Hoy nos visitó (mejor dicho, ayer) el buque de crucero AidaSol de la naviera alemana Aida Cruises.
Procedente de Lisboa, el AidaSol llegó a la dársena herculina muy temprano, pasadas las seis de la mañana y atracó dando atrás en el muelle de trasatlánticos tras maniobrar a la altura del Castillo de San Antón. A bordo del crucero alemán algo más de 2.000 pasajeros que se encuentran disfrutando de una travesía de 15 días de duración con salida en Palma de Mallorca y llegada a Hamburgo. Ironías de la vida, al Sol lo recibió la lluvia a su llegada a A Coruña.
Construído en los astilleros Meyer Werft de Papenburg (Alemania) y botado en 2011 el AidaSol es el quinto componente de la exitosa serie Esfinge, compuesta por siete unidades similares en diseño. Sus hermanos AidaDiva y AidaBella (primero y segundo de la clase) nos han visitado ya este año, el último de ellos lo hizo el pasado 27 de abril.
El AidaSol tiene un registro bruto de 71.304 toneladas y sus dimensiones principales son de 251´9 metros de eslora, 32´2 metros de manga y 7´3 metros de calado. En su interior puede albergar a un máximo de 2.500 pasajeros aunque la cifra en doble ocupación baja hasta los 2.198 y su tripulación está formada por 634 personas. De sus 1096 camarotes el 45% presenta balcón exterior.
Su distintivo de llamada es ICPE. La I inicial se debe a su bandera italiana ya que el AidaSol pese a pertenecer a una naviera germana y operar para el mercado de este país centroeuropeo tiene como puerto de registro el de Génova ya que Aida Cruises es propiedad de la naviera transalpina Costa Cruceros.
Es la primera de las dos visitas que el AidaSol tiene programadas en A Coruña para este 2015. La segunda y última tendrá lugar el próximo 23 de agosto.
Tras casi 11 horas de estancia en puerto a las cinco de la tarde el AidaSol reemprendió viaje rumbo a su siguiente destino y que también tendrá acento español; el puerto de Santander, punto habitual de recalada para esta naviera y al que el Sol llegará a primera hora de hoy. Durante la maniobra de salida el AidaSol estuvo acompañado en todo momento por dos remolcadores, uno a proa y otro a popa, debido al fuerte viento reinante en el momento de zarpar.
Un especial agradecimiento antes de acabar a mis buenos amigos Manuel Candal y Jose R. Montero por sus excelentes fotos y por lo rápido que me las hicieron llegar.