Tras un mes de parón la actividad crucerística regresó este pasado viernes a la ciudad herculina y lo hizo además por partida doble, con dos buques que si bien se dedican a un mismo cometido y operan para un mismo mercado, el británico, no pueden ser más diametralmente opuestos en concepto y tamaño: les hablo del Minerva y el Ventura. Queda oficialmente inaugurada la segunda vuelta del calendario crucerístico coruñés.

El Minerva inauguró el segundo semestre crucerístico en A Coruña.

Que nadie se asuste por la prolongada sequía cruceril que ha vivido nuestra ciudad en las últimas semanas; se trata de una consecuencia lógica de la estacionalidad de este sector en la que la gran mayoría de su flota opera en una región u otra del globo dependiendo de la época del año. Las dos zonas crucerísticas por excelencia son el Caribe (de noviembre a marzo) y el Mediterráneo (de junio a octubre) por lo que muchos buques llegan a A Coruña cuando «cambian» de domicilio, algo que sucede en los meses de abril/mayo y septiembre/octubre, tradicionalmente los meses con más presencia de este tipo de tráficos en nuestro puerto. Evidentemente muchas navieras operan con sus buques en una misma zona todo el año y un buen ejemplo de ésto es uno de los protagonistas de hoy, el formidable Ventura, que realiza cruceros por la zona occidental del continente europeo con salidas desde Southampton.

Pero antes de hablar del gigante de la P&O toca comentar la llegada de su compañero de amarre ya que por algo fue el primero en llegar. Procedente de St. Peter Port (Guernsey) el
pequeño Minerva arribó a la dársena herculina poco antes de las 07:00
horas con unos 400 pasajeros a bordo en su mayor parte súbditos
británicos y que estos días realizan una hermosa ruta de 16 días de duración con salida desde Portsmouth y que le llevará a visitar varios puertos de España y Portugal antes del desembarcar en Málaga el próximo 4 de agosto. La singladura tendrá un especial enfoque puesto en el archipiélago de las Azores ya que incluye escalas en tres de sus puertos: Angra do Heroísmo, Horta y Ponta Delgada.

Debido a las dimensiones del Ventura, el Minerva se vio obligado a atracar en el muelle de Calvo Sotelo Sur.
(Foto: Manuel Candal)

El Ventura por su parte se lo tomó con algo más de calma y no atracó en el muelle de trasatlánticos hasta pasadas las 09:00 horas procedente de Leixoes. A bordo casi 3.500 pasajeros británicos en su totalidad y que al igual que les ocurrió al casi medio millar llegados a bordo del Minerva no gozaron de un día muy veraniego en lo climatológico (de los pocos en los que no ha lucido el sol en este espectacular verano que estamos disfrutando). Aún así la agradable temperatura invitaba a callejear por la zona centro lo que dio ambiente a los aledaños de Maria Pita y los Cantones para alegría de la hostelería local.

Ventura menos madrugador que su pequeño compañero de atraque.

Expresar con cifras lo que claramente se ve a simple vista puede parecer innecesario pero personalmente siempre me ha parecido interesante enfrentar las cifras de dos navíos cuando coinciden atracados en el puerto por unas horas, máxime cuando éstos tienen unas dimensiones tan diferentes como es el caso que hoy nos ocupa. Si ya la eslora del Minerva (133 metros) ni se acerca a la medida del megacrucero inglés (291 metros), la cosa se vuelve aún más reveladora al hablar de la manga donde los 36 metros del Ventura casi doblan el ancho del más pequeño del dúo (20 metros). Pero donde las diferencias se vuelven meteóricas es al hablar de volúmenes, una magnitud que en el mundo naval se expresa con el registro bruto; en este campo el buque de la naviera Swan Hellenic (12.449 toneladas) pierde por goleada ante el gigantesco barco de la P&O (113.651 toneladas) o lo que es lo mismo; el Ventura es el equivalente a nueve «Minervas».

 La perspectiva ayuda al Minerva a defenderse ante el brutal tamaño del Ventura.
(Foto: Manuel Candal)

Destacar algo novedoso en un barco que nos visita tantas veces como el Ventura resulta un tanto complicado y en el caso de su escala del pasado viernes, la tercera que realiza este buque en A Coruña en lo que va de año, es esa ausencia de novedad lo que resulta noticiable; y es que el Ventura es el único buque de la P&O que todavía no luce la nueva y controvertida imagen corporativa de la compañía con la chimenea pintada en azulón y una enorme bandera británica a proa (falta el Adonia pero éste no incorporará los nuevos colores ya que a principios de 2016 abandona la compañía). La de esta semana puede que sea la última vez que veamos por nuestra dársena los tradicionales colores que esta ilustre naviera ha lucido durante los últimos 80 años por todos los rincones del mundo.

El cuasigemelo del Ventura, el Azura ya lució los nuevos colores corporativos de su naviera por nuestra ciudad el pasado mes de abril y lo cierto es que no le quedan nada mal.

En cuanto al Minerva he de reconocer que siempre ha sido un buque que me ha atraído, quizás en buena medida por la fascinante historia que se esconde en torno a su construcción, cuando a principios de los años 90 su casco fue botado en un astillero ucraniano con el propósito inicial de servir como buque espía soviético. Tras la caída del gigante de la hoz y el martillo el Okean, que así se iba a llamar en principio este buque de «investigación» (bonito eufemismo) quedó abandonado a su suerte hasta que en 1995 la naviera Swan Hellenic, subsidiaria por aquel entonces de la P&O, se cruzó en el destino del inacabado navío para llevar el casco de este buque a los astilleros italianos Mariotti con el propósito de reconvertirlo en un buque de cruceros de lujo. Así nació el Minerva que nos visitó este viernes. Pese a que en la actualidad este coqueto navío cuenta ya con casi dos
décadas de vida marinera se encuentra en perfecto estado de forma
gracias a la multimillonaria reforma de 83 días de duración sufrida a
principios de 2012.

A pesar de sus 19 primaveras el Minerva luce como el primer día.

 Volviendo al pasado día 24 y tras pasar toda la mañana en puerto, poco antes de las tres de la tarde el Minerva se hizo de nuevo a la mar poniendo rumbo al sur para iniciar su periplo por tierras lusas. Próxima parada Lisboa. Sin más visitas previstas en la ciudad para este año esperaremos el regreso de este pequeño pero bonito buque en 2016.

Rumbo a aguas portuguesas.

 Por su parte el Ventura prolongó su estadía en la ciudad hasta las cinco y media de la tarde cuando finalmente soltó amarras y se puso lentamente en movimiento. A diferencia del Minerva el  buque de la P&O puso proa al norte para dirigirse al puerto de Southampton, punto habitual de inicio y final de sus rutas. Al Ventura lo tendremos de nuevo en la ciudad, si se cumplen las previsiones, el próximo 28 de agosto. No quisiera acabar la entrada sin agradecer una vez más a mi amigo y habitual colaborador del blog Manuel Candal su aportación al desarrollo de este post en forma de maravillosas instantáneas. Las fotos del Ventura no corresponden a la escala del pasado viernes sino que me he visto obligado a tirar de archivo.