Continuando con el análisis sobre lo que dio de sí la doble escala del pasado martes protagonizada por los buques Britannia y Le Champlain en esta segunda parte de la entrada os contaré más detalles sobre el segundo de ellos, cuya visita supuso su estreno en la ría coruñesa.

El Le Champlain con una inscripción arengando a Utu para que mate a alguien.

Como mencioné al final de la primera parte de este post el Le Champlain forma parte de la segunda generación de nuevos navíos de Ponant Cruises tras los Boreal Class y que en este caso reciben el nombre de Explorer Class. Comparativamente lo que más llama la atención de esta familia respecto a la clase precedente es su menor tamaño, algo inusual en la industria crucerística que suele aumentar el tonelaje cada vez que presenta un nuevo proyecto. La Explorer Class inició su andadura oficial el pasado año con la botadura de su primera unidad, el Le Lapèrouse, que debutó en el mes de junio y que tan sólo tres meses después se estrenó en aguas herculinas. Nuestro protagonista de hoy es la segunda unidad de la serie del total de séis que compondrán el proyecto. Este mismo lunes iniciaba su carrera comercial desde el puerto de Málaga el Le Bougainville, que el pasado fin de semana se veía obligado a hacer una parada de emergencia en A Coruña para evacuar a un tripulante. A él lo seguirá en verano el Le Dumont D´Urville, cuya escala inaugural en nuestra ciudad se producirá este mismo año, el 26 de septiembre. Para 2020 quedarán los dos últimos navíos, el Le Jacques Cartier y el Le Bellot.

Cada uno de los buques de la Explorer Class recibe su nombre de algún afamado explorador francés. El Le Champlain hace mención a Samuel de Champlain (1567 – 1635), un reputado navegante (y cartógrafo, dibujante, soldado, geógrafo, etnógrafo, diplomático…) entre cuyos principales logros está el de ser el fundador de la ciudad canadiense de Quebec. Por ello es conocido como el «Padre de la nueva Francia» y en este país norteamericano numerosos lugares (calles, plazas e incluso un lago cartografiado por él mismo) llevan su nombre; no obstante llegó a ser Gobernador General de Canadá.

 Arriba: Al igual que el resto de sus gemelos, el Le Champlain recibe el nombre de un afamado explorador francés.
Abajo: Estatua de Samuel de Champlain erigida en el centro de la ciudad de Quebec.
(Foto abajo: Wikipedia)

Centrándome ya en los aspectos relacionados con el barco, el Le Champlain es un buque de 9.976 toneladas de registro
bruto y 1.353 toneladas de peso muerto que tiene unas dimensiones principales de 128 metros de
eslora, 18 metros de manga y un calado de 4´7 metros. En sus 5 cubiertas
de pasaje el buque francés puede acomodar a 184 pasajeros en sus 92 camarotes, todos ellos con balcón o terraza, según la
categoría. Su tripulación la componen 112 personas. Al igual que el
resto de la flota de Ponant Cruises el Le Champlain luce como pabellón el segundo registro francés con Mata-Utu (Islas Wallis y Futuna)
como puerto de registro. Una curiosidad en torno a la figura de este
buque es que su construcción se llevó a cabo en dos lugares distintos,
iniciándose los trabajos en la factoria que los astilleros VARD poseen en la localidad rumana de Tulcea. Una vez acabado el casco éste fue remolcado hasta la sede que la factoría tiene en Alesund (Noruega), donde se finalizaron los trabajos en primavera de este mismo año.

El Le Champlain en pleno aguacero a su llegada a la dársena coruñesa el pasado martes.

En el apartado mecánico el Le Champlain cuenta con la habitual propulsión
diesel-eléctrica a cargo de 4 generadores Wärtsilä 8L20 que
rinden una potencia
de 6.400 KW y equipa dos hélices convencionales en lugar de los cada
vez más usados pods. A mayores una hélice a proa de 800 KW facilita las
maniobras de atraque y desatraque. Estéticamente el diseño exterior del Le Champlain es bastante llamativo siendo quizás una de sus señas de identidad la posición de sus dos botes salvavidas, situados
muy altos en relación al tamaño de la nave; de hecho su ubicación, a 18
metros sobre la línea de flotación, excede en 3 metros lo exigido por
los reglamentos de seguridad de la Organización Marítima Internacional (OMI). Ponant y los astilleros VARD
consiguieron que se admitiera esta excepción tras demostrar que los
sistemas de evacuación de la nave son igual de eficaces con este
emplazamiento alternativo, con el que la naviera consiguió además
incluír más camarotes con balcón.

Del perfil del Le Champlain destaca la posición tan alta de los botes salvavidas, cuya ubicación necesitó de una exención especial sobre la normativa general por parte de la OMI.
Volviendo a la jornada del pasado martes  y tras una mañana de perros en los climatológico los coruñeses disfrutamos de cierta tregua para ver la partida de los dos navíos. El primero en zarpar fue el Britannia que minutos antes de las cinco de la tarde soltaba amarras y se ponía lentamente en movimiento para regocijo de los curiosos que en esos momentos se encontraban en las inmediaciones del puerto y que pudieron disfrutar de un espectáculo visual de primer orden. Tras doblar el dique de abrigo el buque binglés puso proa al norte para dirigirse a su siguiente destino, el puerto de Bilbao. El próximo 28 de mayo el Britannia repetirá visita en A Coruña.

A las cinco de la tarde el Britannia zarpaba rumbo a Bilbao.
El Le Champlain por su parte esperó hasta las séis y media de la tarde para cerrar su visita inaugural a la ciudad y tras una maniobra más compleja por lo incómodo de su emplazamiento aumentó revoluciones una vez superado el dique poniendo proa también al norte aunque con menos millas de viaje por delante que el Britannia. Santander era su objetivo. Sin más escalas previstas de momento en la ciudad a corto y medio plazo esperamos ver pronto por aguas de la ría herculina a este exclusivo navío que hace bueno aquello de que las mejores esencias vienen siempre en frascos pequeños.

El Le Champlain durante su salida de A Coruña disfrutando de las bondades del golfo ártabro.

 No quisiera terminar esta entrada especial dedicada al Le Champlain y en menor medida al Britannia sin agradecer a mi amigo y habitual colaborador del blog, Manuel Candal, su participación en este doble post en forma de estupendas fotos y un agradecimiento muy especial a la Autoridad Portuaria de A Coruña por permitirme tomar parte en la recepción celebrada a bordo del Le Champlain.

Salvo las que indiquen lo contrario las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.