(Foto: José R. Montero)

Hay un dicho muy famoso que dice que «cuando en marzo mayea, en  mayo marcea», una expresión que además de demostrar  que en este santo país practicamente hay un refrán para casi todo, refleja los caprichos de la meteorología por estos lares. Sin saber todavía lo que nos deparará en lo climatológico este mes, lo cierto es que marzo ya ha tenido en el puerto herculino algo de «mayo» con la visita hace unos días de un espectacular superyate que atiende al nombre de Lady May.

Hoy el blog va de yates.
(Foto: J. Daniel Díaz)

La impresionante embarcación de recreo llegó a la costa coruñesa el pasado día 8 procedente de Cascais (Portugal) para atracar en los pantalanes situados al resguardo del dique de abrigo. Su soberbio tamaño eclipsaba a todos los barcos amarrados en la zona y no pasó precisamente desapercibido haciendo inevitable que los paseantes de la zona giraran la cabeza dirigiendo la mirada hacia el colosal objeto flotante atracado a pocos metros. Conozcamos ahora un poco mejor a nuestro protagonista de hoy.

 Imposible no mirar para el Lady May.
(Foto: J. Daniel Díaz)

El Lady May vio la luz en 2014 en los prestigiosos astilleros neerlandeses Feadships, toda una referencia en el sector de megayates y de cuyas gradas han salido algunos de los ejemplares más llamativos por tamaño y por lujo en lo relativo a este tipo de barcos. El que nos ocupa hoy tiene unas dimensiones principales de 46´22 metros de eslora, una manga de 9 metros y un calado que se sitúa en los 2´2 metros, con un registro bruto que alcanza las 406 toneladas. De la propulsión del Lady May se encargan dos motores Caterpillar C32 (los más grandes que podía albergar) que producen 1.900 C.V. cada uno y que son capaces de impulsar a esta maravilla flotante hasta los 19 nudos de velocidad. El Lady May, cuyo casco y superestructura están integramente fabricadas en aluminio, tiene capacidad para alojar a 10 huéspedes en sus 5 suites y su tripulación está formada por 8 personas.

El Lady May a su llegada a A Coruña procedente de Portugal.
(Foto: José R. Montero)

Pese a que en la actualidad el buque luce en su popa el nombre de Lady May, en un principio se llamó Como y fue un encargo de Neville Crichton, un acaudalado hombre de negocios neozelandés que hizo su fortuna importando vehículos al continente australiano. Del diseño exterior del buque se encargó el estudio británico Dubois Naval Architects mientras que sus interiores corrieron a cargo de la firma Redman Whiteley Dixon. Cuando el entonces superyate Como vio la luz hace ahora casi tres años fue muy bien recibido llegando a ser premiado con 3 galardones en el ShowBoats Design Awards 2015 (los «Oscars» del sector) dentro de la categoría de yates de menos de 500 G.T.: Mejor diseño exterior, diseño interior y mejor proyecto de arquitectura naval.

El del Lady May es uno de los diseños más premiados de la década en lo referente a superyates.
(Foto: José R. Montero)

La principal característica de este espectacular navío además de su llamativo color metálico, es su prominente uso de cristal, una seña de identidad nunca antes vista hasta la concepción de este yate. Una de las exigencias de su primer propietario fue que el buque tuviera un flybridge con una amplia terraza. En el Lady May esta estructura, situada en la cubierta más alta, puede cerrarse mediante cristales que ascienden y descienden desde el suelo y controlar la temperatura de la estancia mediante un complejo sistema de climatización. Otra de las características de esta cubierta es el uso de ébano de Macassar, un material poco habitual en este tipo de barcos y que requiere un trabajo especial en el lacado de las superficies. Para que no falte detalle la terraza cuanta con una barra de bar realizada en mármol y una barbacoa.

El cristal es el principal protagonista a bordo del Lady May.
(Fuente: superyachtnews.com)

Sin lugar a dudas otro de sus principales rasgos es su insólito salón principal, que presenta la peculiaridad de poder rotar 360 grados. La idea es que la zona del salón, con la mesa, los sofás y el televisor (de 82 pulgadas) puedan orientarse hacia la popa para poder quedar en comunicación con la amplia terraza. Para poder llevar a cabo este efecto toda la estructura se sitúa sobre un cojín de aire comprimido que al accionar un botón hace girar el conjunto. ¿Que sería de estos megayates sin detalles tan bizarros como éste?

La zona central del salón principal presenta la particularidad de poder girar 360 grados en función de las necesidades de su uso.
(Fuente: Feadships)

En la primavera de 2015 y con tan sólo un año de vida, el Como fue vendido y rebautizado como Lady May sin que trascendiera ningún detalle acerca de la operación ni sobre la identidad de sus nuevos dueños. El buque fue llevado desde Europa a Florida a bordo de un mercante y allí fue varado para someterlo a diversos trabajos de mantenimiento y mejora. En la actualidad el yate figura como propiedad de Edmiston Yachts, la principal firma a nivel mundial relacionada con los yates de lujo. En su página web podemos encontrar una vasta lista de superyates (todos ellos por encima de los 30 metros de eslora) que podremos alquilar o comprar en función de nuestras necesidades y de nuestro bolsillo. A todos los lectores que estén interesados en adquirir el buque que sale en las fotos les diré que está tasado por la firma en 31 millones de euros.

En la fotografía podemos ver la maniobra de izado del Lady May a la cubierta del buque BBC Fuji, encargado de llevarlo a Florida.
(Foto: Arjan de Jong)

Tras una breve estancia en nuestra dársena finalmente el Lady May se hizo de nuevo a la mar rumbo al puerto británico de Falmouth, adonde arribó la madrugada del pasado domingo. Los shipspotters locales y los aficionados al mundo naval en general esperamos que regrese pronto a la bahía herculina para volver a disfrutar de él… al menos desde tierra firme y con una cámara de fotos en la mano. Agradecimientos a mis amigos J. Daniel Díaz y José R. Montero por su colaboración en forma de fotos para la ilustración de este post.

(Foto: J. Daniel Díaz)