(Foto: Eric The Fish)



Aprovechando el periodo de tregua
que nos dan las escalas de cruceros en estos primeros meses del año, es un buen
momento para comentar los hechos más destacados en la actualidad de este
mundillo siempre en constante movimiento. Resulta curioso que, aniversarios de catástrofes como la del Costa Concordia hace unos días aparte, el principal protagonista en estas primeras semanas del año sea un barco que ya no
está en activo. Quizás la razón de que ultimamente su nombre vaya de boca en
boca sea que describirlo llanamente como «barco» sea simplificar
mucho la cosa.
Les hablo del Queen Elizabeth 2, uno de los más famosos navíos de todos los tiempos, el último transatlántico construido en el Reino Unido y uno de los mayores símbolos británicos del siglo XX.

La «Reina» en una de sus múltiples visitas a A Coruña.



Para poner en antecedentes a los
que le hayan perdido la pista a este emblema de la navegación oceánica, les diré que
el Queen Elizabeth 2 fue retirado tras casi 40 años de servicio comercial a
finales de 2008 y su propietaria, la naviera Cunard Line llegó a un acuerdo
con el gobierno de Dubai  para vender el buque por unos 75 millones de
euros. Los planes originales del Emirato eran transformar la nave en un hotel de
lujo atracado en la isla artificial de Palm Jumeirah convirtiéndose de esta
manera en un atractivo más en el turismo de lujo por el que apuesta este pequeño territorio desde hace ya unos años. La crisis mundial golpeó
duramente a Dubai (si, incluso los jeques tienen crisis) y los planes reservados al Queen Elizabeth 2 quedaron en el olvido permaneciendo el mítico barco atracado en Port Rashid a la espera
de una solución definitiva.

Lo que pretendia ser (pero no pudo ser): En esta ilustración podemos ver 
los planes que el emirato de Dubai tenía en mente para la «reina». La faraónica 
construcción de la isla artificial de Palm Jumeirah se coronaría con el  
Queen Elizabeth 2 atracado en ella funcionando como un gran complejo de lujo.

Como digo la vida de esta gran «reina» lleva unas semanas de auténtica convulsión; la bola empezó a rodar el 23 de
diciembre. Fue el día antes de nochebuena cuando el diario británico Daily Mail
informaba de que Isithmar, brazo inversor del gobierno dubaití y actuales propietarios del Queen Elizabeth 2,
había vendido el mítico navío a un inversor chino desconocido por 20 millones
de euros y que el destino del barco era el desguace. Creánme que no exagero si
les digo que en lo relativo a barcos, ésta era la noticia más triste recibida en todos mis años dedicados a esta afición.

La llegada del Queen Elizabeth 2 a Dubai a finales de 2008 fue todo un
 acontecimiento. Miles de embarcaciones escoltaron a a «la reina», incluido 
un enorme Airbus A380 de Emirates surcando los cielos.
(Fuente: cruisenewsdaily.com)

Pese a que los rumores sobre un
triste final en forma de desguace son recurrentes en torno a la figura del
mítico liner, lo del pasado día 23 era más que eso; existían más que evidencias
para pensar que esta vez el humo sí indicaba la presencia del fuego; tres días antes de navidad los 40 miembros de la tripulación a bordo del buque perteneciente a
la empresa V-Ships y que desde la llegada del barco al emirato se encargaban
de su mantenimiento (a razón de unos 800.000 euros al mes) habían sido
sustituidos por una tripulación china de 20 personas que previsiblemente se encargaría de
preparar el buque para su viaje final hacia el punto de desguace.

El Queen Elizabeth 2 fondeado en Queensferry durante su última visita 
a Escocia en octubre de 2008.
(Foto:Ken MacLeod)


Quizás en el Emirato la noticia no
tenía mayor transcendencia que la que tiene una operación financiera más para sanear las
comprometidas cuentas del país, pero a 6.000 kilómetros de alli, en las islas
británicas para ser más exactos, la noticia de la supuesta venta de «la
reina» para convertirla en chatarra puso en pie de guerra a los británicos
desde Newcastle hasta Southampton; sobre todo en esta última ciudad, el hogar
del mítico Cunarder durante cuatro décadas.
Expresiones como “infamia”o “acto
de vandalismo” comenzaron a incendiar las redes so
ciales y m
uchas de esas críticas iban dirigidas hacia los expropietarios
del buque, la naviera Cunard,
a los que
acusaban de perman
ecer inmóviles ante la ignominia que supondría el destrozo de uno de los
mayores icono
s de la historia marítima británica. 


El Queen Elizabeth 2 es el último transatlántico construido en Gran Bretaña.
(Foto: Upper Clyde Shipbuilders Company)



Viendo el cariz que estaban tomando
los acontecimientos y para templar gaitas, la Cunard emitió un comunicado pocas horas después de saltar la noticia.  En el mismo un portavoz de la compañía
declaraba que tras mantener contactos con Dubai concluían que la noticia era uno de tantos
rumores surgidos en los últimos meses en torno al transatlántico. El comunicado
finalizaba con una recomendación: “nuestro mejor consejo es que ignoren la noticia”. Pese a estar englobada desde hace unos años en el gigante americano
Carnival Corp. el comunicado de la naviera rezumaba elegancia británica por los cuatro costados pero no aclaraba nada en particular sobre el futuro del liner.

Pasado y presente: El QE2 en primer término, permanece atracado en el Emirato 
en compañía del actual Queen Elizabeth, el buque que tomó el relevo del mítico 
liner a finales de 2010. Pese a lo que indiquen sus nombres y sus colores,
los conceptos son totalmente diferentes y la magia se ha perdido.


Aún con todo, el hecho en sí de que
Cunard emitiese un comunicado ya era de gran relevancia puesto que tras la
salida del QE2 de la compañía muchas veces habían saltado rumores acerca de un
trágico final para el navío y nunca su antigua propietaria se había pronunciado
al respecto, (aunque fuera como en este caso para no aclarar nada) pero pese a los intentos de la naviera
por tranquilizar al personal el lío ya estaba montado.
Con el paso de las horas se fueron conociendo nuevos detalles de la supuesta operación, el peor de todos que la oferta de 20 millones de
euros aceptada de los chinos h
abía sido igualada por un
consorcio británico que pretendía traer el buque de vuelta a casa. ¿el motivo
de aceptar la opción asiática? Los chinos ofrecían el dinero «a tocateja», justo lo que le hace falta al
emirato para resolver sus problemas de liquidez. En definitiva, gasolina para apagar
el incendio


Pese a permanecer 4 años amarrado en Dubai el estado del Queen Elizabeth 2 es sensacional. De su mantenimiento se ha encargado (hasta finales de diciembre) una tripulación de 40 personas. El único cambio reseñable desde su llegada al Emirato es la desaparición del logotipo de Cunard de sus costados y la bandera que luce ahora es la de Vanuatu. En la popa del QE2 podemos leer ahora «Port Vila» (se aprecia aún su anterior puerto de registro, Southampton)
(Foto: Nuno Jesus)


El mencionado consorcio británico
es un conglomerado de varias organizaciones cuyo proyecto busca traer de
vuelta al Queen Elizabeth 2 al país que lo vio nacer para atracarlo en el río
Támesis convirtiéndose asi en una atracción más de la capital británica. El
proyecto cuenta con el apoyo del ministro de finanzas británico George Osborne, y el alcalde de
Londres, Boris Johnson
, entre otros y pretendía situar al mítico liner en la zona de Carlsberg Wharf, justo enfrente del O2 Arena. Una vez colocado allí y convenientemente lastrado, las previsiones eran de convertir al Queen Elizabeth 2 en un hotel de 5 estrellas con visitas para el público. En
la zona adyacente al buque se construirían otras atracciones
turísticas, la más destacable sería la colocación del mítico Concorde,
juntando asi a dos de los principales exponentes de la ingeniería
británica del siglo XX frente a frente. El proyecto que cuenta con crear más de 1.500 puestos de trabajo, lleva varios años fraguándose pero se ha mantenido en secreto para evitar que las negociaciones se vean afectadas.

El «QE2 London Project» busca traer al mítico liner de vuelta a casa. 
En el fotomontaje de arriba puede verse la ubicación que tendría 
el Queen Elizabeth 2 justo enfrente del O2 Arena.
(Fuente: maritimematters.com)

En principio el plan contaba con varios peros; el primero las dimensiones del buque que le dificultarían remontar parte del río y su posterior ubicación que obligaría a realizar un extenso proceso de dragado. Otro inconveniente lo pone la Autoridad Portuaria de Londres que no daría el visto bueno al proyecto hasta realizar un cuidadoso estudio para asegurar que la ubicación del QE2 en una orilla del Támesis no provocaría problemas de tráfico en el río al resto de embarcaciones.

Unos días más tarde de la publicación de los detalles sobre el plan londinense, algunas fuentes afirmaban que las negociaciones para traer a «la reina» de vuelta a casa estaban ya muy avanzadas y que era cuestión de semanas que se hiciera oficial la decisión. Otro de los detalles que indicaban que ya había una decicsión tomada es que a principios de este mes, el gobierno de Dubai cancelaba más de 160
eventos previstos a bordo del Queen Elizabeth 2 para este 2013, lo que
venía a confirmar que el futuro inmediato del navío estaba lejos del
emirato. Un rayo de esperanza parecía
abrirse camino en el negro horizonte del transatlántico retirado pero ¿si el
futuro era ir a Londres, que hacía la tripulación china a bordo del buque desde
hacía dos semanas?

¡¡¡Que vuelva la Reina!!. Desde que se conoció la posibilidad de que el  
Queen Elizabeth 2 podría volver a casa, un
ejército de fieles seguidores  
se han volcado en la causa organizando campañas para la captación de fondos.
(Marc-Antoine Bombail) 

En los días posteriores distintos
rumores siguieron surgiendo en torno
a la figura del QE2 apuntando los más variados destinos y los más diversos usos para el gran transatlántico; desde ser llevado a Macao para funcionar como hotel flotante a un posible traslado a Omán a una instalación construida por
los E.E.U.U. para dar servicio a sus portaaviones, donde sería utilizado como una
nave de alojamiento.
Otras
fuentes, cercanas al arquitecto naval Stephen Payne (el diseñador del Queen Mary 2
, entre
otros) apuntaban a que el destino final de la nave sería Singapur.
 

El Queen Elizabeth 2, en primer término, navegando a la par con su 
compañero de naviera, el Queen Mary 2. Este último es, tras la retirada del QE2,  
el único transatlántico que continúa en activo.
(Foto: autor desconocido)

 

Finalmente el pasado
17 de enero y tras casi un mes de especulaciones se aclaró el
misterio, al menos en parte; el consorcio asiático Oceanic Group habría firmado un acuerdo con Isithmar
para la compra del Queen Elizabeth 2. Pese a la publicación de la noticia, adelantada por el Financial Times,
los actuales propietarios del legendario buque no han confirmado la venta y
tampoco la Cunard se ha pronunciado al respecto.
La
previsión es que el QE2 será llevado a Hong Kong o Singapur para servir como
hotel flotante tras una profunda remodelación en un lugar aún por determinar. Entre los detalles de la operación financiera que han transcendido se sabe que Dubai se librará de pagar el casi millon de euros que le cuesta al mes tener amarrado el transatlántico en Port Rashid y que Oceanic Group se cubrirá las espaldas con una opción de recompra por un precio mínimo de 26 millones de euros si se quiere deshacer del barco en 2022.

 

Pese a que con la
teórica compra del buque parece que se ha zanjado el tema, la
polémica no ha acabado todavía. Los partidarios de la opción londinense no se
resignan a aceptar este desenlace y buscan nuevos apoyos, ese mismo apoyo que
afirman no haber recibido de la antigua propietaria del buque, la naviera
Cunard, que ha preferido mantenerse al margen de la cuestión en todo momento con las
consiguientes críticas por parte de los amantes, que ven en ésta una ocasión
de oro perdida para traer a la vieja reina de nuevo a casa.

El Queen Elizabeth 2 zarpando en su despedida de A Coruña el 29 de abril de 2008.

Si me piden mi modesta opinión a la vista de como empezaba la historia se puede considerar que la salida de la reina del emirato con destino al lejano oriente es un mal menor, una especie de final agridulce, aunque la posibilidad de llevar el barco a Londres era tan bonita y ha estado tan cerca… Quien sabe, quizás en un futuro no muy lejano el proyecto británico tenga una nueva oportunidad y es que en lo relativo al futuro de esta leyenda de los mares parece que nunca hay nada definitivo. De momento parece ser que el Queen Elizabeth 2 ha esquivado otra bala, una más, pero lo cierto es que en un mundo como éste donde palabras como mercados, inversión o capital, tienen más importancia que historia, leyenda, o épica y donde lo económico siempre supera a lo sentimental conviene no hacerse nunca muchas ilusiones. No soy pesimista, es que ya he visto esta película muchas veces y se como acaba. Al final el protagonista muere…

La imagen del Queen Elizabeth 2 presidiendo mi habitación.