El buque Albatros irá finalmente al desguace tras fracasar los planes para su reconversión en un hotel flotante.

El veterano navío abandonó la flota de la naviera germana Phoenix Reisen en otoño del pasado año como consecuencia de la crisis derivada por la pandemia de COVID-19. En un principio los planes de sus nuevos dueños, un grupo hotelero egipcio, eran trasladar el buque al país africano donde tras una completa remodelación de los espacios interiores y de las áreas circundantes el barco pasaría a funciona como hotel flotante en la localidad de Hurghada. El proyecto ya había superado su fase inicial e incluso ya habían visto la luz varios bocetos pero finalmente las dificultades económicas lo han cancelado.

Rumbo a Alang

Tras el cambio de planes el Albatros ha sido desmantelado de todos los objetos de valor que se encontraban a bordo y ha iniciado esta semana su último viaje rebautizado como «Tros» rumbo previsiblemente al desguazadero de Alang, adonde llegará en los próximos días.

Construido originalmente como Royal Viking Sea en los astilleros finlandeses Wärtsilä, el Albatros entró en servicio en noviembre de 1973 y fue un encargo de la prestigiosa naviera Royal Viking Line. En sus inicios era un buque de 21.500 T.R.B. y 177 metros de eslora pero a principios de los 80 se le añadió una sección central de 28´3 metros, con lo que su tamañó alcanzó los 205,5 metros y a las 28.518 T.R.B. actuales. El buque tiene capacidad para 830 pasajeros.

El navío cuenta con dos unidades gemelas, el Black Watch y el Boudicca, también vendidas por su naviera, Fred. Olsen, como consecuencia de la pandemia. En un principio estos buques también iban a funcionar como hoteles flotantes para albergar a trabajadores de un astillero turco pero finalmente también se desmantelarán. Precisamente la pasada semana comenzaron los trabajos de desguace en el buque Boudicca en el desguazadero de Aliaga.

(Foto portada: Diego Veiga)