El buque Adonia cerró el pasado sábado el mes de septiembre con mayor actividad crucerístico registrado en los muelles herculinos en toda su historia, 30 días con un goteo incesante de escalas y cuyas cifras repasaré en posteriores entradas. De momento hoy es el turno del navío de la P&O y de su visita de la semana pasada que tuvo unas particularidades muy llamativas.

El Adonia cerró el pasado sábado el espectacular septiembre crucerístico en A Coruña estrenando colores corporativos.

Minutos antes de las ocho de la mañana el Adonia hacía su entrada en el puerto herculino con la oscuridad de la noche todavía presente. El buque de bandera bermudeña trajo en esta ocasión a la urbe herculina a algo más de 650 pasajeros, británicos en su mayoría, que se dispusieron a bajar a tierra una vez la nave concluyó su maniobra de atraque en el muelle de trasatlánticos. A Coruña formaba parte de una travesía de 15 días de duración que el Adonia inició el pasado 17 de septiembre en el puerto de Southampton y que hizo escalas en Portimao, Sevilla, Valencia, Ciutadella (Menorca) y Gibraltar antes de recalar en tierras gallegas. La singladura finalizó en el mismo puerto de embarque el pasado lunes.

Las primeras luces del día dejaron ver al Adonia ya atracado en el muelle de trasatlánticos.

Sin que lo podamos considerar un debut al uso, puesto que este barco ya ha estado en nuestra ciudad en numerosas ocasiones con su actual nombre, la parada del Adonia del pasado sábado tampoco fue una escala convencional; se trataba de la primera visita que realizaba el navío a A Coruña desde su regreso a la naviera británica P&O a principios de este año. Además fue la primera oportunidad que tuvimos de ver al Adonia con los nuevos y controvertidos colores corporativos de su naviera, con la chimenea en tono azulón en lugar del color beige tradicional. Lo curioso del tema es que además de poder ser considerada como una primera escala en nuestro puerto o al menos un reestreno por los motivos que acabo de mencionar, también la podríamos considerar como la última del navío en la urbe, al menos en su actual rol. Voy a explicar a continuación los detalles de todo este embrollo empezando por el principio.

 La del pasado sábado fue la escala del reencuentro del Adonia con la ciudad… y también la de su despedida.

Y el principio equivale a comentar algunos datos sobre la génesis de este buque, que nació como construcción Z31 en los astilleros Chantiers de l´Atlantique de la ciudad de Saint Nazaire e inició su actividad comercial en febrero de 2001. Estamos ante un coqueto buque de 30.277 toneladas de registro bruto que cuenta con unas medidas principales de 181 metros de eslora, 25´5 metros de manga y un calado de 6
metros que tiene 9 cubiertas dedicadas en exclusiva al pasaje y en las que puede albergar a 710 pasajeros en acomodación normal. El Adonia no nació con ese nombre; lo hizo bajo la denominación R-Eight y era uno de los 8 buques gemelos construídos para la naviera norteamericana Renaissance Cruises entre los años 1998 y 2001 y que son conocidos en conjunto como Serie «R» o R-Class. Tras muchos avatares a lo largo de sus vidas, entre los que se cuentan tanto éxitos como fracasos comerciales, los 8 hermanos han ido pasando de mano en mano por distintas compañías y los caprichos del calendario quisieron que la semana pasada nos visitaran tres componentes de esta prolífica familia: además del Adonia (ex-R-Eight) nos visitaron el Nautica (ex-R-Five) y el Pacific Princess (ex-R-Three).

El actual Adonia debutó en A Coruña el 13 de mayo de 2001 con su original nombre de R-Eight.

A raíz de la escala de este último navío ya comenté hace unos días en el blog la historia sobre estos 8 buques que tuvieron una breve carrera al servicio de sus primeros propietarios tras el cese de operaciones de Renaissance Cruises. Su quiebra provocó que los novísimos barcos quedaran compuestos y sin naviera a la espera de que alguna compañía los comprara o como mal menor los alquilara. Eso fue lo que ocurrió con nuestro protagonista de hoy, que en 2003 fue charteado por la británica Swan Hellenic para sustituir al pequeño Minerva. En el colmo de la originalidad el buque fue rebautizado como Minerva II.

Durante su periplo en la naviera Swan Hellenic y como Minerva II, también se dejó caer varias veces por la ciudad. La foto se corresponde con una escala en julio de 2005.

En el año 2007 Carnival, propietaria de la Swan Hellenic, decidió echar el cierre definitivo a la marca del cisne alegando una bajada en sus cifras de ocupación y el Minerva II fue transferido a otra de las marcas del grupo, en este caso la americana Princess Cruises, donde el buque recibió el tercer nombre de su carrera: Royal Princess. La designación de esta nomenclatura para el actual Adonia fue bastante criticada ya que a lo largo de la historia este nombre se suele reservar para los buques insignia de la naviera norteamericana. De todas maneras su etapa como Royal Princess fue bastante breve; apenas 4 años. En 2011 tocaba cambio de aires y el barco pasó a manos de la P&O para ser rebautizado como Adonia. El rol del nuevo navío dentro de la compañía británica era el de ofrecer cruceros sólo para adultos; de hecho su nombre es el acrónimo de la expresión «AD-ults ON-ly», finalizado con el clásico sufijo «-ia» con el que habitualmente terminan los buques de P&O.  Esta primera etapa en la compañía británica duró algo más de 4 años (parece que va a legislatura por empleo) y pese a que el buque parecía bastante asentado dentro de la flota P&O ofreciendo un ambiente intimista que lo diferenciaba del resto de buques de la compañía, Carnival lo eligió para la gran aventura comercial que estaba a punto de iniciar. Así la última escala en A Coruña del Adonia en esta primera etapa como buque de la naviera británica fue el 9 de octubre de 2015.

El Adonia durante su despedida de la ciudad en su primera etapa como buque de la P&O, el 9 de octubre de 2015. La nave aún lucía los antiguos colores de la naviera británica que, a mi juicio, le quedaban bastante mejor.

Carnival Corp. es algo más que una compañía dedicada al negocio de los cruceros: es un gigante empresarial que controla con sus numerosas marcas el 49% del sector de los cruceros a nivel mundial. Un monstruo corporativo liderado por el israelí Micky Arison (dueño también de los Miami Heat de la NBA) cuya insaciable voracidad le lleva a buscar constantemente la ampliación de su negocio ya sea expandiéndose en mercados ya consolidados, implantándose en mercados emergantes y ya puestos, creando nichos inexistentes.  Ésta última era la idea que se escondía tras su marca de más reciente creación: Fathom Impact Travel.

En 2016 el Adonia comenzó una nueva aventura comercial, las más estrambótica de todas.

Creada a finales de 2015 Carnival definía a Fathom como una compañía
dedicada a realizar cruceros de impacto social; dicho de otra forma,
viajes en los que los cruceristas realizan actividades de voluntariado
en aquellas zonas donde se hace escala, sumergiéndose así en la cultura de cada
país de acogida y contribuyendo de manera relevante con su
trabajo a la mejora de esa comunidad. La idea nacía con un gran impulso gracias al acuerdo alcanzado entre Carnival y el gobierno de los E.E.U.U. para convertir a Fathom en la primera naviera norteamericana en visitar Cuba tras más de 50 años. Así, el 3 de mayo de 2016 el Adonia, procedente de Miami, hacía historia al atracar en el puerto de La Habana, convirtiéndose en el primer buque de cruceros procedente de un puerto norteamericano y con ciudadanos cubanos entre su pasaje. Además de esta histórica visita a La Habana el Adonia visitó durante sus travesías con Fathom las ciudades de Cienfuegos y Santiago de Cuba y también varios puertos de la República Dominicana.

Una escala histórica: El 3 de mayo de 2016 el Adonia hizo historia en el puerto de La Habana realizando la primera escala de un buque de una naviera norteamericana en Cuba en más de medio siglo.

Pese a que la operativa de Fathom gozó de un destacado éxito, a finales de 2016 Carnival sorprendió a propios y extraños al anunciar el cese de operaciones de Fathom de manera inmediata. La naviera argumentó como motivo que la idea del crucero de impacto social sería trasladada a las marcas del grupo ya existente y de manera discontinua, con travesías esporádicas. Una vez más el Adonia se quedaba sin empleo por lo que a la espera de tomar una decisión sobre su futuro a medio plazo el buque fue reincorporado de nuevo en la flota de P&O.

El Adonia regresó a la flota de P&O a principios de este año.

Hace unas semanas Carnival anunciaba en un comunicado que el Adonia dejará la flota P&O en marzo de 2018. Su destino será la compañía de lujo Azamara Club Cruises, curiosamente perteneciente a la archirrival de Carnival, la Royal Caribbean (la venta es por hacer un símil futbolístico el equivalente a la venta de un jugador entre el R. Madrid y el Barça). La marca de lujo cuenta en la actualidad con dos navíos, el Azamara Journey y el Azamara Quest, que son dos gemelos del Adonia; eran los originales R-Six y R-Seven. De esta manera el Adonia realizará su último crucero para la P&O en febrero del próximo año y cuando finalice dicha singladura en Barbados el 9 de marzo pondrá rumbo a un astillero todavía por determinar para ser reconvertido en el nuevo Azamara Pursuit, denominación que lucirá en su nueva y enésima aventura comercial.

A principios del próximo año el Adonia se convertirá en el nuevo Azamara Pursuit, pasando a lucir los colores de esta compañía de lujo. Su aspecto será idéntico al buque de la foto, el Azamara Quest, cuya última visita a la ciudad data de junio de 2015.

Volviendo a la jornada del pasado sábado, el Adonia cerró su estancia en A Coruña minutos después de las cinco de la tarde y tras doblar el dique de abrigo enfiló por la canal norte poniendo rumbo al puerto de Southampton. Sin más visitas previstas para el presente año el Adonia se despidió de todos los coruñeses, quien sabe si para siempre. Estaremos atentos por si el navío regresa a la ciudad en un futuro próximo ya con su nueva identidad.

El Adonia se despidió de A Coruña el pasado sábado… ¿para siempre?. El tiempo lo dirá.

Salvo las que así lo indican, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas.