Dice la sabiduría popular que después de caerse hay que aprender a levantarse. Cierto que para el caso concreto del Costa Concordia no se puede aplicar puesto que no se cayó si no que más bien «lo tiraron» y debido a ello ha habido que echarle una mano para que el buque italiano se alzara de nuevo. Y no ha sido una mano cualquiera si no la operación de salvamento marítimo más titánica de toda la historia, una obra de ingeniería naval sin precedentes que tuvo uno de sus puntos álgidos el pasado lunes con el adrizamiento final de la nave tras pasar más de 20 meses postrada sobre su costado de estribor en los acantilados de Isola de Giglio, a pocos metros de donde el 13 de enero de 2012 el buque de Costa Cruceros sufrió un brutal accidente por una temeraria maniobra de su capitán, Francesco Schettino, con el resultado final de 30 muertos y 2 desaparecidos.
lunes el buque se encuentra completamente adrizado y semisumergido
sobre la plataforma que le sirve de apoyo.
Tras el siniestro enseguida se elaboró un plan para tratar de sacar al megacrucero del lugar donde había quedado semihundido y ya entonces se preveía una operación muy compleja. Las tareas fueron encomendadas a la empresa norteamericana Titan Salvage en colaboración con la italiana Micoperi para llevar a cabo una operación nunca antes realizada en un navío de la envergadura del Concordia. Tras varios meses de estudio comenzaron los trabajos de preparación que consisitieron en el montaje del dispositivo para enderezar el buque; ello incluyó la construcción y colocación de 15 sponsons (cajones flotadores-estabilizadores) asidos al costado de babor del barco y que, llenados con agua, servirían de contrapeso para ayudar al barco a recuperar la vertical. También se acometió la construcción de una plataforma submarina con 16.000 toneladas de cemento que le serviría de base al buque siniestrado una vez adrizado.
Tras varios meses de estudio y otros tantos de preparación finalmente llegó el ansiado día de comprobar si la teoría y la aplicación de los cálculos matemáticos se convertían en realidad. El proceso de devolver a la vertical el Costa Concordia llevado a cabo el pasado lunes recibe el nombre de parbuckling y consistió en la utilización de varios gatos hidráulicos con una fuerza de tiro de 60 toneladas cada uno para tensar los 36 enormes cables de acero unidos a la parte superior de los cajones instalados en el costado de babor del buque. Tras 20 horas de trabajo el Costa Concordia alcanzó su punto de adrizamiento (0 grados de inclinación o posición vertical) apoyado sobre la plataforma submarina construida a tal efecto. En ese momento sonaron las sirenas para indicar que la operación había finalizado con éxito. Tras concluir esta fase del proceso de rescate y antes de iniciarse los trabajos en la parte que hasta ahora permanecía sumergida, se procederá a la búsqueda de las dos personas que a día de hoy continúan desaparecidas (una pasajera y un miembro de la tripulación) y cuyos cuerpos se cree que permanecen en el interior de la nave.
La operación no sólo ha sido la más compleja nunca llevada a cabo si no también una de las más caras; se calcula que el coste final de la misma será de unos 600 millones de euros. Teniendo en cuenta que el coste de construcción del buque fue de algo más de 400 millones de euros el Costa Concordia también podrá presumir del obtener el récord de buque más caro destinado al desguace (para «alegría» de la naviera Costa Cruceros y de las aseguradoras). La operación del pasado lunes y que culminó con exito tras 20 horas fue un auténtico ejercicio de coordinación entre 500 técnicos de más de 26 países, entre ellos 120 buceadores, 50 ingenieros y 22 medios navales de apoyo.
Si todo sale bien se calcula que en la primavera el Costa Concordia podría volver a flotar y entonces si, la pesadilla iniciada aquel fatídico día de enero concluirá por fin más de dos años después. A continuación les dejo un vídeo grabado en time-lapse en el que se puede ver la maniobra de adrizamiento del Costa Concordia, de 20 horas de duración, en apenas un minuto:
Dicen que en Italia se han tomado la operación del pasado lunes como una metáfora de la situación del país, representado por el coloso caído que lentamente se vuelve a poner en pie. Es una manera de verlo pero en mi opinión y más que una metáfora la historia nos deja unicamente una moraleja: El ser humano es capaz de proezas inimaginables como la de levantar colosos… que su prepotencia derribó previamente.