La entrega del buque Sea Cloud Spirit sufre un nuevo retraso, el enésimo de su tortuoso proceso constructivo. Esta vez el motivo no es otro que la pandemia de COVID-19, cuya crisis sanitaria ha llevado a la paralización durante varias semanas de la actividad en los astilleros españoles.

En los últimos días Metalships & Docks, factoría donde se lleva a cabo la construcción de la nave, ha ido reanudando la actividad de forma gradual por lo que los trabajos ya pueden continuar. El problema reside en que en el proyecto participan numerosos subcontratistas y proveedores europeos que todavía no pueden regresar a España por restricciones en la entrada.

Por esta razón Sea Cloud Cruises ha pospuesto el crucero inaugural del Sea Cloud Spirit, previsto para 29 de agosto. La compañía anunciará la nueva fecha de este primer viaje en las próximas semanas.

Además de su inauguración la naviera ha modificado otros itinerarios de su nuevo buque. El Sea Cloud Spirit no pasará la temporada invernal en el Caribe como tenía previsto en un principio. Permanecerá en las Islas Canarias hasta abril de 2021.

Los mástiles, fabricados en Polonia, se encuentran ya en el astillero pero todavía no se han instalado. (Fuente: Grupo Rodman)

El buque de cruceros que más tiempo ha tardado en construirse

Sin haberse estrenado todavía oficialmente el Sea Cloud Spirit puede «presumir» de un oficioso récord: ser el buque de cruceros que más tiempo ha tardado en construirse. De momento, y a la espera de su entrega han pasado ya la friolera de 12 años desde que comenzara a nacer.

La historia de este bello pero de momento gafado buque empezó el 14 de septiembre de 2007. Ese día la naviera Sea Cloud Cruises hizo oficial el encargo de su tercer flamante velero a los astilleros gallegos Factoría Naval de Marín. Su nombre sería Sea Cloud Hussar (el nombre original del primer Sea Cloud) y sus medidas colosales: 135´4 metros de eslora que lo convertirían en el velero de tres palos más grande de todos los tiempos. Todo un sueño que acabó por transformarse en pesadilla.

Imagen virtual de los interiores del Sea Cloud Spirit
Imagen virtual de los interiores del Sea Cloud Spirit. (Fuente: Sea Cloud Cruises)

Los trabajos se iniciaron oficialmente en junio de 2008 con la puesta de la quilla y con la entrega programada para septiembre del año siguiente pero muy pronto aparecieron los problemas. Los efectos de la crisis del 2009 provocaron una cascada de impagos a empresas auxiliares, sobrecostes en el proyecto, continuos retrasos en los plazos de entrega hasta que la situación alcanzó un punto de no retorno. En 2010 Factoría Naval de Marín presentó suspensión de pagos y la construcción del futuro Sea Cloud Hussar quedó paralizada.

El progresivo encarecimiento del proyecto hizo que Hansa Treuhand Holding AG, propietaria de Sea Cloud Cruises, rompiera el contrato y el casco C-158 (nombre por el que se conocía al proyecto en el astillero) quedara a merced de los acreedores. Durante varios años la estampa del gigantesco velero inacabado permaneció a la espera de que se resolviera su incierto futuro.

Rodman al rescate

En 2014 la firma Nodosa adquirió Factoría Naval de Marín estipulando como condición irrenunciable que la mayor vía del astillero, la ocupada por el C-158, debía quedar liberada antes de junio de 2015. Días antes de que venciera este plazo el buque inacabado tocó agua por primera vez para ser remolcado a la vecina ría de Vigo, hogar del grupo empresarial Rodman y que se había ofrecido a acoger al gigante en sus instalaciones de Domaio. El acuerdo entre Rodman y Nodosa no sólo incluía llevarse el C-158 sino que en caso de encontrarle comprador, Rodman se comprometía a finalizar el buque.

Sea Cloud Hussar en Factoría Naval de Marín
Durante muchos años el casco inacabado del Sea Cloud Hussar permaneció en la grada principal de Factoría Naval de Marín a la espera de una solución. (Foto: Diego Veiga)

Tras duras negociaciones finalmente el proyecto volvía a ver la luz en noviembre de 2018. El astillero Metalships & Docks, propiedad de Rodman, firmaba un acuerdo de intenciones con Hansa Treuhand Holding AG para terminar el velero. De esta manera una rocambolesca pirueta empresarial convertía a los clientes originales del buque en sus nuevos compradores 8 años después de abandonar el proyecto y 11 después de estampar su firma en el primer contrato.

En octubre de 2019 Metalships puso de nuevo a flote el barco, rebautizado ya por su armador como Sea Cloud Spirit. Con este paso el buque entraba en su fase final de construcción que con una duración aproximada de cinco meses llevaría a la nave a su entrega oficial a finales de agosto pero una vez más la mala suerte se ha cruzado en su derrota. La historia se repite. Habrá que esperar para ver a este supervelero surcando los mares.