Vigo ha cedido su cetro como capital gallega de los cruceros. Tras muchos años de dominio incontestable sus perseguidores han ido acortando las distancias hasta que finalmente A Coruña se lo ha arrebatado. Hace unas semanas  hablaba en el blog de este mismo tema comentando que en mi opinión el puerto de Vigo ha sido, es y será el referente en este tipo de tráficos en la comunidad gallega, lo cual sigo pensando, pero la fría realidad de los números está ahí y no se puede obviar; recientemente se publicaba en la prensa el brutal recorte de escalas que sufrirá la dársena olívica en el próximo ejercicio y que le llevará a tener unas cifras quie no se veían por aquella ría desde hace más de una década. Debatir sobre las causas de este enorme descenso daría no para una sino para cinco o seis entradas y no tengo ni el tiempo ni el ánimo para documentarme ni para entrar en absurdas polémicas derivadas de estúpidas rivalidades locales o de improductivos debates de carácter político. Hoy el puerto de Vigo aparece de nuevo en este blog  porque vuelve a ser noticia por lo que lo suele ser habitualmente: por hacer historia. El 1 de junio de 2016 pasará a los anales de esta dársena al convertirse en el primer puerto español donde realiza escala el Harmony of the Seas, el buque de cruceros más grande de todos los tiempos.

Vigo fue la primera dársena española en recibir al Harmony of the Seas.

A las seis y media de la mañana comenzó a escribirse esta nueva página de oro (una más) en la historia del puerto vigués cuando el Harmony of the Seas se aproximaba al muelle Alberto Durán para realizar su atraque inaugural en la ciudad. Viendo la histórica maniobra se encontraban los shipspotters locales que pese al madrugón y la falta de luz no quisieron perderse la oportunidad de inmortalizar el momento. Procedente de Southampton  el  nuevo coloso de la naviera Royal Caribbean trajo a la ciudad olívica a un total de 5.409 pasajeros (de los cuales dos centenares eran españoles) que estos días disfrutaron de la primera travesía «seria» de esta bestia de los mares tras dos minicruceros de dos días de duración por aguas del Canal de la Mancha. La singladura que lo trajo a Vigo el pasado miércoles era un viaje de 8 días de duración con salida en Southampton y paradas en la ciudad gallega, Málaga y Barcelona, punto final de la ruta y que será su puerto base durante todo el verano hasta que en el mes de noviembre el Harmony OTS «haga las maletas» rumbo al Caribe donde quedará posicionado todo el 2017. Para esta ruta casi inaugural con estancia en la ciudad viguesa los precios oscilaban entre los 900 y los 2.700 euros.

Sin ser su viaje inaugural, la ruta que trajo al  Harmony of the Seas hasta Vigo se puede considerar como su primer crucero convencional.

Vigo como es costumbre en ella se volcó para recibir al gigante, uno más que sumar a su impresionante nómina de ilustres visitantes llegados por mar. No faltó de nada: un enorme cartel con el nombre de la nave daba la bienvenida a los cruceristas a pie de muelle, hubo lanzamiento de globos en la despedida, remolcadores lanzando enormes chorros de agua… hasta el día acompañó en lo meteorológico con una jornada más propia del verano que de esta atípica primavera. Pero lo que desde luego no faltó a lo largo de todo el día fue el gran ambiente. Ambientazo. Como nunca. O como siempre porque siempre que uno de estos gigantes visita la urbe olívica la atmósfera festiva que se respira en las inmediaciones del muelle de trasatlánticos es sensacional, pero esta vez se superaron todas las expectativas; nadie quería perderse al navío de los récords, al buque que ha roto todas las marcas. Al barco superlativo.

 Los números de este gigante simplemente sobrecogen: En su página web Royal Caribbean describe la magnificiencia de su nueva criatura realizando una serie de comparaciones de dudosa utilidad; que si su eslora es el equivalente a 5 Boeings 747  o que si se pusiera en vertical (algo bastante sencillo de llevar a cabo) superaría la altura de la Torre Eiffel en 37 metros exactamente. Yo siempre he sido más partidario de exponer las cifras tal y como son y que cada uno lo compare con lo que le resulte más cercano o conocido. Con un registro bruto de 226.963 toneladas el nuevo Rey «of the seas» tiene unas dimensiones principales de 362´1 metros de eslora, 47´4 metros de manga que alcanzan los 66 metros entre las alas del puente y un calado de 9´3 metros. Su altura desde la línea de flotación hasta el «top» de la chimenea supera ligeramente los 70 metros. En sus 18 cubiertas (16 de pasaje) el Harmony of the Seas puede albergar a 5.479 pasajeros en doble ocupación, cifra que aumenta hasta los 6.410 en capacidad máxima. Si les sumamos su tripulacion, formada por 2.320 personas, tenemos que a bordo del Harmony OTS hay cabida para la sobrecogedora cifra de 8.730 almas.

A bordo de esta mole flotante pueden ir casi 9.000 personas. La cosa se les ha ido de las manos definitivamente…

El corazón de este leviatán de acero está compuesto de 3 motores diesel Wärtsila de 16 cilindros que producen 18.860 K.W. cada uno y otros 3 motores similares de 12 cilindros de 13.860 K.W. Para propulsarse el Harmony of the Seas cuenta con tres pods suministrados por la marca ABB y que son azimutales, esto es, capaces de girar 360 grados. A mayores el buque cuenta con 4 hélices de proa Wärtsila CT3500 para realizar las maniobras. Es precisamente de esta parte tan concreta del buque de la cual los gallegos nos podemos sentir más orgullosos; los túneles donde se alojan las hélices de proa fueron construídos en la planta de Wärtsila Ibérica, con sede en la localidad pontevedresa de Porriño. Además de estas insustituibles piezas en la fabricación de este gigantesco mecano flotante que es el nuevo buque estrella de la Royal Caribbean participaron media docena de empresas gallegas, bien construyendo partes de la nave, bien aportando mano de obra.

La construcción del Harmony of the Seas se realizó en los astilleros STX France situados en la ciudad gala de Saint Nazaire, lugar de nacimiento de otros grandes prodigios de la navegación como el SS Normandie, el SS France o más recientemente el RMS Queen Mary 2 y en el proceso participaron más de 2.500 trabajadores realizando unas 10 millones de horas de trabajo desde que comenzaran los trabajos en septiembre de 2013. El Harmony of the Seas es el tercer buque de la Clase Oasis tras su gemelos Oasis of the Seas (2009) y Allure of the Seas (2010) si bien hay que aclarar que el Harmony no es exactamente idéntico a sus dos predecesores, a los que supera en dimensiones por unas 2.000 T.R.B. y en 2.15 metros de longitud. Es esta exigua diferencia la que convierte a  nuestro protagonista de hoy en el gigante de los gigantes. De todas maneras el título le va a durar poco: en los mismos astilleros donde vio la luz el Harmony of the Seas ya han empezado a trabajar en el que será la cuarta unidad de la Oasis Class, todavía sin nombre asignado, y que cuando vea la luz en 2018 desbancará al Harmony de la cima de los colosos. Hace unos días Royal Caribbean confirmaba que construirá un quinto Oasis Class que debutará presumiblemente en la primavera de 2021.

La presencia del enorme megacrucero el pasado miércoles en la ciudad de Vigo fue sin lugar a dudas la noticia del día pero el descomunal navío no fue el único presente en la ciudad olívica durante la jornada. A pocos metros de él, el buque Thomson Spirit pasó completamente desapercibido eclipsado por su gigantesco compañero de amarre. Pese a que su estancia en la dársena viguesa fue practicamente irrelevante para muchos, aquí en el blog todos los buques de cruceros merecen su cuota de protagonismo por lo que le dedicaré unas líneas al barco de la naviera Thomson Cruises.

Casi escondido, la presencia del Thomson Spirit pasó practicamente desapercibida para la mayoría de la gente.

Procedente de Gibraltar el Thomson Spirit llegó a Vigo  pasadas las ocho de la mañana cuando ya el Harmony of the Seas acaparaba todas las miradas… y también gran parte del espacio lo que obligó a la veterana nave a atracar en el Muelle del Comercio. A bordo de este barco de imagen tan peculiar unos 1.300 pasajeros que se encontraban disfrutando de una travesía de 8 días de duración con inicio y final en la ciudad de Málaga. Se trata de un buque construído en el año 1983 (en los mismos astilleros que vieron nacer al Harmony of the Seas) para la naviera Holland America Line, que lo bautizó con el nombre de Nieuw Amsterdam. Desde el año 2003 el buque está al servicio de su actual naviera, la británica Thomson Cruises, y en los próximos meses será un asiduo visitante de la ciudad olívica con 6 escalas de aquí a final de año. Sus 33.930 toneladas de registro bruto. 215 metros de eslora, 27´5 metros de manga y 7´5 metros de calado lo convirtieron en su día en un buque de gran porte. En la actualidad el Harmony of the Seas, referencia del sector y compañero de amarre el pasado miércoles, es casi 7 veces más grande en términos de volumen lo que habla a las claras del gran cambio que ha experimentado la industria crucerística a lo largo de estos años.

El Thomson Spirit es todo un veterano de los mares.

Tras una mañana memorable  la gran estrella mediática del día comenzó los preparativos para su despedida. A primera hora de la tarde y pese a ser un día laborable, cientos de personas se arremolinaban en los principales puntos de observación a la búsqueda del mejor ángulo desde donde poder ver la partida del coloso. La salida, anunciada por muchos medios para las cuatro de la tarde (aunque finalmente se produjo a las cinco) hizo que la muchedumbre se apostara con más de una hora de antelación. Fue tal la acumulación de personas y tan larga la espera bajo un sol de justicia que hasta hubo varias discusiones subidas de tono entre gente que pugnaba por ver quien había llegado antes, algo que en mis 20 años fotografiando barcos jamás había visto. En el líquido elemento también había «overbooking» con decenas de embarcaciones pululando alrededor del gigante. La guardia civil tuvo que poner orden para dejar libre la zona de maniobra del Harmony of the Seas.

Una despedida a la altura del protagonista. A la salida dos remolcadores escoltaron al Harmony OTS lanzando chorros de agua.

Puntual como un reloj, cuando dieron las cinco de la tarde el «Master» del Harmony, Gus Andersson, dio orden de soltar amarras. En ese momento se soltaron también otros «cabos» y un centenar de globos surcaron el cielo para festejar la marcha de la nueva estrella del puerto. Dos remolcadores salieron de su base para lanzar con sus potentes cañones dos grandes estelas de agua y escoltarlo hasta la bocana de la ría mientras que los espectadores, congregados a miles en distintos puntos de la ría disfrutábamos del espectáculo visual que se convirtió también en sonoro cuando el megacrucero accionó sus potentes «typhoons» para despedirse de la ciudad que tan calurosamente lo había acogido. La estampa del Harmony of the Seas avanzando lentamente escoltado por remolcadores y decenas de botes particulares y con las Islas Cíes como telón de fondo fue la imagen perfecta para cerrar una nueva jornada histórica en el puerto de Vigo. Quizás a partir de ahora la dársena olívica se adentre en un período oscuro con una baja captación de escalas de crucero pero por ahora… que les quiten lo bailao. De momento cerramos aquí el resumen de lo que dio de sí la estancia del Harmony of the Seas en aguas gallegas pero en los próximos días este gigante de los mares será protagonista de nuevo en el blog para comentaros todo lo que esconde en su interior. (prometo ser breve).

Una imagen para la historia. El Harmony of the Seas despidiéndose de Vigo con las Cíes en el horizonte.

Salvo
las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada  han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas