En el anterior post comenzaba el repaso a lo que dio de sí la última semana del mes de septiembre, siete días que en lo que a movimiento de naves de pasaje se refiere fueron muy activos en los muelles coruñeses. Comenté la presencia de los buques Delphin, Black Watch y Mein Schiff 1 pero aún queda por citar al resto de los protagonistas de esa semana. Y es que hubo mucho más; tras el dueto del jueves formado por Black Watch y Mein Schiff 1 al día siguiente fue el turno del megacrucero Ventura, un habitual de nuestro puerto y más que nunca este año que ha duplicado el número de escalas que normalmente solía hacer en nuestra ciudad. El buque británico de la naviera P&O atracó en el muelle de transatlánticos el pasado día 27 sobre las 09:00 horas procedente del puerto de Gibraltar para desembarcar a los casi 3.500 pasajeros que albergaba en su interior y que desgraciadamente para ellos (y siendo egoistas también para nuestra economía) no pudieron disfrutar de una climatología nada benévola con un día bastante desapacible con frecuentes chubascos. 

 
La característica chimenea del Ventura recortando el cielo gris amenazador.


Es la sexta escala en lo que va de año de este gigantesco buque de 113.651 toneladas de registro bruto y por delante aún le resta una parada antes de terminar 2013; será de cumplirse las previsiones el próximo 23 de octubre. Tras unas 8 horas de escala a las cinco de la tarde el Ventura soltó amarras para poner rumbo hacia su siguiente puerto de escala, en este caso la ciudad de Southampton. La maniobra de desatraque se realizó bajo un importante chubasco, completamente insignificante para los potentes motores del crucero inglés que separaron sin problemas los 290 metros de eslora de la nave del muelle pero más que suficiente para que el que escribe se llevara su primera mojadura otoñal, afortunadamente sin más consecuencias que una profunda sesión de secado de ropa y útiles de «trabajo» al llegar a casa.

Una semana con tal despliegue de buques había que cerrarla a lo grande y así fue. El sábado 28 tocaba doblete. La 12ª escala doble del año protagonizada por dos pequeños buques de pasaje ya habituales en nuestra ría: el Bremen de la naviera Hapag Lloyd y el Seabourn Pride de la Seabourn Cruise Lines. Ambos buques llegaron muy temprano siendo el alemán Bremen el primero en hacerlo finalizando su maniobra de atraque cuando el reloj pasaba unos minutos de las siete de la mañana. Procedía de La Pallice (Francia). Pocos minutos después y procedente del puerto de Gijón hacía lo propio el Seabourn Pride que quedaba amarrado por la proa del primero.

El Bremen atracado mientras la oscuridad reina todavía en la ciudad.
 

Las reducidas dimensiones de estas dos embarcaciones no deben de llevarnos a engaño puesto que se trata de dos de los navíos más lujosos de sus respectivas categorías; el Seabourn Pride es uno de los referentes dentro de los denominados buques-boutique, es decir, aquellos que por dimensiones, capacidad  de pasaje y lujo su concepto se acerca más al de un megayate, mientras que el Bremen es un buque de expedición especializado en realizar rutas por las zonas más inhóspitas del globo como la Antártida o el Oceáno Glaciar Ártico. Su presencia en A Coruña se debe a que por estas fechas realiza el tradicional cambio de hemisferio pasando a realizar sus rutas por las cercanías del polo sur. Es durante este traslado del «lugar de trabajo» cuando se realizan los llamados cruceros posicionales, como el que ha traido al buque germano a nuestra ciudad.

 Las luces del Bremen nos permiten ver a parte del pasaje desayunando 
en el comedor principal de la nave mientras que la tripulación prepara 
la escala de acceso para poder bajar a tierra.

El pequeño tamaño de las dos naves recién llegadas quedó reflejado también en el gran hueco que quedaba libre en el muelle de transatlánticos y en el pequeño volumen de pasajeros total, que apenas llegaba a los 500 en el cómputo global de los dos barcos. Ese medio millar de turistas, al igual que ocurriera el día anterior con el Ventura, sufrieron un día de lo más desapacible para pasear por tierra o para realizar las excursiones programadas.
Ambos buques ya coincidieran juntos el pasado año. En la foto podemos ver 
al Bremen en primer término «persiguiendo» al Seabourn Pride, al fondo de la foto. 
(Foto Jose R. Montero)  

La doble escala de ese sábado fue especial por dos motivos: primero porque con ella se cerraba el mes de septiembre en lo crucerístico con unas cifras récord en el puerto de A Coruña de 21 recaladas en 30 días, de ellas 4 escalas dobles y una cuádruple en la histórica jornada del día 18. El segundo motivo por el que esta doble escala tiene relevancia es porque para uno de sus integrantes, el Seabourn Pride, suponía su despedida de la dársena coruñesa tras muchos años de continuas visitas (su primera escala en nuestra ciudad fue en 1997) y que lo convirtieron en uno de los más asiduos moradores de los muelles herculinos. A mediados del próximo año el Seabourn Pride pasará a formar parte de la naviera Windstar Cruises donde recibirá el nombre de Star Pride. Deseamos verlo muy pronto por aquí bajo sus nuevos colores y su nueva denominación.

 

El Seabourn Pride se despidió el pasado sábado del puerto coruñés.

Tras pasar unas horas como dos coruñeses más, a media tarde los buques se hicieron de nuevo a la mar. El primero en marcharse fue el Seabourn Pride que a las 17:00 horas soltó amarras para poner rumbo a Lisboa en una despedida muy especial, la última salida que realiza de nuestro puerto bajo sus actuales colores. Dos horas más tarde y con el mismo destino que su compañero de amarre zarpó el pequeño buque de expedición Bremen. Con su marcha el muelle de transatlánticos quedó desierto pero fue un pequeño momento de tregua antes de tener a los pocos días una nueva avalancha de visitantes, pero eso se lo contaré ya en el repaso al mes de octubre…

Para acabar este resumen de dos entradas quisiera agradecer a mis amigos y habituales colaboradores del blog, Carlos Rapela, Jose Montero y Jose Luis Porta su colaboración en forma de fotos.