El pasado lunes el Celebrity  Eclipse fue la estrella absoluta en el puerto de A Coruña haciendo palidecer con su tamaño a todo objeto flotante atracado en los muelles. Su sombra fue tan alargada que «eclipsó» al mismísimo Independence of the Seas, que debido a la falta de espacio tuvo que buscar un amarre alternativo. La solución fue la misma que la tomada a finales de abril cuando en aquella ocasión la coincidencia de hasta 5 naves de pasaje en A Coruña provocó que dos de ellas tuvieran que irse hasta la ciudad de Ferrol.

El Independence of the Seas poniendo proa a Ferrol el pasado 26 de septiembre.

Así expuesto parecería que lo de amarrar en el puerto de la ciudad departamental constituye una especie de «degradación» para tripulación y pasajeros, pero todo lo contrario; Cuando un barco de pasajeros atraca allí la ciudad se vuelca para que a pasaje y tripulación no les falte de nada; ocurrió el 25 de abril y se repitió la semana pasada con la presencia de gaiteiros a pie de muelle y de una selección de productos típicos de la zona para que los turistas se empapen de la cultura gallega. En el aspecto logístico nuestros vecinos también estuvieron de diez, disponiendo buses lanzadera que comunicaban el muelle de Curuxeiras con el centro de la ciudad.  Los hosteleros también aportaron su granito de arena manteniendo los locales abiertos con horario ininterrumpido con el objetivo de facilitarles las compras a los recién llegados, compras que algunas fuentes calcularon en un 200% más que un día normal (o sea, sin 4.000 foráneos llegados por mar que echarte a la boca).
El esfuerzo vale la pena porque si los turistas quedan contentos se lo harán saber a la naviera y ésta puede programar nuevas escalas en ese puerto, con lo que el trabajo realizado se convierte en inversión de futuro. Y todo ello gracias a un esfuerzo colectivo de Ayuntamiento, Autoridad portuaria y hostelería, todos de la mano para conseguir una inyección económica importante en unos tiempos tan difíciles como los que vivimos. Hasta aquí todo comprensible…

El Independence atracado en Ferrol.
(Foto: toninaji)

…Ahora es cuando empieza lo inexplicable. En la edición del 27 de septiembre el diario La Voz de Galicia recoge las declaraciones de Julio Martinez, presidente de la asociacion de hosteleros de Ferrol haciendo balance un dia después de la escala del navío en la ciudad y textualmente dice: «Es un
colectivo (el hostelero) muy amplio, por lo que hay opiniones de todos los tipos, pero
sobre todo los que estaban próximos al muelle y por el centro están
encantados». Cristóbal García,
presidente del Centro Comercial Aberto Ferrol-A Magdalena añade: «Es dinero
con el que no contábamos, que llega de fuera y se queda en Ferrol, así
que bienvenido sea», y concluye a modo de resumen con esta frase: «Ojalá en Ferrol hubiese un crucero cada semana».

(Foto: La Voz de Galicia)

Parece ser que la llegada del Independence of the Seas a cualquier puerto es un buen negocio en los tiempos que corren, pero cual ha sido mi sorpresa cuando en el mismo diario aparece hace unos días una noticia que contradice esta afirmación. La cuestión es que el Independence of the Seas hará escala en A Coruña el próximo viernes 7 de octubre. Casualidades de la vida ese día es festivo en la ciudad así que cuando los casi 4.000 pasajeros que viajan en el tercer crucero más grande del mundo pisen tierra firme lo que se encontrarán será una ciudad fantasma, cerrada a cal y canto como desgraciadamente ya ha ocurrido en el pasado y como seguirá ocurriendo en el futuro por lo que se ve.
Y no es que los dueños de los establecimientos no se hayan enterado de la llegada del coloso, es que simplemente no les compensa. Así se recoge de la noticia publicada en la Voz de Galicia en su edición del 30 de septiembre donde
Antonio Amor, presidente de los comerciantes de Zona Obelisco, afirma (cito textualmente): «por el crucero no va a abrir nadie ya que los
turistas no garantizan más ventas»

El próximo viernes los pasajeros del Independence of the Seas se encontrarán 
una ciudad fantasma.


No voy a añadir nada más, sólo decirles que mañana a primera hora pienso ir a la biblioteca para leer alguna obra de Adam Smith, el que es considerado padre de la Economía, a ver si de esta manera puedo alcanzar a entender como una misma situación pueda dar lugar a dos conclusiones tan diferentes.
Que la llegada de un mismo barco cargado con 5.000 personas entre pasaje y tripulación a dos ciudades con una situación geógrafica similar puede dar lugar a un bagaje económico tan distinto, resultando extremadamente beneficioso en el primero de los casos y nada provechoso en el segundo, hasta el punto de no compensar el abrir los locales. Estoy seguro de que el mismísimo Smith alucinaría en colores…