Que dos de los buques más lujosos de sus repectivos segmentos como son Mein Schiff 4 y Silver Whisper coincidan atracados en nuestra ciudad el mismo día es todo un acontecimiento que dificilmente se puede ver eclipsado… pero a veces ocurre, y es lo que aconteció este martes con la doble escala de estos navíos, que vieron como  su estancia en tierras herculinas quedaba parcialmente deslucida por culpa de un tercer protagonista que llegó a media tarde en «escala no programada»: la niebla.

Los tres protagonistas de ayer en A Coruña: Mein Schiff 4 (en primer término), Silver Whisper (se le intuye al fondo) y la niebla (dominando toda la escena).

Pero eso fue por la tarde.  A su llegada a primera hora de la mañana los
dos teóricos únicos protagonistas de la jornada disfrutaron de su
momento de gloria, con el único inconveniente de que su temprana hora de
entrada les restó admiradores. Poco antes de las 7 de la mañana hacía
su aparición en la ría herculina el flamante Mein Schiff 4, cuyo imponente tamaño, sumado a su llamativa estética llamaron la atención de los pocos viandantes que a esas tempranas horas transitaban por las inmediaciones portuarias. El navío, propiedad de la germana TUI Cruises
trajo a la urbe herculina a unos 2.300 cruceristas, alemanes en su
totalidad por ser éste el mercado para el que trabaja la naviera. A su
llegada a A Coruña el Mein Schiff 4 procedía de Lisboa.

El Mein Schiff 4 dificilmente puede pasar desapercibido allí donde atraca.

 Con el gigante germano asegurando todavía sus cabos a los norays del muelle de trasatlánticos fue el turno del segundo en discordia, el exclusivo Silver Whisper, que procedente del puerto de Leixoes atracaba en A Coruña
con algo más de 300 pasajeros. Su punto de amarre se encontraba esta
vez bastante alejado de miradas curiosas ya que se trató del muelle de Calvo Sotelo Sur al estar el más habitual muelle de trasatlánticos reservado en su totalidad para el integrante más grande del dúo por incompatibilidad de esloras.

Silver Whisper: lujoso no, lo siguiente.

Los dos mil y pico turistas que viajan a bordo del «Mi barco 4» (nombre absurdo donde los haya para una nave de pasaje) disfrutan estos días de un crucero de  9 noches de duración con salida desde Palma de Mallorca y escalas en Cádiz, Lisboa, nuestra ciudad y Southampton antes de finalizar la travesía el próximo sábado en el puerto germano de Bremerhaven, que será base de sus rutas hasta finales del mes de agosto, cuando el Mein Schiff 4 cambiará de domicilio estableciéndose en Gran Canaria para pasar allí la temporada invernal.

En el caso del Silver Whisper la singladura que lo ha traído hasta nuestra ciudad se extiende hasta las 12 noches. Comenzó el pasado día 10 en el puerto de Barcelona y ha tenido hasta su llegada a aguas gallegas paradas en Cartagena, Málaga, Gibraltar y Lisboa, además de la mencionada escala en Leixoes, punto habitual de atraque para las naves de este tipo con el objetivo de que los cruceristas puedan visitar la bella ciudad de Oporto. Tras A Coruña el viaje continuará hacia Burdeos y posteriormente una última escala en la medieval St. Malo antes del desembarque en Southampton el día 22.  A los que les haya llamado la atención el recorrido y sientan ganas de preguntar sobre precios les diré simplemente que la experiencia Silversea hay que pagarla, y bien: un crucero como el
descrito a bordo del Silver Whisper parte de los 6.000 euros en el
alojamiento más asequible, si bien hay que aclarar que a bordo de este
buque sólo hay suites y que lo de «alojamiento más asequible» se refiere
a una suite exterior de 27 metros cuadrados con zona de salón, baño forrado de
auténtico mármol y con productos cosméticos de las marcas Bulgari y
Ferragamo entre otros detalles. En el colmo de la exclusividad Silversea ofrece a los cruceristas que viajen en el Whisper la opción de elegir no sólo el tipo de almohada de su suite sino también el grado de firmeza de su colchón. Ahí dejo el dato.


Arriba: Viajar el el Silver Whisper o en cualquiera de los buques de la naviera Silversea no está al alcance de cualquier bolsillo.
Abajo: El interior de una de las Silver Suites ya revela que no estamos ante un barco convencional.

(Foto abajo: Silversea)

Vamos ahora con unos cuantos datos de estos dos auténticos palacios flotantes que nos visitaron ayer, empezando por el Silver Whisper. Construído conjuntamente entre los astilleros Visentini de la ciudad italiana de Viareggio, donde se construyó el casco, y los genoveses Mariotti, donde se completaron los trabajos, y puesto en servicio en julio de 2001, el Silver Whisper es el cuarto buque en formar parte de la flota Silversea y en el momento de su entrada en servicio era su buque insignia. Se trata de una unidad de 28.258 toneladas de registro bruto con unas dimensiones principales de 186 metros de eslora, 24´8 metros de manga y 6 metros de calado que cuenta con 7 cubiertas dedicadas en exclusiva al pasaje. Sus 194 suites (como anteriormente mencioné no hay camarotes al uso) son todas exteriores, de ellas un 85% cuentan con balcón privado y dan cabida a un total de 388 pasajeros a los que hay que sumarles su tripulación formada por 295 personas. El Whisper cuenta con una nave gemela, botada unos meses antes y que recibe el nombre de Silver Shadow.

Detalle de la proa del «susurro plateado».

A Coruña es una ciudad estrechamente ligada a la carrera comercial del Silver Whisper, no obstante formó parte de su itinerario inaugural hace casi 16 años. Tras una primera minitravesía a modo de presentación para los medios de comunicación que tuvo lugar a finales de junio de 2001 el buque zarpó el 2 de julio en su primer crucero oficial, una singladura de dos semanas con salida desde Barcelona y llegada a Londres que lo llevó a visitar por unas horas nuestra ciudad. El 11 de julio el Whisper hacía su debut en la ría herculina convirtiéndose en el gran estreno del año en la dársena gallega y en una de las escalas más destacadas de ese ejercicio.

La niebla desdibuja la silueta del Silver Whisper mientras una gaviota «chupa» cámara.

Turno ahora para el Mein Schiff 4. Construído en los astilleros finlandeses Meyer Turku y puesto en servicio en mayo de 2015, el «vier» (cuatro en alemán) es un buque de 99.300 toneladas de registro bruto que presenta una eslora de 295 metros, 36 metros de manga y 8´2 metros de calado con 12 cubiertas de pasaje donde se pueden alojar un total de 2.506 pasajeros en alguno de sus 1.250 camarotes, que al igual que sucede en el caso del Silver Whisper son todos exteriores y que en un porcentaje bastante similar al de la nave de Silversea (82%) presentan balcón privado. Su tripulación la componen 1.000 personas.


Arriba: El Mein Schiff 4 tiene más de 1.000 camarotes con terraza privada. Hay donde elegir.
Abajo: La estructura acristalada en forma de diamante que alberga el Grosse Freiheit, con restaurantes y bares, es el principal rasgo de identidad de la popa del buque. Otra de las características del MS4: está abanderado en Malta.

Un barco en cuyo nombre figura el numeral «4» evidentemente indica la existencia de tres naves anteriores a él que poseen la misma denominación. En un alarde de originalidad la naviera TUI Cruises bautiza a todos sus buques con el nombre de «Mein Schiff» añadiéndole a continuación el número correspondiente de secuencia. Hay que aclarar que los dos primeros de esta serie fueron barcos de segunda mano transferidos desde la naviera Celebrity Cruises (los antiguos Celebrity Galaxy y Celebrity Mercury) mientras que a partir del tercero hablamos de unidades de nueva construcción. La colección «Mein Schiff» alcanza hasta el momento los 6 fascículos: precisamente el hasta ahora último integrante de la familia ha sido entregado a sus dueños hace apenas una semana. De su nueva generación de naves hay que señalar que el 3 y el 4 son idénticos como dos gotas de agua mientras que el 5 y el 6 incorporan sutiles cambios en el interior a pesar de que externamente son indistinguibles del navío que sale en las fotos.

Los alemanes no se estrujan mucho el cerebro a la hora de bautizar barcos.

Tras pasar buena parte del día atracados en sus respectivos muelles, a media tarde comenzaron los preparativos para la maniobra de salida en ambas naves, prevista para las seis, y mientras las tripulaciones se afanaban en tener todo preparado para esa hora, la que acabaría convirtiéndose en auténtica protagonista del día hacía acto de presencia abriéndose camino lentamente desde el mar. Sin que nadie la invitara la niebla fue rodeando de manera progresiva la ciudad hasta acabar ocultándola casi por completo para preocupación de los shipspotters que se habían apostado en los miradores más privilegiados de la costa con la idea de inmortalizar la partida de los dos barcos.

La niebla chafó buena parte de la labor «afotadora» de los que acudimos ayer a ver la maniobra de salida de los dos cruceros.

A las seis en punto tres fuertes pitidos retumbaron en toda la bahía; era la voz del Mein Schiff 4 diciéndole «auf wiedersehen» a la ciudad. Justo en el mismo momento en el que el coloso teutón se ponía en movimiento la niebla cobró intensidad dificultando incluso la visión directa del inmenso objeto móvil que se hallaba a pocos metros de distancia del observador. Lentamente y con más precaución de la habitual por culpa del fenómeno meteorológico el buque alemán fue ganando velocidad una vez rebasado el dique de abrigo, enfilando por la canal norte rumbo a su siguiente destino, Southampton. Al Mein Schiff 4 le restan todavía  dos escalas más en la ciudad este año, estando fijada la siguiente visita para el próximo 15 de agosto. 

Podemos intuír al Mein Schiff 4 partiendo de la ciudad…

El Silver Whisper tampoco quiso alargar mucho más su estancia en A Coruña y cuando el Mein Schiff 4 todavía se encontraba en las proximidades del dique de abrigo soltó amarras como queriendo aprovechar el anonimato que le concedía la niebla para marcharse de modo furtivo, sin ni siquiera accionar sus «typhoon» a modo de depedida (los clásicos tres bocinazos). De todas maneras al poco de iniciar su recorrido el «Master» del Whisper tuvo que hacer uso de sus señales sonoras para advertir de su presencia a las pequeñas embarcaciones que se encontraban navegando por las cercanías de la costa evitando así que la espesa niebla le jugase una mala pasada. Una vez en aguas abiertas el lujoso buque puso rumbo a tierras francesas, donde se desarrollará la parte final de su actual singladura. Sin más visitas programadas a medio plazo en la ciudad para el Silver Whisper, tendremos que contentarnos con ver en A Coruña y en lo que resta de año a gran parte de la flota de la naviera Silversea, incluído su más novísimo barco y gran estrella de la compañía, el Silver Muse, que se estrenará en aguas de Marineda el próximo 2 de septiembre.

Choque de estilos: Aunque la niebla lo quiso evitar la jornada de ayer nos deparó curiosas instantáneas como ésta en la que podemos comparar las modernas líneas del Silver Whisper con las clásicas del buque escuela noruego Sorlandet, de 1927 y que estos días está de visita en nuestra ciudad.
Salvo las que así lo indican las fotos de esta entrada han sido
realizadas por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas.