En la anterior entrada comenté algunos detalles sobre cinco de los diez veleros clase A que se dieron cita en el puerto de A Coruña con motivo de la Tall Ships´ Races 2016. Hoy toca repasar cinco restantes.

Detalle de la popa del Christian Radich.

Y el resumen empieza hablando de dos buques al unísono, y es que a la gran mayoría de los que acudieron a los muelles la pasada semana no se les escapó el detalle del enorme parecido entre los buques portugueses Creoula y Santa María Manuela. Lo cierto es que la semejanza va más allá de la mera coincidencia; se trata de dos buques gemelos cuya historia va de la mano, al menos durante la primera parte de su vida comercial. Los dos navíos fueron construídos en el año 1937 en los astilleros Companhia Uniao Fabril de Lisboa y tras ser botados conjuntamente iniciaron una productiva carrera como buques bacaladeros formando parte de la famosa flota blanca portuguesa, especializada en la pesca tradicional de bacalao en Terranova. El nombre de «flota blanca» se debe al inmaculado blanco que lucían estos navíos en sus cascos con el objetivo de que durante el período bélico de la II Guerra Mundial los buques lusos fueran reconocidos como neutrales por los bandos en conflicto.

Arriba: El Santa María Manuela es historia viva de la navegación portuguesa.
Abajo: Dos doris, las típicas embarcaciones auxiliares que se usaban para la pesca del bacalao, sobre la cubierta del Santa María Manuela.

El Creoula y el Santa María Manuela compartieron de manera exitosa esta tarea durante más de tres décadas, concretamente hasta 1973, año en el que el Creoula fue dado de baja. Durante 6 años el buque permaneció amarrado en Lisboa hasta que en 1979 el ministerio de agricultura y pesca portugués lo compró para convertirlo en museo. Durante la reconversión sin embargo se comprobó que el casco del Creoula todavía estaba en un magnífico estado por lo que se alteraron los planes y el velero fue transferido al ministerio de defensa para transformarlo en buque escuela de la armada lusa, cometido que desempeña desde entonces.

Arriba: Parte de la joven tripulación del Creoula que participó en la última etapa de la regata.
Abajo: Detalle de una de las campanas del navío luso.

El Santa María Manuela por su parte continuó desempeñando su labor como bacaladero tras la retirada del Creoula durante 20 años más. Cuesta creer a la vista de las fotos que este precioso navío continuara realizando el cometido para el que fue construído bien entrada la década de los 90 del siglo pasado pero lo cierto es que los portugueses siempre se decantaron por la pesca tradicional a diferencia de otros países que ya utilizaban entonces técnicas más modernas. Finalmente en 1993 el Santa María Manuela fue declarado obsoleto y desmantelado casi por completo conservándose solamente su casco. Al año siguiente numerosos colectivos se unieron creando la Fundación Santa María Manuela con el objeto de recuperar el navío pero pese a los numerosos intentos no fue hasta el año 2007 cuando con la compra  por parte del grupo Pascoal & Filhos S.A. el proyecto pudo hacerse realidad. Dichos trabajos se realizaron en gran parte en tierras gallegas, en los astilleros Factoría Naval de Marín que durante año y medio se encargaron de devolver a la vida este ilustre navío. Finalmente el 1 de mayo de 2010 el «nuevo» Santa María Manuela regresó triunfal al que es su puerto base, Aveiro. Desde allí el restaurado velero realiza numerosas actividades relacionadas con el mundo marítimo: desde rutas turísticas a expediciones científicas pasando por salidas para avistar ballenas.


Arriba: Una placa junto al timón enumera todos los astilleros ligados a la vida de este buque, entre ellos Factoría Naval de Marín.
Abajo: El Santa María Manuela durante el desfile naval del pasado domingo pasando por delante de la Torre de Hércules.



Pese a que los hermanos Creoula y Santa María Manuela trabajan en la actualidad para intereses bien diferenciados (público y privado respectivamente) su fisionomía sigue siendo muy parecida a la que lucían antaño, con sus 4 palos y aparejo de goleta. Sus dimensiones principales son una eslora total de 67´4 metros (un metro más en el caso del Santa María Manuela) una manga de 9´9 metros y una altura máxima (en el palo mesana) que alcanza los 36 metros. 

Los veleros Creoula (izquierda) y Santa María Manuela (derecha). Dos buques hermanos en el puerto herculino.

Dejando a un lado a los gemelos lusos es hora de hablar del Christian Radich. El Radich es uno de los tres buques escuela utilizados por la armada noruega para la formación de sus futuros oficiales junto al Statsraad Lehmkuhl, presente también en A Coruña, y el Sorlandet. Pese a este cometido el buque no pertenece al estado sino que es operado por una entidad privada, la Christian Radich Sail Training Foundation que durante los meses de invierno lo cede a la armada de su país para la realización de sus programas de adiestramiento mientras que el resto de la temporada el velero se dedica a actividades civiles como son las participaciones en eventos como la Tall Ships´ Races en la que el Christian Radich tomó parte ya en su primera edición en el año 1956 siendo el ganador de la misma.

Construído en los astilleros noruegos Framnaes Mekaniske Vaerksted y puesto en servicio a principios de 1937 como buque-escuela, el Christian Radich es un velero de tres mástiles con aparejo de fragata con una eslora total de 73 metros, 9´7 metros de manga y una altura máxima de 37´7 metros en su palo mayor que cuenta con una superficie vélica de 1.360 metros cuadrados gracias a sus 27 velas. Su puerto base se encuentra en la ciudad de Oslo.

Atracado en el cantil transversal que comunica el muelle de trasatlánticos con el de Batería se encontraba el británico Lord Nelson, uno de los grandes veleros más insólitos a nivel mundial. Construído en el año 1985 este buque de tres palos con aparejo de bricbarca cuenta con una eslora total de 54´7 metros y una superficie vélica total de 1.024 metros cuadrados, pero no son estos datos los que lo convierten en uno de los barcos más particulares de su clase…

El Lord Nelson  mostrando algo de trapo durante la despedida de la regata de A Coruña.

Junto a su cuasigemelo Tenacious, botado 15 años después que nuestro protagonista, son los dos únicos barcos a vela en todo el mundo diseñados especificamente para que personas con discapacidad física puedan navegar en él en igualdad de condiciones que el resto de la tripulación. Para ello cuenta con numerosas modificaciones respecto a un barco convencional como son los camarotes acondicionados para sillas de ruedas, unos pasillos más anchos, señalización en braille en toda la nave y la utilización de instrumentos de navegación adaptados como brújula con voz por ejemplo. El buque pertenece a la Jubilee Sailing Trust, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la integración de personas con discapacidades eliminando las barreras existentes en el mundo marítimo. Otro dato curioso acerca del Lord Nelson: era el único gran velero participante en la Tall Ships Races 2016 a los mandos de una mujer, la capitán Bárbara Cambell.

Arriba: Todo a bordo del Lord Nelson está diseñado para acoger a personas con alguna discapacidad física. En la foto también podemos ver a la capitán de navío Cambell en el bauprés (la primera por la izquierda).
Abajo: El buque pertenece a la Jubilee Sailing Trust y su puerto base es el de Southampton.

Cerrando la nómina de los veleros de clase A  presentes en A Coruña nos queda hablar del neerlandés Morgenster. Se trata de un buque de dos palos y 48 metros de eslora total con aparejo de bergantín y 650 metros cuadrados de superficie vélica que fue construído en el año 1919 en la ciudad de Aplhen (Países Bajos) como barco de pesca, siendo bautizado entonces con el nombre de Vrouw Maria. La azarosa vida del Morgenster a lo largo de sus casi cien años de existencia está llena de curisosidades. Tras varios años navegando con su nombre original en 1927 fue rebautizado con su actual denominación además de sufrir una profunda remodelación en la que se le alargó el casco y se le motorizó.

Arriba: El puerto base del Morgenster es Den Helder (Países Bajos).
Abajo: Detalle de su mascarón de proa.

Ya como pesquero a motor el Morgenster continuó ejerciendo esta labor hasta 1970, en el que ya obosleto fue dado de baja. A partir de entonces comenzó una auténtica peregrinación por el desierto para el navío, pasando por varios propietarios que explotaron la nave en diversas actividades algunas de ellas ciertamente controvertidas como fue el caso de uno de sus dueños, que preparó el buque para ejercer la piratería. En 1983 Harry Muter, el actual propietario del Morgenster compró el navío, que se hallaba entonces en un estado deplorable, con el objetivo de devolverlo a su estado original pero la falta de recursos económicos para llevar a cabo el ambicioso proyecto frustró estos planes. No fue hasta ya entrado el siglo XXI cuando la inyección de capital público permitió a sus armadores iniciar los trabajos en el buque y volver a hacer navegar al Morgenster tras varias décadas de abandono. Sin duda una historia con final feliz.

El Morgenster pasando por la popa del Ro/Ro World Spirit.

Éstas han sido tan sólo algunas pinceladas acerca de los grandes veleros que se dieron cita en nuestra ciudad durante la última edición de la Tall Ships´ Races pero ellos no fueron los únicos en visitarnos.  Entre los veleros más perqueños de las clases B, C y D también pudimos ver ejemplares impresionantes que esconden bonitas historias en sus biografías. A ellos irá dedicada la próxima entrada del blog.

Ambiente relajado a bordo del Morgenster.
Las fotos de esta entrada han sido realizadas por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.