(Yo no, nuestro protagonista de hoy).

 Y es que ahí donde le ven el Sea Cloud luce unos envidiables 80 años que convierten a este pequeño buque en todo un mito viviente en el mundo de los cruceros.
Su visita a A Coruña el pasado día 9 de junio fue muy breve pero suficiente para poder contemplar una de las naves dedicadas a la realización de cruceros más longeva, bella y legendaria de cuantas surcan las aguas.
Hacia las 07:00 horas el Sea Cloud se dirigió de forma majestuosa hacia su atraque en el muelle de trasatlanticos. Hubo que arrimarse bien para dejar sitio al gigantón Oceana que, procedente del mismo puerto que el velero alemán, llegó tan sólo unos minutos después. Una vez que el precioso velero estuvo amarrado comenzaron los trabajos propios de una escala solo que esta vez fueron bastante más rápidos de lo habitual ya que a las 09:30 el Sea Cloud soltaba amarras para poner rumbo a un inusual destino como es la ría de Corcubión. Allí recogería por la tarde a los pasajeros que habían bajado en nuestra ciudad para realizar alguna excursión por tierras gallegas.

(Foto: Jose Montero)

Mucho se puede comentar de la historia del Sea Cloud como cabría esperar de una nave cuya longevidad supera las ocho décadas, pero es que además el suyo es uno de los relatos más bonitos de cuantos he leído sobre este tipo de barcos ya que contiene numerosos pasajes en los que se mezclan todos los componentes propios de una película de aventuras y por supuesto con final feliz; un final sólo posible gracias al esfuerzo humano por preservar un pedacito de historia evitando de esta manera que su leyenda cayera fulminada a golpe de soplete. A continuación les hago un breve esbozo de su trepidante vida (me hubiera gustado explayarme pero me hubiera llevado más tiempo del que tengo).

(Foto: Europeanbarging.com)

Construido en 1931 en Kiel bajo el nombre de Hussar II, fue un encargo del millonario E.F. Hutton y en el momento de su entrega era el yate privado más grande del mundo. Tras 4 años el barco pasó a manos de Joseph E. Davies, el embajador de de E.E.U.U. en la Unión Soviética tras casarse con la ex-mujer de Hutton, Marjorie Merriweather Post. Davies cambió el nombre de la nave por Sea Cloud y lo utilizó en numerosas ocasiones como punto de encuentro informal con numerosas personalidades de la política, a modo de una embajada flotante.
Con la llegada de la II Guerra Mundial Davies decidió ofrecer el buque a la marina estadounidense, pero a pesar de que en un principio el presidente Roosevelt rechazó la oferta por considerar que el Sea Cloud era demasiado bello para ser sacrificado, más tarde reconsideró su postura y el Sea Cloud fue fletado por el estado por el simbólico precio de 1 dólar al año y tras una reforma donde se le retiraron sus mástiles, pasó a a tomar parte del servicio de guardacostas de los E.E.U.U. desempeñando desde entonces su misión como buque estación meteorológica.

 El USS Sea Cloud durante el período bélico.
(foto: archivos de la guardia costera estadounidense)

Tras varios cometidos durante el periodo bélico a finales de 1944 el teniente Carlton Skinner tomó el mando de la nave. Era una época donde la integración racial era una verdadera utopía en el país y en esas fechas los marineros afroamericanos no podían servir en los barcos de la marina como oficiales. Skinner pidió permiso a la marina estadounidense para realizar un experimento: navegar con una dotación completamente integrada racialmente. La tripulación, compuesta entre otros por cincuenta marineros afroamericanos (entre ellos dos oficiales) manifestó una gran eficiencia y Skinner demostró que la integración racial era posible incluso en un ambiente tan jerarquizado y encorsetado como el militar.

Tras el periodo bélico el Sea Cloud retornó a su actividad civil tras una profunda reconstruccción que duró 4 años durante los cuales se añadió un conjunto de 29 velas, se pintó el casco de blanco y se agregó un águila dorada en la proa.
En 1955 el Sea Cloud comenzó una de sus etapas más convulsas cuando pasó a manos del dictador de la República Dominicana Rafael Trujillo, que decidió cambiar el nombre del buque por el de su hija, Angelita. Tras 6 años en los que la nave funcionó como oficina del gobierno el 30 de mayo de 1961 el dictador Trujillo fue asesinado y la familia trató de escapar de la isla con el cuerpo del mandatario a bordo del Angelita con destino a las Islas Canarias pero fueron obligados a regresar por el nuevo gobierno dominicano.

Detalle del águila dorada de proa.

5 años después de la muerte de Trujillo el barco fue vendido a la Operation Sea Cruises que cambió el nombre de la nave (que por aquel entonces era Patria) por el de Antarna. John Blue, dueño del buque lo envió a Nápoles para su restauración, pero a su regreso a los Estados Unidos la autoridades marítimas observaron irregularidades y decidieron inmovilizar el barco.

Es entonces cuando entra en escena Stephanie Gallagher, que junto a su marido Charles perseguía la idea de crear una «escuela oceánica»; un complemento a los estudios académicos para jóvenes mediante una formación en el mar a bordo de un gran velero. El Antarna resultaba perfecto para este cometido así que el matrimonio pagó los honorarios de la tripulación del buque así como todas las deudas pendientes que pesaban sobre el navío desde su inmovilización. A pesar del pago el dueño legítimo seguía siendo John Blue, pero eso no impidió que John y Stephanie Gallagher zarparan a bordo del Antarna, hecho que el legítimo dueño de la nave puso en conocimiento de las autoridades iniciándose una persecución que duró varios días y que llegó a su fin en Panamá.

(Foto: Jose Montero)

  
Tras este suceso digno de una película de acción el Antarna permaneció en Panamá por un periodo de 8 años abandonado a su suerte durante los cuales el paso del tiempo causó grandes estragos deteriorando profundamente el barco. Fue en 1978 cuando Harmut Paschberg y un grupo socios de Hamburgo, entusiastas de los buques a vela germanos compraron el barco devolviéndole el nombre de Sea Cloud. Paschberg junto con una tripulación de 38 personas llevaron el Sea Cloud de vuelta a Europa y el 15 de noviembre de 1978 llegó al puerto de Hamburgo para llevar a cabo una profunda remodelación en la nave. Curiosamente el barco volvió a cobrar vida en los mismos astilleros donde 47 años antes había sido construido. Las obras fueron muy complejas puesto que el Sea Cloud se hallaba en muy mal estado tras años de abandono pero después de 8 meses de trabajo el Sea Cloud salió de los astilleros más en forma que nunca. Su remodelación dio lugar a un buque con capacidad para 64 pasajeros y una dotación de 16 tripulantes iniciando su primer crucero en 1979, trabajo que ha realizado hasta llegar a nuestros días.

Los estragos en el casco del Antarna provocados por el paso del tiempo son 
evidentes en esta foto tomada en 1978 mientras el buque se hallaba abandonado en Panamá.
(Foto: Karsten Petersen)


En la actualidad el Sea Cloud es explotado comercialmente por la Sea Cloud Cruises en una actividad que en los últimos años ha demostrado ser muy exitosa; tanto es así que en 2001 la compañía ordenó la construcción de otro velero a imagen y semejanza del original Sea Cloud; el contrato se lo adjudicaron los astilleros Gondán situados en la frontera entre Galicia y Asturias y el nombre de la nueva nave como no podía ser de otra forma fue Sea Cloud II, un asiduo visitante a nuestros muelles. Problemas económicos han impedido que el tercer componente de la flota esté ya en servicio: se llamará Sea Cloud Hussar, en homenaje al nombre original del Sea Cloud y su construcción es 100% gallega.

 Sea Cloud (derecha) y Sea Cloud II (izquierda) atracados en Antigua.
A pesar de sus evidentes similitudes es facil diferenciarlos ya que el Sea Cloud 
tiene 4 palos y el Sea Cloud II sólo 3.
(Foto: Chas Miller)

Dicha incorporación no significa que la vida comercial del Sea Cloud toque a su fín. Todo lo contrario. El histórico velero goza de una salud inquebrantable y tras una profundísima reforma en los astilleros alemanes MWB que ha
durado 6 meses para adaptarse a la estricta normativa SOLAS (iniciales
de safety of life at sea) la nave luce con todo su esplendor original. Los trabajos concluyeron hace unas semanas justo a tiempo para que el Sea Cloud pudiese participar en el 822 aniversario del puerto de Hamburgo que se celebró por todo lo alto con una gran parada naval en la que participaron decenas de barcos de todo tipo y en la que el Sea Cloud fue una de las grandes estrellas.

En esta bonita panorámica de la Hamburg Parade 2011 podemos ver al Sea
Cloud 

en el centro de la foto escoltado por los veleros Dar Mlodziezy (por proa) y Mir (por popa). 
 La instantánea recoge a otros 5 cruceros presentes en la «fiesta», a saber: 
Mein Schiff 2 en la terminal de cruceros de Altona (parte inferior central).
AidaLuna en el dique seco
(a la altura del Sea Cloud).
Queen Mary 2 en la terminal 1 de
HafenCity. (parte superior derecha).
Amadea en la terminal 2 de HafenCity (atracado detrás del Queen Mary 2).
Fram navegando y pasando a la altura del Queen Mary 2.
(Foto: Cruiseindustrienews.com)

Para terminar, sólo quería agradecer a Jose Montero el estupendo material proporcionado sobre la salida del Sea Cloud. Una vez más (y van muchas) su gran trabajo fotográfico me ha servido de gran ayuda para ilustrar este post. Al hilo de esto y como broche final les dejo el enlace del vídeo que Jose realizó sobre la salida de este barco. Disfrutadlo.




(Foto: Jose Montero)