Pese a ser un habitual por nuestras aguas nunca pierdo la ocasión de ir a ver al Oceana cuando su naviera, la británica P&O decide traerlo a nuestra ciudad y es que sin lugar a dudas se trata de uno de mis favoritos (si, ya lo se, posiblemente debo de tener más de 50 cruceros «favoritos»).

Con la visita realizada este pasado día 9 de junio ya he perdido la cuenta de las veces que nos ha visitado y además cada año lo hace con mayor asiduidad (ésta última ha sido la segunda del año y aún le quedan otras dos) con lo que parece haber tomado el relevo de su compañero de naviera, el Aurora; todo un habitual coruñés y que desde el 2008 no nos visita.

Procedente de Bilbao, el Oceana llegó hacia las 08:00 horas para compartir amarre por unos instantes con el legendario Sea Cloud, aunque ya venían de compartir escala en la ciudad vasca. La nave inglesa viró a la altura del castillo de San Antón para entrar dando atrás y atracar sus  261 metros de eslora al lado del pequeño velero germano. En poco menos de una hora el muelle de transatlánticos colgó el cartel de aforo completo.
Una vez finalizada la maniobra de atraque los más de 2.000 pasajeros que lleva a bordo el Oceana pudieron aprovechar las 9 horas de escala para conocer un poco más A Coruña y sus alrededores. Esos 2.000 pasajeros pueden alojarse en la gran variedad de camarotes que presenta el crucero inglés a lo largo (y ancho) de sus 10 cubiertas de pasaje, empezando por los más modestos camarotes interiores que cuentan ya con un gran nivel de calidad como cabría esperar de una naviera tan afamada como la P&O, para continuar subiendo en lujo y precio por alguna de sus 5 categorías distintos de cabinas.

En el escalón más alto se encuentran las 6 suites que en el Oceana se ubican en la popa de las cubiertas B,C y D y desde las cuales se observan una vistan magníficas de la estela que el navío va dejando a su paso. Dichas suites cuentan con un tamaño de unos 50 metros cuadrados y sus nombres son Oronsay, Orcades, Orion, Orissa, Orsova, y Orontes; todos ellos son nombres de buques legendarios de la naviera P&O.
Estas suites cuentan, además de las características propias de los camarotes convencionales, con una cama «king-size», bañera hidromasaje y ducha independiente en el baño, zona con vestidor independiente, zona de salón con sofá y mesa y puerta de cristal correderas del suelo al techo que comunican con un amplia terraza provista de tumbonas reclinables. A esto hay que sumarle el servicio exclusivo de mayordomo con el que cuentan estas estancias.
Si quieren disfrutar de estas comodidades sepan que la cosa no sale precisamente barata; en un crucero de 14 días por el Mediterráneo oeste los precios comienzan desde los 1.600 euros, pero para disfrutar de una de estas suites hay que irse hasta los 4.500 euros. Ya saben; a apretarse el cinturón.

Las 6 flechas rojas indican la situación de las suites del Oceana. 
Son de arriba a abajo y de izquierda a derecha la Oronsay, 
Orcades, Orion, Orissa, Orsova y Orontes.
De los 975 camarotes que tiene el Oceana tan sólo 410 presentan balcón privado y digo «tan sólo» porque la tendencia actual de la industria crucerística es dotar a sus barcos con un alto porcentaje de camarotes con balcón privado. Así un MSC Orchestra tiene un 65% de estos camarotes, un Queen Mary 2 se va hasta el 73% y un Celebrity Eclipse llega hasta el 85% por citar sólo unos ejemplos. En el Oceana el porcentaje de camarotes con balcón se queda en el 42%, una cifra típica de los buques construidos en la década de los 90 en los que la tendencia a este tipo de camarotes no era tan acusada como en la actualidad.

A las 18:00 horas el capitán del Oceana decidió dar por concluida la estancia del navío inglés en A Coruña  poniendo rumbo al puerto de Southampton en ese ya característico recorrido realizado habitualmente por este buque en el que nuestra ciudad constituye el punto más meridional de la travesía.

El Oceana se cruza con el mercante Amuesa durante su salida de la ciudad.



Próxima visita del Oceana a A Coruña: 11 de agosto…