(Foto: Jose R. Montero)

Y cerrando marzo (en lo crucerístico, claro está) el Oceana, la última de las ciudades flotantes que, de cumplirse las previsiones, se dejarán ver por A Coruña el presente mes. La visita tuvo lugar el pasado sábado 15 cuando el elegante navío propiedad de la británica P&O atracó sobre las 08:00 horas en el muelle de transatlánticos procedente de Southampton permitiendo a sus 1.950 pasajeros descubrir los rincones más interesantes de nuestra ciudad. Fue una escala más breve de lo que acostumbran a hacer estos gigantes del océano y la típica que esta naviera suele hacer cuando unos de los miembros de su flota recala en nuestra dársena; llegada a primera hora de la mañana para zarpar de nuevo a primerísima hora de la tarde; en esta ocasión el Oceana no fue una excepción y tras siete horas de escala a las 15:30 horas el buque de pabellón bermudeño soltó amarras para poner rumbo hacia Casablanca.

Difícil decir algo que no se haya dicho ya en el blog de este sempiterno visitante que ya el año pasado se colgó el título de crucero más asiduo a nuestro puerto con un total de 10 visitas. Este año el Oceana parece querer también el título y con esta su primera recalada del año (anuló una a comienzos de febrero debido al mal tiempo) inicia una tournée que le llevará a actuar en nuestra plaza en un total de 8 ocasiones más; de hecho no ha de pasar mucho tiempo hasta su próxima «función» y el próximo 7 de abril deberíamos volver a verlo maniobrar en aguas interiores de la ría.

(Foto: Manuel Candal)

Puede parecer un tanto trillado e incluso aburrido ver de forma tan reiterada las maniobras de un buque de estas características pero si la nave en cuestión es un ejemplar de línea tan esbelta como el Oceana resulta todo un placer dirigirse a algún punto privilegiado de la costa para verlo surcar aguas herculinas. Su imagen prototipicamente noventera y un tamaño grande pero que no alcanza el gigantismo de las últimas creaciones salidas de los astilleros le otorga ese plus de atractivo que otros navíos más modernos ya quisieran para sí; a fin de cuentas y en mi modesta opinión se trata de uno de los buques de pasaje con una imagen más bonita.

Pues de imagen va esta entrada. Y es que la imagen cobra una enorme importancia en la sociedad actual (sobra decirlo) y más cuando se trata de un objeto, marca o idea que alcanza una gran proyección en el tiempo. Es en esos casos cuando una imagen se convierte en muchos casos en un icono. En el mundillo de los cruceros tenemos muchos ejemplos sobre esto que hablo; el más famoso quizás es el de la naviera Cunard y sus famosas chimeneas de color negro y rojo que hacen que cualquier navío que las porte alcance automaticamente un halo de fastuosidad, ya se trate de un verdadero «liner» como los antiguos Queen Mary o Queen Elizabeth 2 o los actuales y «simples» buques de crucero Queen Victoria o Queen Elizabeth.

Un icono flotante de manual, el ya retirado Queen Elizabeth 2, habitual visitante 
de la ciudad hasta hace pocos años.

Otro ejemplo de imagen elevada a los altares de la iconografia lo encontramos en la naviera P&O, donde los buques que componen su flota  lucen con orgullo desde hace muchísimos años un inmaculado casco blanco coronado por una o varias chimeneas de color crema. Una imagen elegante a tono con lo que se le supone a un súbdito británico que no entiende de tendencias en el diseño y que representa la más noble tradición marítima de las islas durante tantas y tantas décadas….

La estampa clásica de los buques de la P&O (en la imagen el Oriana)
 está a punto de sufrir un cambio radical y… ¿acertado?

….Hasta este año. El sector crucerístico anda todavía frotándose los ojos de incredulidad desde que hace varias semanas los responsables de la naviera P&O publicaran la nueva imagen corporativa que lucirá su próxima incorporación y buque insignia de la compañía, el Britannia (al que los detractores de los diseños actuales de megacruceros ya han rebautizado como «Brutannia») y que se está construyendo a buen ritmo en los astilleros italianos de Fincantieri. La imagen ha dejado patidifuso a más de uno y a más de dos: El Britannia lucirá en los costados de proa una enorme insignia británica de 94 metros de largo que se complementará con unas chimenas (la nave tendrá dos) pintadas de color azul marino con el logo de la compañía en dorado. Si los asistentes al evento se quedaron de piedra al ver la imagen
alucinaron más aún con el anuncio de que esa imagen sería extendida al
resto de la flota P&O a corto-medio plazo en un proceso que
comenzará el próximo mes de septiembre con el buque Aurora, el
primero en pasar por la sesión de maquillaje, para ir incorporando gradualmente estos nuevos colores en todos los navíos antes del año 2016.

El controvertido aspecto que tendrá el nuevo Britannia.
(Fuente: P&O Cruises)

Quizás no es del todo justo juzgar un diseño basándose simplemente en una imagen vista en internet, si bien sirve para hacernos una idea, y lo ideal sería tener la oportunidad de ver «el asunto» en vivo y en directo. Afortunadamente los shipspotters locales y de alrededores gozaremos de esa oportunidad  muy pronto; P&O ya ha confirmado la presencia del Britannia en A Coruña para el 2015 con un total de 4 escalas en el año de su debut quedando su visita inaugural fijada para el 14 de mayo. Será sin duda una de las grandes estrellas de ese año junto con el novísimo Anthem of the Seas de Royal Caribbean y que también se dejará caer por aquí recién salido de fábrica.

Los trabajos en el Britannia se encuentra ya muy avanzados y se espera 
que el buque pase a manos de sus nuevos dueños a principios del próximo año.
(Fuente: P&O Cruises)

Como en todos estos temas habrá opiniones para todos los gustos (que para eso se hicieron los colores) así que yo daré la mía que, por supuesto, no tiene mayor importancia que ninguna otra. Soy un ferviente admirador y devoto incondicional de esta compañía por la historia que esta naviera atesora y por esa misma razón, por su historia, considero un tema bastante delicado el realizar cambios tan radicales por cuestiones de mercado. A fin de cuentas de eso trata todo ésto; la razón que esgrime la compañía para incorporar la bandera de la unión en la proa de sus navíos es la de dar una idea de patriotismo, de que sus barcos están hechos por (ja!) y para los británicos. Cogeremos este argumento con pinzas basándonos en el hecho de que no por sentirse uno orgulloso de ser español, por ejemplo, se deba salir todos los días a la calle vestido de rojo y gualda. Además y si tanto orgullo «british» se quiere demostrar, ¿no deberían de devolver a toda la flota su antiguo registro británico en lugar del actual en las Bermudas?. En lenguaje financiero eso se denomina reducción de costes. En el argot universal se le llama hipocresía, pero esa palabra no figura en el diccionario de las empresas y el hueco que deja este término suele aparecer ocupado por el signo del dólar, el euro o de la divisa en cuestión. De ese modo y bajo la ley del dinero siempre saldrá más a cuenta lucir la palabra Hamilton (la capital de las Islas Bermudas) bajo el nombre de la nave que el de Londres o Liverpool.

 
Desde principios de 2007 toda la flota P&O está registrada 
bajo pabellón de las Bermudas por temas de fiscalidad ventajosa.

Quizás estos cambios supongan dar al traste con la idea de tradición de la que presume esta naviera e incluso parezcan un tanto arriesgados teniendo en cuenta lo tradicional de su clientela aunque tratándose de una compañía que vive por y para el mercado británico, el toque de la bandera gigante quizás sea bien acogido por sus clientes. Aún con todo lo que he dicho, de que me parece un tanto hipócrita el tratar de presumir de orgullo patriotero sólo cuando no nos cuesta dinero, y de que a mi modesto entender supone dar al traste con la imagen elegante que siempre han destilado estos barcos, lo cierto es que lo de la bandera serigrafiada en la proa no me disgusta del todo, en parte porque siempre he sentido una atracción hacia toda iconografía relacionada con las islas británicas y sobre todo hacia esa bandera, así que le daré un aprobado por los pelos. Lo que no paso por alto es lo del asunto de las chimeneas, quizás la parte que más polvareda ha levantado de todo este asunto.
El Britannia nacerá rodeado por la polémica.
(Fuente: P&O Cruises)

La chimenea es en gran parte la identidad del buque. No sólo por su diseño si no por sus colores, y por ello las alteraciones en este elemento en particular suelen motivar agrias polémicas. Baste recordar que cuando se botó el majestuoso Queen Elizabeth 2, allá por 1969, la Cunard decidió pintarle la chimenea de blanco en lugar de los ya clásicos rojo y negro como símbolo de una nueva era que se abría con la construcción del nuevo superliner. El público no supo entender el gesto y la decisión fue muy criticada desde varios frentes. Al final y tras varios años a vueltas con esta controvertida decisión el Queen Elizabeth 2 pasó a lucir una chimenea «como dios manda» o al menos como tienen que ser las chimeneas de los «Cunarders», esto es, rojas y negras. Sin entrar a valorar combinaciones cromáticas más o menos acertadas el pintar la chimenea de los navíos de la P&O de azul supone cargarse de un brochazo más de 80 años de historia. (antes de 1930 las chimeneas de los buques de la P&O no eran de color crema)

Durante más de una década la chimenea del mítico Queen Elizabeth 2 no lució 
los colores tradicionales de la Cunard siendo sustituidos éstos por el blanco 
y el negro. En 1983 fue pintada por fin conforme al diseño clásico de la naviera.
(Foto: Chris Howell)

No contentos con ello lo hacen con un diseño que combinará muy bien con la enorme bandera de proa pero que desde luego no pasará a la historia por su espectacularidad ni mucho menos por su originalidad; lo cierto es que las nuevas chimeneas de la P&O, azules con el logo dorado, ya las hemos visto antes en los buques de la extinta naviera Golden Sun Cruises.

El nuevo diseño de la chimenea del Britannia (foto de abajo) guarda un más que casual parecido con la que lucían los buques de la ya difunta naviera Golden Sun Cruises (en la imagen de arriba el Aegean I)  tanto en los colores como en la forma del logo.
(Foto arriba: Lawrence Dalli)

(Foto abajo: Cruise.co.uk)

Y así está la cosa. De momento he decidido darle una oportunidad a la nueva imagen de la P&O hasta ver en directo «el asunto». No habrá que esperar ni siquiera a la escala inaugural del Britannia en A Coruña el próximo año puesto que si se cumplen las previsiones al primero que veremos vestido de esta guisa por nuestros muelles será al Aurora a finales de este mismo año. Hasta ese día lo único que caben son conjeturas. Lo que si queda claro cada vez con más fuerza es la preocupante pérdida de interés por preservar las tradiciones, no ya por perpetuar en el tiempo determinadas ideas u objetos por el simple hecho de que también a nosostros nos fueron dados si no por la imperiosa necesidad de conservar el ilustre legado de nuestros antepasados, a veces tan valioso que se hace obligado el hacerlo llegar a las generaciones venideras. Será que «lo antiguo» no vende en la actual aldea global. Entonces, al diablo con las tradiciones, ¿no?.

De izquierda a derecha los buques de la naviera P&O Arcadia, Aurora y Oriana 
en un fotomontaje que muestra a estos tres navíos con su futura imagen. Costará acostumbrarse…
(Foto: autor desconocido)

Para acabar quisiera agradecer a todos los compañeros shipspoteros que han aportado sus geniales fotos de la escala que el Oceana realizó el pasado sábado y que por pereza (seamos sinceros) me perdí. Como les digo siempre que tengo oportunidad, sin su colaboración este blog no sería posible. Y una mención muy especial al pequeño Javi, que posa muy amablemente en la foto que abre este post.