La casualidad ha querido que, justo en la misma semana en la que los alemanes inflingían un severo correctivo futbolístico a los españoles con ocho goles como ocho soles, en el blog toque hablar de las bondades de un buque de aquel país con motivo de su última visita a nuestra ciudad. En descargo del protagonista de hoy, que no es otro que el Mein Schiff 1, diré que su presencia en A Coruña se planificó mucho antes de que la suerte deparara la doble semifinal hispanoalemana y su llegada a la ciudad tuviese lugar 24 horas antes del castañazo propiciado por bávaros y mineros de la cuenca del Ruhr.

Fue el pasado lunes 22 de abril cuando procedente de Lisboa el Mein Schiff 1 se dejó ver por la costa gallega a eso de las siete de la mañana. El impresionante navío se fue acercando lentamente a las instalaciones portuarias para quedar atracado unos minutos más tarde con su proa apuntando hacia el Castillo de San Antón. Amarrado en el muelle de transatlánticos las primeras luces del día dejaron ver a los coruñeses el enorme edificio de 264 metros y 13 pisos que había brotado de la noche a la mañana en el corazón de la ciudad y a buen seguro que a muchos de los que lo vieron les resultó bastante familiar la escena por sus numerosas visitas a la urbe herculina.

Durante la mañana los miembros de la tripulación del Mein Schiff 1 aprovecharon 
para realizar los preceptivos ejercicios con los botes del costado de estribor.
(Foto: Manuel Candal)

Bien, esto no es del todo exacto. Si la estampa de este buque nos suena  no se debe a ser uno de los habituales por estos lares (de hecho no se prodiga mucho) si no a la presencia de su hermano cuasigemelo, el Mein Schiff 2, igual de llamativo, y cuyas visitas son mucho más frecuentes a la rada coruñesa.

(Foto: Manuel Candal)

De hecho la visita del pasado lunes es la tercera que nuestro protagonista de hoy realiza a nuestra bahía y la primera con su actual nombre; En las anteriores se le conocía simplemente como Mein Schiff puesto que era el único integrante de su naviera, la alemana TUI Cruises. Al año siguiente de iniciar sus operaciones con este barco se añadió una nueva unidad a la que se le bautizó, para colmo de la originalidad, con el mismo nombre así que para evitar un problema de identidades se los número por estricto orden de llegada a la compañía y por eso el de las fotos luce el «number 1» en su amura. Como curiosidad diré que ambas naves son casi idénticas pero las palabras que llevan pintadas a lo largo de sus casco son distintas.

Esta foto corresponde a la escala inaugural que el Mein Schiff 1 realizó en 
el puerto de A Coruña. Fue el 30 de abril de 2010 y en ella podemos ver como 
por aquella fechas el buque todavía no llevaba el «1».

La estética puede resultar discutible pero lo que no admite género de dudas es su  vistosidad. El Mein Schiff 1 hace que giremos la cabeza al verlo pasar por la espectacular decoración de su casco, asombro que se transforma en perplejidad cuando nos enteramos de que el buque es alemán, y es que su imagen no casa con la tradicional sobriedad de la que hace gala el pueblo teutón. Pero que quieren que les diga; ahi tienen los Aida… (la mar de discretos ellos). De hecho estos últimos son la competencia directa de los buques Mein Schiff y ambas navieras mantienen una encarnizada lucha por hacerse con el pujante mercado alemán, uno de los más prósperos en el viejo continente. A nivel de cifras de momento Aida se impone pero en términos de vistosidad la cosa está más cerca del empate técnico.

 El enemigo a batir: Los barcos de Aida son los acérrimos enemigos de 
los buques «Mein Schiff».

Casi igual de llamativo que su estética es su nombre, a mi juicio un tanto absurdo. Los responsables de marketing de la naviera germana lo llamaron Mein Schiff («mi barco» en alemán) para crear la idea de cercanía con el pasajero y que éste sintiera la nave como propia, pero si nos centramos unicamente en el significado, personalmente me parece un sinsentido (imagínense a la Seat bautizando a su nuevo modelo como «micoche»). La situación ya se vuelve surrealista al ver que a medida que aumenta la flota de la compañía los barcos siguen usando el mismo nombre y van siendo numerados yde manera que aquí hay cuerda para rato; está a punto de salir de los astilleros el Mein Schiff 3 y ya está proyectado su buque gemelo, que evidentemente será el Mein Schiff 4.

Tras pasar toda la mañana en nuestra ciudad, a primera hora de la tarde el Mein Schiff 1 soltó amarras para poner rumbo a su siguiente destino, el puerto inglés de Southampton. El rumbo norte convierte al faro de Mera en un excelente punto de observación de la salida así que allí me fui con «mein» cámara para inmortalizar la maniobra, durante la cual el Mein Schiff 1 no dejó de dar bocinazos, como si tuviera miedo de que su partida pudiese pasar desapercibida, algo ciertamente dificil dado el tamaño de la «criaturen» y de su discreto camuflaje. Los coruñeses y todos aquellos que gusten de ver este tipo de navíos tendremos una nueva oportunidad de verlo navegar por nuestras aguas, si las previsiones se cumplen, el próximo 26 de septiembre, día en el que tendrá que compartir atraque con el Black Watch. Será algo digno de ver; ¿alemanes e ingleses juntos y en buena armonía?…

 Discreto como pocos…
(Foto: Manuel Candal)

Como viene siendo costumbre, mi buen amigo Manuel Candal ha colaborado en la elaboración de este post con varias fotos magníficas del Mein Schiff 1 por lo que aprovecho para darle las gracias por su inestimable ayuda.