Desvelados algunos detalles de su génesis en la primera parte de este reportaje especial con motivo de su estreno en aguas coruñesas el pasado día 27 de junio, es hora de conocer con más detalle por qué el Europa 2 es considerado en la actualidad el mejor buque de cruceros del mundo. Para empezar una visión general de este buque con algunos datos generales: Construído en Francia para su actual naviera con un coste aproximado de unos 270 millones de euros el barco entró en servicio en mayo de 2013 con una travesía de 14 días de duración con salida desde el puerto de Hamburgo y escalas en Amsterdam, Amberes, Honfleur, La Rochelle, Burdeos, Bilbao, Leixoes y final en Lisboa. Al igual que el resto de la flota de Hapag-Lloyd el Europa 2 está orientado hacia el mercado alemán aunque está abanderado en Malta y su puerto de registro es Valleta. Sus dimensiones son las propias de un buque de tamaño medio-pequeño con un desplazamiento de 42.830 toneladas, una eslora de 225´4 metros, 26´7 metros de manga y un calado de 6´3 metros. Quizás sus medidas no causan admiración pero posiblemente sean los únicos guarismos referidos a esta nave que no sorprendan porque a partir
de aquí las cifras se vuelven desorbitadas.
En sus 8 cubiertas de pasaje el Europa 2 puede albergar a un total de 516 huéspedes atendidos por una tripulación formada por 370 personas, La combinación de estos datos da lugar a dos de las cifras más increíbles que nos podemos encontrar relacionadas con este navío; por un lado su ratio pasajero-tripulante, un valor que resulta de dividir el número de pasajeros por el de la tripulación y que sirve para medir de manera cuantitativa el lujo en un barco de crucero estableciéndose la cifra de 2 hacia abajo como la entrada al segmento del lujo. Teniendo en cuenta todo esto el Europa 2 sitúa este ratio en 1.3, uno de los valores más bajos jamás vistos en un buque de estas características. Por otro lado conviene hablar del ratio espacio-pasajero, o dicho de otra manera «cuanto» barco le toca a cada pasajero. En este apartado el Europa 2 se sale de la escala con un estratosférico 83 (la puerta del lujo se consideran los 45 y es raro ver unidades por encima de los 60). Sobran las palabras.
Y más importante que hablar de «cuantos» pasajeros van a bordo es comentar «donde». El Europa 2 cuenta con un total de 258 alojamientos para sus afortunados huéspedes y ni que decir tiene que en este barco no tiene ningún sentido pronunciar la palabra camarote porque sencillamente no hay; se trata de 258 suites, todas ellas con balcón exterior, algo hasta ahora inédito en la industria del crucero. Los alojamientos se dividen en 13 categorías distintas y van desde los 35 metros cuadrados de la suite más pequeña hasta los 114 metros cuadrados de las dos Owner´s Suites, la opción más lujosa dentro de este palacio flotante. Da cuenta del nivel en el que nos movemos que el precio de estas dos suites no aparece en la página web de la naviera y para conocerlo hay que ponerse en contacto con Hapag-Lloyd Cruises.
(Fuente: Hapag-Lloyd Cruises)
(Fuente: Hapag-Lloyd Cruises)
Arriba: La piscina cuenta con un techo retráctil o magrodome para poder disfrutar de ella cuando la climatología es desfavorable.
Abajo: Durante su salida de A Coruña pudimos ver el techo de la piscina completamente abierto.
Pero el espectáculo estrella a bordo del Europa 2 es la cocina, ya sea sentado a la mesa para degustar los deliciosos platos en alguna de sus 7 opciones de restauración o bien detrás de los fogones porque este buque ofrece la oportunidad de participar en su escuela de cocina donde afamados chefs enseñarán sus depuradas técnicas a todos aquellos amantes del arte culinario sea cual sea su nivel. Si lo que preferimos es darle un buen festín a nuestro paladar a lo largo de la travesía podremos probar todas y cada una de las opciones que nos brinda el Europa 2; desde el Weltmeere Restaurant el más grande de la nave, el Sakura, donde degustar un buen plato de sushi, el Tarragon Restaurant con su decoración en tonos oscuros y verdes y donde la comida francesa es la protagonista, o el Ristorante Serenissima que ofrece lo mejor de la cocina italiana en un local acogedor con impresionantes vistas al mar.
Además al Europa 2 no le llega con ser considerado el rey de los cruceros por sus fabulosos interiores y su insuperable calidad y servicio a bordo sino que también es el mejor y más sofisticado buque a nivel tecnológico lo que le convierten en uno de los navíos más respetuosos con el medio ambiente. Además de las formas de sus casco estudiadas al milímetro y que le permiten ahorrar un 18% de combustible respecto a otros barcos de igual tamaño, el Europa 2 es la primera nave de cruceros en incorporar un catalizador SCR que reduce las emisiones de óxido de nitógeno en casi un 95% además de emitir un 31% menos de dióxido de carbono, muy por debajo de la media de la flota crucerística mundial. Todos estos datos le han valido para convertirse en el primer buque de crucero en obtener el certificado EEDI (iniciales de Energy Efficiency Design Index).
Todo ésto tiene un precio y como se imaginarán no es pequeño: así para
una travesía de 7 días por el Mediterráneo con salida desde Barcelona y
llegada a Civitavecchia (el puerto de Roma) los precios comienzan en los
4.500 euros de la suite más «sencilla». De ahí hacia arriba el límite es
el cielo y es que se mire por donde se mire este barco es insuperable (incluso en el precio), aunque eso también se decía de su predecesor, el Europa, y ya ven. De momento el Europa 2 disfruta de su recién adquirido status de rey de los cruceros mirando de reojillo por si los planes de su naviera incluyen un posible Europa 3. Por ahora puede navegar tranquilo…
Volviendo al pasado viernes y tras una escala que se prolongó hasta las seis de la tarde finalmente el Europa 2 soltó amarras y tras la despedida de rigor en forma de tres graves bocinazos reanudó su viaje poniendo proa al sur rumbo a su siguiente destino, el puerto de Lisboa. Sin más escalas previstas este año tendremos que esperar hasta 2015 para volver a ver atracado en nuestros muelles al Europa 2, el barco con el que se agotan todos los calificativos.