Para los que no habían tenido suficiente con la visita del pasado 27 de noviembre (como el que escribe) este 8 de diciembre hemos vuelto a disfrutar del espectáculo que es ver surcar las aguas de la bahía al Independence of the Seas, el barco de pasajeros más grande que jamás haya visitado A Coruña.
Como si de un deja vu se tratase, el gigante de Royal Caribbean volvió a calcar los horarios de su escala inaugural en la ciudad y permaneció atracado unas 6 horas con lo que los pasajeros tuvieron tiempo más que suficiente para dar una vuelta y conocer un poquito A Coruña. La pega fue que al tratarse de un festivo, se encontraron con casi todo cerrado salvo contadas excepciones, con lo que no pudieron dar rienda suelta a su vena consumista (una pena puesto que la última escala suele ser donde los pasajeros más gastan, por aquello de ser su última oportunidad para hacerse con los necesarios «souvenirs»)

Espectacular se mire por donde se mire, el Independence of the Seas es un gran complejo de ocio que incluye instalaciones nunca antes vistas a bordo de ningún buque de pasaje. Podría citar varias pero por no explayarme demasiado me voy a centrar en una: Los jacuzzis colgantes.

 Detalle de los jacuzzis colgantes

Son 2 y se encuentran a ambos lados del buque a una altura aproximada de unos 35 metros sobre el nivel del mar. Sobresalen casi 4 metros del barco ofreciendo una panorámica inigualable y la sensación de estar en una de esas piscinas infinitas ya que el jacuzzi se confunde con el mar. Una opción para relajarse muy a tener en cuenta siempre y cuando no se tenga vértigo, claro.

Arriba: Acceso al jacuzzi colgante (Foto: Andrew Disley)
Abajo: Panorámica del jacuzzi (Foto: Adam Bowie)

Un detalle que no estuvo a la altura del protagonista:  Es una circunstancia que ya no me pasó inadvertida en la escala inaugural del pasado noviembre y no quise comentar en aquella ocasión por lo de dejar correr el tema para que se quedara en el olvido, pero veo que una y otra vez el ser humano tiende a repetir los mismos errores, o como sucede en este caso, los mismos tópicos.
Un «personaje» vestido de torero (al menos lo que la naviera entiende como vestimenta de torero) recibía al pasaje  a pie de muelle con el objetivo de introducirlos, supongo yo, en la cultura del país al que acababan de llegar y de paso sacarles unos cuartos a los sorprendidos turistas que pensarían que irse de España sin una foto con un torero sería un error histórico de proporciones dantescas (debe ser el equivalente a ir a Australia y no salir en una foto abrazado a un canguro).
Tras mi pasmo inicial y deducir que aquella mamarrachada sólo podía ser una idea salida de algun cabeza-pensante de la Royal Caribbean me dediqué a sacar fotos a semejante memez no fuera a ser que, a la hora de contárselo despues a alguien, lo insólito de la historia no fuese creible de por sí.
Por si el torero no fuese bastante patético, para completar el cuadro los responsables del crucero situaron en la otra escala de acceso a una chica vestida de lo que ellos suponen que debe ser una bailaora sevillana, si bien la imagen se acercaba más a la de chica de Saloon en el lejano oeste.
Sin  ahondar más en el tema: Por favor, que los miembros de Royal Caribean se documenten un poquito antes de hacer estas cosas y se den cuenta de que en cuanto al folclore, aquí estamos más próximos a los escoceses que a los cordobeses, por ejemplo.

Royal Caribbean interpretando el folclore gallego. 
Sin comentarios.

A las 6 de la tarde se repitió el procedimiento y el Independence soltó amarras para dirigirse de nuevo a Southampton, punto y final de este crucero del que los pasajeros se llevan bonitos recuerdos, como la foto typical spanish con torero (¡y olé!).
Y que estas cosas sigan pasando en pleno siglo XXI…

CURIOSIDADES: 

2011 será sin duda el año del Independence of the Seas en A Coruña. Este megacrucero nos visitará un total de 11 veces el próximo año, y para el 2012 ya tiene 8 escalas programadas en nuestra ciudad.