(Foto: Jose Manuel Cereijo)

Dicen que en la variedad está el gusto. Por eso que mejor manera de finalizar en lo crucerístico el mes de agosto que con un compendio de algunas de las opciones que nos podemos encontrar si un día nos decidimos a hacer un viaje de placer por mar. Los protagonistas de la jornada del pasado viernes fueron los buques Sea Cloud II y Ventura, dos naves creadas para una misma función pero que no pueden ser más antagónicas en sus propuestas. El surtido de opciones pudo ser incluso mayor el pasado día 28 ya que la previsión anunciaba que en la última jornada crucerística del mes serían tres y no dos los buques en visitarnos; finalmente el veterano Louis Aura se cayó del cartel.

El bellísimo Sea Cloud II, uno de los protagonistas de la última jornada crucerística del mes de agosto en A Coruña.

Procedamos por orden de aparición. El primero del dueto en dejarse ver por la costa coruñesa fue el velero Sea Cloud II que procedente de Bilbao y casi como sin querer (las velocidades de la travesía en ocasiones no superaron los 4 nudos) llegó a la ría herculina poco antes de las 07:00 horas con apenas 100 turistas a bordo, en su gran mayoría de nacionalidad germana y norteamericana.

Pese a trabajar para intereses alemanes, el Sea Cloud II luce una conveniente bandera maltesa.

El Ventura por su parte asomó por detrás de la Torre de Hércules dado que su procedencia era el puerto portugués de Leixoes y lo hizo una hora más tarde que el velero germano. Tras embarcar el práctico el buque inglés dirigió su imponente eslora hacia el muelle de trasatlánticos para atracar justo por delante del minúsculo Sea Cloud II y desembarcar a gran parte de su pasaje, unos 3.500 turistas británicos en su totalidad y que al igual que los llegados a bordo del velero-crucero aprovecharon la mañana para callejear o realizar las oportunas excursiones contratadas. En la que es ya su cuarta escala del año en A Coruña, el Ventura parece querer resistirse a adoptar los nuevos colores corporativos de la naviera P&O, con la chimenea pintada de azulón y la enorme «Union Jack» serigrafiada en la proa, y continúa luciendo la tradicional imagen de la naviera siendo este buque el único de la compañía que todavía no ha sido repintado (también falta el Adonia pero no se repintará ya que dejará la flota inglesa el próximo año). Desconozco el motivo por el cual aún no se han llevado a cabo estos trabajos en el Ventura.

En la  misma semana hemos tenido la oportunidad de ver en el puerto coruñés el antes y el después de la imagen corporativa de la P&O:
El Ventura (arriba) luciendo la imagen clásica de la naviera británica mientras que su cuasigemelo Azura (abajo) de visita por la ciudad el pasado lunes, luciendo ya los nuevos colores.

Tanto Sea Cloud II como Ventura constituyen dos estupendas y muy diferentes opciones dentro del enorme mar de posibilidades que nos encontramos en el panorama cruceril a la hora de escoger vacaciones oceánicas siendo dos alternativas que podrían calificarse la una como clásica y la otra como más alternativa. Por contra de lo que a primera vista pudieran indicar sus estéticas la opción clásica viene representada por el Ventura y por ésta empezamos.

Quizás el término «clásico» lleva a error y habría que hablar más bien de la opción más convencional o la que más se suele encontrar comunmente en esta industria; travesías de 1 ó 2 semanas de duración por distintas regiones del globo (principalmente Caribe y Mediterráneo) navegando en un buque de gran tamaño con capacidad para un pasaje comprendido entre 2.000 a 5.000 personas. A partir de este esquema básico general el atractivo de la oferta depende de ciertos matices. Para el caso concreto del Ventura esos matices vienen dados por sus rutas por el Atlántico y el Mediterráneo occidental siempre con salida y llegada a su puerto base, Southampton (es por eso que nos visita tan asiduamente) a bordo de una megaciudad flotante con todas las instalaciones imaginables a bordo, una selecta cocina y capacidad para 3.500 pasajeros. No es de los navíos más masificados del sector ni de lejos (posee un ratio espacio/pasajero de 33 aprox.) pero tratar de buscar a bordo la sensación de soledad se antoja complicado.

Uno de los buques más espectaculares que surcan hoy en día las aguas.

Como ocurre con los coches, en esto de los cruceros las marcas (las navieras en este caso) también se pueden clasificar en generalistas, premium o gran lujo. A P&O, la propietaria del Ventura, la podríamos considerar una marca del sector premium por su calidad de servicio a bordo, algo que inmediatamente se traduce en unas tarifas algo más elevadas que la media; así una travesía de dos semanas de duración por el Atlántico y el Mediterráneo sale por 1.450 euros si escogemos el camarote interior más asequible o unos desorbitados 4.000 euros si queremos darnos el capricho de hacer la misma singladura en el mejor alojamiento de la nave, una de las dos Penthouse Suite situadas en la cubierta 12.

Arriba: El Ventura ofrece como mayores atractivos una selecta cocina y una exquisita calidad de servicio a bordo.
Abajo: Las flechas violeta señalan la ubicación de las dos Penthouse Suites a popa de la cubierta 12.

Competir contra todo lo que ofrece el imponente Ventura se hace difícil, más si sólo cuentas con un tercio de su longitud y una trigésima parte de su tamaño en volumen por lo que hay que usar otras armas. El Sea Cloud II no tiene una oferta de ocio compuesta entre otras muchas cosas por 10 restaurantes (sólo tiene uno), 3 piscinas (no tiene) o un teatro con 788 butacas (algo a todas luces innecesario en este barco que entre pasaje y tripulación sólo lleva a bordo a 156 personas) pero a cambio ofrece una experiencia crucerística contra la que las casi 116.000 toneladas del Ventura no tienen nada que hacer; el encanto de hacer un viaje de placer por mar con el atractivo de la propulsión a vela, un tipo de navegación «retro» que concentra toda la esencia de antaño pero con todos los avances del siglo XXI.

Elegancia sobre las aguas con estilo «retro».

Porque no hay que dejarse engañar por las apariencias; el Sea Cloud II es un navío que juega a ser clásico pero que en realidad fue construído en 2001 muy cerca de aquí, en los astilleros Gondán de Figueras (Asturias). Si la experiencia de navegar en un barco «vintage» que utiliza la fuerza del viento para impulsarse no fuese la baza absoluta para considerarlo la opción definitiva, a ésto hay que sumarle el hecho de que esta travesía la realizaremos casi como si nos encontrásemos en nuestro propio buque gracias a su aforo limitado a tan sólo 96 huéspedes alojados en alguno de sus espectaculares 48 camarotes, todos ellos exteriores.

Una de las hermosas suites a bordo del Sea Cloud II.
(Fuente: seacloud.com)

Y su pequeño tamaño le otorga otro plus frente a las grandes ciudades flotantes como el Ventura; el Sea Cloud II puede llegar a algunos puntos donde a otros les resultaría imposible. De esta manera el pequeño velero alemán de corazón asturiano puede ofrecer unos itinerarios muy exclusivos con paradas en lugares tan privilegiados como St. Tropez, Ibiza o su siguiente destino tras tocar aguas coruñesas, las islas Cíes. Fondear frente a la playa de Rodas, considerada por muchos el mejor arenal del mundo, debe ser una experiencia que no tiene precio… Bueno, en realidad sí lo tiene; ya se podrán imaginar como se traducen todas estas características en las tarifas; un crucero de 10 días por el Atlántico similar al que estos día realiza el Sea Cloud II cuesta entre los 3.300 y 4.500 euros según alojamiento. Toca rascarse el bolsillo.

Tras pasar casi 11 horas como un coruñés más finalmente a las seis de la tarde el Sea Cloud II emprendió su camino hacia las Rías Baixas con su habitual parsimonia de siempre y también con su mala costumbre de no dejarnos ver ni una sola de sus 23 velas desplegadas (en ninguna de sus visitas le he visto con algo de trapo y créanme que he visto unas cuantas de sus llegadas y salidas). El próximo año a buen seguro que no faltará a su habitual cita con la ciudad herculina y por supuesto que lo esperaremos de nuevo con los barzos abiertos.

Rumbo a aguas olívicas.

Su compañero de atraque en la ciudad, el Ventura, se hizo a la mar un poco antes, y cuando el reloj marcaba las 16:45 horas puso rumbo a Southampton, punto y final a esta singladura y de comienzo de la siguiente. Su próxima recalada en A Coruña tendrá lugar, de cumplirse las previsiones, el 23 de septiembre, una nueva oportunidad para disfrutar de este gigante de los mares.

Proa a las Islas británicas

No quisiera acabar la entrada sin agradecer a mi amigo Jose Manuel Cereijo el préstamo desinteresado de la espectacular foto que encabeza el post. Una vez más gracias a mis colegas y compañeros de afición por colaborar y sacar adelante este blog.

El faro de Mera «despide» al Ventura, que se aleja por la canal Oeste en lugar de la más convencional salida por la canal Norte para aquellos navíos que se dirigen hacia Reino Unido. La presencia de abundante tráfico en esta última fue la causa.