Este pasado 22 de diciembre se convirtió en una fecha muy especial en el puerto coruñés con el último debut protagonizado por una nave de cruceros durante 2011, y no sólo es especial por ser el último; (quedan aún 2 escalas pero de barcos que ya nos han visitado este año) lo es porque su protagonista puede presumir de ser el portador del nombre más legendario de cuantas naves nos han visitado este año.

Un nombre que lo es todo en la historia de la navegación. Atencion al detalle
del miembro de la tripulación saludando con una mano gigante en el margen 
inferior derecho de la foto…

Les hablo del Queen Elizabeth, el sustituto natural de la leyenda de los mares Queen Elizabeth 2 y el último buque en unirse a la famosa naviera Cunard Line. El mediático barco de crucero llegó a la ciudad pasadas las 8:00
horas procedente de la ciudad inglesa de Southampton y tras virar poco
antes del Castillo de San Antón entró dando atrás para quedar amarrado
minutos después en el habitual muelle de trasatlánticos.

 El Queen Elizabeth llegó a la ciudad con las primeras luces del día.

Portador de un nombre mítico y de unos colores legendarios, continuador de una saga memorable que ocupa cientos de paginas en la gran historia naval de los dos últimos siglos… Suena épico, suena grande, pero aunque nos pese, hay algo de «trampa» en el asunto.

Nombre y colores míticos coronan el navío.

Trampa suena feo; digamos mejor artificio. Y es que tras los colores de la Cunard y su tan totémico nombre se esconde un navío que se aparta bastante de lo que su apariencia externa por tradición debería indicar. Por entendernos, es como ver a Bruce Wayne con el traje de Batman puesto, o lo que es lo mismo su imagen mítica lo es por obra de un disfraz. Suena a crítica pero es simplemente un hecho; el de que todos sus antecesores, desde los originales Queen Mary y Queen Elizabeth, pasando por el Queen Elizabeth 2 hasta llegar al moderno Queen Mary 2 son verdaderos trasatlánticos mientras que este Queen Elizabeth, al igual que su muy parecido Queen Victoria, son «vulgares» buques de crucero (eso si, vulgares sólo si los comparamos con el resto de «Queens»)


Hace ahora poco más de un año publiqué un post con motivo del inicio de su andadura comercial y en él comentaba que no me parecía un buque digno de llevar la palabra «Queen» en su amura o dicho de otra manera, que el nombre le venía demasiado grande. Ahora que lo he visto en vivo puedo decir que sigo pensando lo mismo; La leyenda de los originales Queens, el Mary y el Elizabeth es memorable, al igual que ocurre con el ahora retirado Queen Elizabeth 2, continuador de la saga, o el Queen Mary 2 (todo un digno sucesor), pero el Queen Victoria y este Elizabeth… eso es otro cantar. Quizás ahi los dirigentes de la naviera se han equivocado, al menos en lo referente al nombre; A mi modo de ver los «Queens» deberían ser otra cosa, pero todo esto no quita de que el nuevo Queen Elizabeth sea todo un prodigio de nave.

Exteriormente quizás no enamora ya que es más de lo mismo, y es que el Queen Elizabeth  pese a su pedigree es un «Vista Class» más como lo son su casi gemelo (aunque no idéntico) Queen Victoria, Oosterdam, Noordam, Arcadia, Zuiderdam y la lista continuaría hasta un total de 11 navíos. Si por alguna página leen que este barco pertenece a la «Signature Class» en lugar de a la «Vista Class» no se vuelvan locos; los  «Signature Class» (Eurodam , Nieuw Amsterdam) son «Vista Class» con 4 modificaciones y un vistazo rápido a varias fotos es suficiente para apreciarlo. Las cifras del Queen Elizabeth practicamente calcan a todas esta naves, con 90.901 toneladas de registro bruto, 294 metros de eslora y 32,2 metros de manga. Puede albergar a un total de 2.172 pasajeros en capacidad máxima y su tripulación está formada por 900 personas.

  Por su popa lo conocereis: El Queen Elizabeth (abajo) se diferencia
facilmente de su cuasi gemelo hermano Queen Victoria (arriba) por su diseño de
popa, y en el nuevo cunarder las cubiertas caen casi completamente en
vertical. Si esteticamente ya no era gran cosa, en el Elizabeth lo han
terminado de arreglar.

(foto Queen Victoria: autor desconocido)

Cabría pensar que al menos no se ha perdido el caracter «british» en la última creación de la naviera Cunard, pero incluso eso es discutible. Cierto que en sus interiores todavía se respira ese ambiente eminentemente británico en su cuidada decoración hasta tal punto que llegadas las cinco de la tarde lo más seguro es que te entren ganas de tomar un té a pesar de no haberlo probado en toda tu vida. Pero lo cierto es que fuera su principal seña de identidad británica se ha perdido víctima de la burocracia, el ahorro y en definitiva una globalización cruel cada vez más extendida y que no entiende de sentimentalismos. Y es que hace ahora unas semanas toda la flota Cunard, abanderada desde el comienzo de sus operaciones (allá por mil ochocientos cincuentaypico) en el puerto de Southampton ha perdido tan tradicional símbolo y lo ha sutituido por el registro de las Bermudas, con el consiguiente ahorro de dinero, si bien la excusa que han puesto los dirigentes de la Cunard, ahora englobada en el gigante americano Carnival Corp. ha sido que con su nuevo registro se podrán oficiar bodas a bordo, algo que no permite el registro británico.

A popa del Queen Elizabeth se puede leer su nuevo puerto de registro, 
Hamilton, que desde hace unas semanas sustituye al habitual de Southampton 
en toda la flota Cunard.
(Foto: Manuel Candal)

Pero todo lo criticable de su aspecto exterior se vuelven alabanzas cuando cruzamos la escala de acceso y es que en su interior si que nos encontramos a todo un Cunarder que hace honor a la tradición y el lujo que durante más de siglo y medio ha forjado la naviera británica. Cualquier parecido en sus salones públicos a los de cualquier otra nave de ocio (salvo las integrantes del resto de la flota Cunard, claro) es pura coincidencia y su cuidada decoración nos traslada de inmediato a otra época; la de los grandes trasatlánticos que cruzaban el océano a principios del siglo pasado en una travesia donde la opulencia y el lujo extremo eran la moneda de cambio habitual en aquellos legendarios navíos. En este Queen Elizabeth se respira esa misma atmósfera pero trasladada a nuestros días y uno no puede evitar una expresión de asombro al pasear por sus restaurantes y variados salones.

El espectacular Grand Lobby (arriba) y el ostentoso Midships Bar (abajo) en la cubierta 3 son sólo unos pocos ejemplos de lo que nos podemos encontrar a bordo del Queen Elizabeth.

(fuente: Cunard)

Tras gozar de un soleado dia de diciembre que permitió a los pasajeros de este enorme navio descubrir nuestra ciudad, poco antes de las 17:00 horas el prodigio flotante soltó amarras para poner rumbo a su próximo destino, el puerto de Leixoes, en la vecina Portugal.

El Queen Elizabeth tras soltar amarras poniendo rumbo a Portugal.
 (Foto abajo: Manuel Candal)

No se me ocurre mejor manera de finalizar este post dedicado a tan sensacional barco que hacerlo con las imágenes grabadas por mi buen amigo Jose Montero durante la llegada y salida del Queen Elizabeth a A Coruña. Aprovecho para darle una vez más las gracias por contar con su beneplácito para publicarlas en este modesto blog, agradecimientos que hago extensibles a Manuel Candal por el excelente material fotográfico que me ha proporcionado.