Se define como multicultural a aquello que supone la existencia de varias culturas dentro de un mismo entorno y el término viene muy bien para calificar a nuestro protagonista de hoy; sólo así se puede definir a un barco de bandera maltesa, de raíces noruegas, construído en Alemania, con un pasado griego y libanés entre otros muchos, propiedad de una compañía chipriota pero alquilado a una empresa con intereses franceses y que visita Galicia. La cosa tiene tela. Difícil saber por donde empezar a aclarar este galimatías geográfico.

Empezaremos por el principio. El pasado día 25 el buque Louis Aura hizo su debut en el puerto de A Coruña con su llegada a las 18:00 horas procedente del puerto de Vigo. Fue una escala muy breve, de esas que podríamos denominar técnicas, en la que la nave en cuestión para el tiempo justo y necesario para recoger a los turistas que han sido desembarcados a primera hora del día en la ciudad olívica para realizar las oportunas excursiones contratadas. Así el Louis Aura sólo estuvo en aguas de Marineda por espacio de 2 horas, poco tiempo pero el suficiente para que le dedique unas líneas a esta recalada tan especial.

Especial porque se trata de una escala inaugural, algo que no nos sorprende si pensamos que este navío es propiedad de la Louis Cruises, una naviera chipriota dedicada casi en exclusiva al mercado griego y que opera en el Mediterráneo Oriental. Pese a que su nombre pueda sonar bastante desconocido por aquí no estamos ante una compañía cualquiera; se trata del quinto operador de cruceros más grande del mundo.

El logo de la Louis Cruises en el costado del Louis Aura.

Si su mercado principal se encuentra a muchas millas de aquí ¿a que se debe entonces su presencia en nuestra ciudad el pasado día 25? Bueno, hay que aclarar que pese a que sus dueños son chipriotas el Louis Aura trabaja en la actualidad en régimen de chárter para la compañía francesa Rivages du Monde, destinada en exclusiva para el mercado galo. Esta nueva marca pertenece al grupo Louis Cruises que en los últimos años está abriendo su negocio en el sector de los cruceros a otros mercados tales como el francés o el italiano y para esta nueva aventura ha destinado a este pequeño buque que servirá en su nuevo cometido hasta el próximo mes de septiembre.

El Louis Aura opera en la actualidad para el mercado francés.

Centrándonos en las características técnicas del buque sobra decir que nos hallamos ante un barco pequeño y ya entrado en años; 46 primaveras contemplan al Louis Aura, que fue construído en 1968 en los astilleros A.G. Weser de Bremerhaven (Alemania). Sus dimensiones son 160´1 metros de eslora, 22´8 metros de manga, 6´7 metros de calado, 15.781 toneladas de registro bruto y en sus 8 cubiertas de pasaje el navío puede acomodar a un máximo de 876 pasajeros atendidos por una tripulación formada por 400 personas. El Louis Aura navega bajo pabellón maltés y originalmente funcionaba como cruise-ferry al tener una puerta a popa por la que podía embarcar coches y camiones en su garaje, un espacio que más tarde sería ocupado por camarotes.

Como se podrán imaginar más de cuatro décadas pateándose los mares dan para mucho y el Louis Aura es de esos buques en los que su hoja de servicio ocupa varios folios por lo que trataré de resumir lo máximo posible el historial de la nave. Sus comienzos fueron bastante tranquilos y durante su primer cuarto de siglo de vida, más en concreto hasta 1995, el buque navegó con su nombre original, Starward, para la Norwegian Cruise Lines. La renovación de la flota de esta naviera a principios de los 90 hizo que el Starward se pusiera a la venta y a mediados de la década el buque fue comprado por la ya desaparecida Festival Cruises, que lo rebautizó como Bolero. Quizás ésta fue la etapa en la que el barco fue más popular.

Ya como Bolero y con los colores de la First Choice, 
un chárter realizado en el año 2000.
(Foto: Manuel Moreno)

Desgraciadamente la cosa no duraría mucho; en 2004 y en una de las quiebras más sonadas del momento por tratarse de una naviera muy conocida, la Festival Cruises se declaró en bancarrota y sus navíos fueron arrestados por orden judicial quedando toda su flota abandonada a su suerte en los puertos donde se encontraba atracada. Tras varios meses de incertidumbre se acordó la disolución de la compañía y todos sus activos fueron vendidos al mejor postor. La flota de Festival, formada por 7 buques, se disgregó por medio mundo y nuestro Louis Aura comenzó su etapa más movida con numerosos cambios de propietario.

Tras varios meses amarrado en Gibraltar el Bolero fue vendido a la Orient Queen Shipping, una naviera monobuque que pagó entre la compra y la remodelación de la nave, rebautizada como Orient Queen , unos 16 millones de euros. A principios de 2005 el barco comenzó su nueva etapa comercial desde su base en Dubai realizando cruceros por el Golfo Pérsico pero lo desastroso de su éxito comercial provocó que al año siguiente el Orient Queen se trasladara a Beirut (Líbano) para realizar cruceros por el Mediterráneo. La cosa tampoco funcionaría demasiado bien y la compañía, agobiada por las deudas, buscó una salida para la nave en forma de chárter. La solución llegaría ese mismo verano.

Bandera de Malta y popa «ducktail», características del Louis Aura.

En agosto de 2006 el Orient Queen es comprado por la Louis Cruise Lines que decide mantenerle su nombre. Esta naviera se especializa en la compra de buques de segunda o tercera mano (algunos ni se sabe cuantas manos tienen ya) charteándolos posteriormente a otras compañías de manera que en ocasiones resulta extremadamente dificil enumerar que barcos son de su propiedad y cuales no; nuestro protagonista de hoy no fue ninguna excepción y desde su compra por esta naviera ha realizado diversos trabajos para otras empresas, el más sonado quizás el que realizó para la germana Delphin Seereisen en primavera de 2007.

Llegada del Louis Aura  a la ciudad el pasado día 25.
(Foto: Jose R. Montero)

Los continuos retrasos en la reforma del que iba a ser su buque insignia, el Delphin Voyager obligaron a esta naviera alemana a tener que alquilar deprisa y corriendo un barco para llevar a cabo su crucero inaugural de vuelta al mundo. La elección del Orient Queen para este cometido no pudo ser más desastrosa; numerosas escalas del crucero se tuvieron que anular debido a que la baja velocidad que alcanzaba el navío no le permitía llegar a tiempo a los puertos para cumplir con el itinerario previsto. Tras esta caótica experiencia el Orient Queen volvió a manos de sus propietarios después de realizar un sólo viaje para la Delphin Seereisen.

Como Orient Queen ya al servicio de Louis Cruises.
(Foto: Clive Harley)

Ya en 2013 el Orient Queen fue rebautizado como Louis Aura para homogeneizar el nombre de los navíos de la flota Louis Cruises y crear así una mayor y mejor imagen de marca. Este año ha tenido lugar el otro gran cambio visual en este buque con la adopción de la nueva imagen corporativa de la compañía consistente en el gran logo pintado en los costados del casco acompañado de dos franjas roja y azul, el mismo que pudimos ver el pasado domingo durante la breve estancia de esta nave en A Coruña y que le otorgan , todo hay que decirlo, un aspecto muy rejuvenecido.

La nueva imagen corporativa de la naviera otorga al Louis Aura 
un aspecto muy favorecedor.

Tras poco más de dos horas en la ría coruñesa, con las últimas luces del día y ya con todos sus pasajeros a bordo el Louis Aura se puso de nuevo en movimiento y lo hizo soltando una impresionante humareda por sus dos chimeneas que alarmó a más de un paseante que se encontraba por las inmediaciones del puerto. Tras doblar el dique de abrigo y ya ganando algo de velocidad, el navío puso rumbo al norte para dirigirse   al puerto de Le Havre (Francia) adonde llegaría dos días más tarde. Sin más visitas previstas por este año en nuestra ciudad nos quedamos con el buen sabor de boca de poder haber visto a uno de esos trotamundos ya entrado en años y al que posiblemente le quedan ya pocas millas de navegación por la proa. Un nave con gran encanto y en definitiva algo diferente en los muelles coruñeses.

Rumbo a tierras francesas.
(Foto: Jose R. Montero)


Agradecimientos a mi amigo Jose R. Montero por las fotos suministradas.