La semana grande del año en términos crucerísticos tuvo uno de sus puntos álgidos el pasado jueves con la escala de dos nuevos buques de pasaje en el puerto herculino; por un lado el imponente Navigator of the Seas y por otro el elegante y vanguardista Le Boreal, dos espectaculares navíos, cada uno dentro de su estilo y que cubren dos huecos muy diferenciados dentro del vasto mercado de la navegación de placer como veremos a continuación. Pero antes de meternos en harina unos cuantos detalles sobre la llegada de estos buques a la ciudad, empezando por el primero en llegar, el Navigator of the Seas.
Se lo tomó con mucha calma el gigantesco barco de Royal Caribbean en su ruta hacia A Coruña, con velocidades que apenas superaron los 13 nudos durante gran parte de la singladura, pero lo cierto es que el trayecto era muy corto pues el buque procedía de Vigo. Aún con su pausada navegación el Navigator se plantó en la ciudad poco después de las 6 de la mañana para quedar atracado minutos más tarde en el habitual muelle de trasatlánticos. A bordo del gigantesco navío iban 3.161 pasajeros que se encontraban realizando el crucero de reposicionamiento que supone la vuelta del Navigator OTS a Europa tras finalizar su temporada crucerística invernal por el Caribe. Esta travesía comenzó el pasado 22 de abril en Miami y tras una semana
de exclusiva navegación tuvo lugar la primera de las escalas en Ponta Delgada
(Azores)
. Tras ella Lisboa, Vigo, A Coruña y Le Havre (para visitar París)
antes de finalizar el crucero en Southampton a
primera hora del día de ayer. La ciudad inglesa será su base de cruceros hasta principios de noviembre y por este motivo veremos por nuestras aguas al Navigator en más de una ocasión este año.
El Navigator of the Seas visitará A Coruña este año hasta en tres ocasiones.
 El Le Boreal por su parte fue bastante menos madrugador que su compañero de amarre y no hizo acto de presencia hasta pasadas las 10 de la mañana cuando dirigió sus 142 metros de eslora hacia su punto de amarre asignado situado esta vez en el muelle de Calvo Sotelo Sur al estar la mayor parte de la línea de atraque del muelle de trasatlánticos ocupada por el Navigator of the Seas. A bordo del buque propiedad de la naviera francesa Ponant llegaron unos 240 pasajeros que estos días se encuentran realizando una travesía iniciada el pasado primero de mayo en el puerto de Lisboa y que tendrá por escalas las dársenas de Leixoes (de donde procedía a su llegada a nuestra ciudad), A Coruña, Santander, Bilbao y St. Malo. Sin lugar a dudas el punto fuerte del crucero será su apoteósico final cuando el Le Boreal atraque en el mismísimo centro de Londres tras remontar parte del río Támesis y pasar bajo el mítico London Bridge.
A media mañana el coqueto Le Boreal asomó tras el castillo de San Antón.

Los caprichos del calendario han querido que el Le Boreal visite la ciudad justo un año después de su última escala en el puerto herculino; en aquella ocasión el navío galo estuvo acompañado por otros tres buques de pasaje. Esta vez ha sido sólo un dúo.

Cada vez que traigo a esta página a un nuevo protagonista hago
referencia a él como un «crucero» o más correctamente expresado un
«buque de cruceros», una definición que abarca una gran variedad de
tipologías y tamaños de barcos como bien habréis podido comprobar los
que leéis asiduamente el blog. Un ejemplo de ese amplio abanico de buques de cruceros lo constituyen nuestros dos protagonistas de hoy que como veremos a continuación no pueden ser más antagónicos.
Salvo por el hecho de que ambos realizan cruceros, cualquier parecido entre Le Boreal y Navigator OTS es pura coincidencia.
El Navigator of the Seas pertenece al sector de los megacruceros siendo su naviera, Royal Caribbean la inventora de este concepto allá a finales de la década de los 80 del pasado siglo con la aparición de los primeros buques que podríamos definir como «megaciudades flotantes». Se trata de buques de corte generalista, con una calidad correcta pero sin grandes lujos, y donde el principal atractivo reside en el amplísimo abanico de alternativas de ocio que ofrecen a bordo y que convierten el itinerario en una mera excusa, o al menos que quede relegado a un segundo plano. Son buques con una gran capacidad de pasaje; el Navigator puede albergar hasta  3.300 pasajeros en doble ocupación pero un Harmony o un Symphony of the Seas, los más grandes del mundo, presentan un aforo máximo de 6.500 cruceristas. Es evidente que con estas cifras será complicado encontrar un rincón tranquilo y solitario a bordo pero al menos las diferentes opciones de entretenimiento están lo suficientemente segmentadas como para evitar aglomeraciones exageradas (requiere, eso si una planificación previa de las actividades a bordo antes de iniciar el crucero), aunque inevitablemente se producen en determinados momentos o instalaciones. Las tumbonas de las piscinas suelen ser uno de esos lugares problemáticos.
Cubiertas y más cubiertas atestadas de camarotes con balcón privado; el Navigator of the Seas es un ejemplo de libro de lo que es un megacrucero moderno.
Evidentemente el concepto del Le Boreal es bien distinto; aquí hablamos no ya de un buque de categoría premium (que sería la categoría siguiente a la generalista) sino de un buque de gran lujo, también llamados barcos-boutique por su esmerado servicio a bordo que se hace patente en la elevada proporción de tripulantes respecto al número de pasajeros; el ratio pasajero-tripulante del Le Boreal es 1´5 mientras que el del Navigator no baja de 2´6, lo cual es una diferencia enorme. El pequeño tamaño del navío galo consigue otro objetivo que es el de recrear un ambiente a bordo similar al de un yate privado. En este tipo de buques la oferta de ocio tal y como se entiende en las megaciudades flotantes anteriormente descritas simplemente no existe (salvo la piscina) pero es que sus clientes tampoco la buscan. Sus puntos fuertes son, además de la gran atención por parte de la tripulación, la gastronomía y unos atractivos itinerarios gracias a las pequeñas dimensiones de estos buques que les permiten atracar o fondear en puertos inaccesibles para los grandes megacruceros. El Le Boreal ofrece en este sentido un plus a mayores y es que su configuración, con un casco especialmente reforzado para navegar entre hielos, le permite realizar rutas por zonas de la Antártida y el Ártico, un nicho éste el de los cruceros de expedición que es el que mayor crecimiento está experimentando en los últimos años dentro del sector de los cruceros.
En el Le Boreal ya no hablamos de camarotes sino de suites y practicamente la totalidad de ellas presenta el tan demandado balcón privado.

Volviendo al pasado jueves los dos buques de cruceros que se dieron cita en A Coruña partieron a media tarde. El primero en hacerlo fue el Le Boreal que soltó amarras poco antes de las séis de la tarde poniendo rumbo a Santander. El Navigator le siguió 20 minutos después en una maniobra mucho más vistosa que incluyó giro de 180 grados en aguas interiores. Una vez rebasado el dique de abrigo el buque de Royal Caribbean ganó velocidad y puso rumbo a su siguiente destino, la ciudad francesa de Le Havre. El Navigator of the Seas repetirá presencia en la ciudad el próximo mes de octubre y lo hará por partida doble, con escalas los días 10 y 22 de ese mes. El Le Boreal por su parte se despide de la ría herculina hasta el año que viene.
El Navigator of the Seas volverá a aguas coruñesas en otoño.

Las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.