Quizás mi fuerte no sea la alta cocina ni la creación de platos originales, así que no se les ocurra probar la receta del encabezado en casa (puaj, asqueroso!). Dejemos la cocina de autor a Ferrán Adriá y centrémonos en los barcos. Bueno, realmente de eso se trata. Con ese «suculento» titular sólo pretendo destacar las influencias de nuestro protagonista de hoy, y es que en el Amadea confluyen tendencias alemanas con ideas japonesas.

Quizás las primeras no resulten complicadas de ver puesto que el Amadea trabaja ahora para la naviera germana Phoenix Reisen (aunque no es la propietaria real de la nave) y todo en su interior está orientado para satisfacer las demandas del exigente y pujante mercado alemán, así que una mirada rápida a la escala del barco bastará para comprobar que los «visitantes» proceden de este país centroeuropeo. Más dificil resulta distinguir que bajo esa occidentalización resultante de trabajar para el país de la eficiencia por antonomasia se esconde su ascendencia nipona. Quizás hubiese ayudado la presencia de unos ojos algo rasgados pero que quieren, los barcos no gastan de eso, salvo los «ojos de buey» (por supuesto exceptuamos a la flota Aida, que si los tienen y hasta los llevan maquillados).

El Amadea que atracó el pasado domingo 14 de agosto en A Coruña nació hace ahora 20 años en los astilleros Mitsubishi Heavy Industries de Japón bajo el nombre de Asuka, convirtiéndose aquel día en la nave de pasajeros más grande jamás construida en exclusiva para el mercado nipón. Su desplazamiento era de 28.856 toneladas de registro bruto, 192,5 metros de eslora y 24,7 metros de manga, cifras éstas que se mantienen en la actualidad.

Momento en el que el práctico sube a bordo del Amadea para dirigir la
maniobra de atraque.

Su diseño se basó en 2 naves construidas a mediados de los 80: Por un lado el Royal Princess (el actual Artania compañero de naviera actualmente del Amadea) y por otro el Crown Odyssey (el actual Balmoral de Fred. Olsen Cruise Lines). Del primero, por ejemplo, hereda el revolucionario diseño de tener la totalidad de camarotes exteriores, algo insólito hasta la construcción en 1984 del buque de la Princess Cruises.

El Amadea llegó hacia las 13:00 horas procedente del puerto de Lisboa y bajo una cortina de agua que le acompañó durante todo el día, la típica de este atípico verano. Con una capacidad máxima de 604 pasajeros
y una dotación de 244 tripulantes su ratio pasajero/tripulante no es realmente espectacular (2,3) pero sí lo es el ratio de espacio por pasajero. Esta cifra se obtiene de dividir el registro bruto de la nave por el número de pasajeros y expresa en cierto modo «cuanto barco» le «toca» a cada pasajero. Este guarismo es muy variable pero el estandar ronda el 30 llegando en los casos más extremos a 70, aunque por encima de 40 digamos que estamos entrando en un terreno bastante exclusivo. Pues el Amadea consigue en este campo un espectacular 48 lo que le convierte en uno de los buques más lujosos dentro de la categoría de tamaño medio llegando a la altura de unidades tan exclusivas como el Prinsendam de Holland Amerika Line o de los Regatta, Insignia y Nautica de la naviera Oceania Cruises. Es con diferencia el buque con más «pedigree» dentro de la flota Phoenix Reisen.

En la chimenea del Amadea se puede ver la imagen corporativa de la Phoenix Reisen.

A las 20:00 horas el Amadea soltó amarras con rumbo al puerto de Southampton, y lo hizo en mitad de una niebla tan cerrada que me resutó imposible sacar fotos durante la salida. Esperemos que el tiempo sea más benévolo en su próxima escala…

Esta foto de la popa del Amadea sirve para apreciar el 
«espléndido» dia que hizo el pasado domingo (hay que 
fijarse sobre todo en la parte baja del casco).