La elegancia del buque Amera cierra este domingo la actividad crucerística de esta semana en aguas herculinas. 7 días que han estado repletos de escalas, con un total de 4 atraques, cifra muy destacada para estas alturas del año.
Procedente del puerto británico de Portsmouth el buque de la naviera germana Phoenix Reisen llegó a la dársena coruñesa a las 09:00 horas con unos 700 cruceristas a bordo, en su mayoría de nacionalidad alemana por ser éste el mercado en el que opera la compañía.
La actual singladura del Amera es un crucero de tres semanas de duración. Se inició el pasado día 9 en el puerto de Bremerhaven y A Coruña es su segunda escala tras la parada en tierras inglesas. Tras la visita a aguas gallegas el buque pondrá rumbo al sur con escalas programadas en Leixoes, Lisboa, Agadir, Arrecife, La Palma, Tenerife, Funchal, Brest e Ijmuiden. Los pasajeros desembarcarán en Hamburgo el próximo día 29.
Un barco con forma de… barco
Acostumbrados a los modernos megacruceros, con sus poco agraciadas formas de cajón flotante, a los aficionados al mundo naval siempre nos resulta un placer ver navegar a un buque como el Amera y su elegante silueta de barco clásico, que cada vez resulta más difícil de ver. Sus líneas denotan su elevada edad, ya que estamos ante un buque con más de tres décadas de vida marinera.
El Amera es un buque de 39.051 Toneladas de Registro Bruto y 6.150 Toneladas de Peso Muerto que tiene unas medidas de 205´ 5 metros de eslora, 28 metros de manga y un calado de 7´ 2 metros. En sus 9 cubiertas de pasaje puede albergar a un total de 835 pasajeros en doble acomodación. Su tripulación la componen 443 personas.
Un veterano de los mares con numerosos nombres
Construído en los actuales astilleros Meyer de la ciudad finlandesa de Turku y puesto en servicio a finales de 1988, el actual Amera nació como Royal Viking Sun. Se trataba de un encargo de la difunta naviera Royal Viking Line, que quebró a los pocos años de adquirir el navío. En 1994 el barco pasó a manos de la Cunard, que lo operó con el mismo nombre por espacio de 5 años. La fusión de Cunard y Seabourn en un mismo grupo empresarial y el consiguiente reajuste de flotas provocó que el Royal Viking Sun pasara a manos de Seabourn, que lo rebautizó como Seabourn Sun. Su periplo en esta nueva aventura comercial apenas duró tres años.
En 2002 pasó a lucir los colores de otra de las marcas del grupo Carnival, en este caso Holland America Line. El buque fue rebautizado como Prinsendam convirtiéndose en el más pequeño pero también en uno de los más apreciados buques de la flota de la naviera anglo-neerlandesa. Tras 17 años al servicio de Holland, el Prinsendam fue vendido a Phoenix Reisen, un touroperador especializado en el mercado alemán que lo bautizó con su actual nombre, siguiendo la tradición de la compañía de denominar a todos sus buques con nombres que empiecen por la letra «A».
Foto portada: Diego Veiga