos compañía para convertirse asíe en el buque que hasta más tarde ha permanecido atracado en la ciudad en lo que va de año y no fue hasta pasadas las 11 de la noche cuando el buque bahameño reemprendió viaje rumbo a la ciudad inglesa de Portsmouth. Sin más visitas programadas para este 2015 en aguas herculinas esperaremos al próximo año para ver si nuestra ciudad vuelve a entrar en los planes de este pequeño navío, pequeño por fuera pero con toneladas de lujo en su interior.

A seagull in the (Island) Sky.
(Foto: Jose R. Montero)

No quisiera terminar sin agradecer a mis amigos Manuel Candal y Jose R. Montero las extraordinarias fotos prestadas para la elaboración de esta entrada.

(Foto: Manuel Candal)