Hoy nos visitó el buque Empress, de la naviera española Pullmantur Cruises.




Procedente de  Bilbao el Empress llegó a la ciudad poco antes de las nueve de la mañana con unos 1.200 pasajeros a bordo que estos días realizan una travesía de 8 días de duración con inicio en la ciudad vasca, escalas en aguas gallegas y portuguesas, en la colonia británica de Gibraltar y final en Valencia el próximo día 26.

 Construído en los astilleros Chantiers de l´Atlantique de Saint Nazaire (Francia) y botado en el año 1990 como Nordic Empress para la naviera Royal Caribbean, el Empress es un buque de 48.563 toneladas de registro bruto con unas dimensiones de 210´8 metros de eslora, 30´7 metros de manga y un calado de 7´1 metros que puede albergar en sus 11 cubiertas de pasaje a un total de 2.020 pasajeros en capacidad máxima a los que hay que sumar sus 668 tripulantes. El Empress navega bajo pabellón de Malta siendo su puerto de registro el de Valletta.

La bandera maltesa luce en la popa del Empress.

Se trata de la segunda visita del navío de Pullmantur a la ciudad herculina en este 2015 tras la realizada el pasado 15 de mayo. Al igual que ocurriera en aquella ocasión la escala de hoy del Empress en A Coruña presenta la particularidad de permitir el embarque en nuestra urbe para disfrutar de una singladura de una semana de duración que esta vez recibe el nombre de «Mares de la península». Es el sexto año consecutivo que la compañía española lleva a cabo esta iniciativa en nuestra ciudad lo que habla a las claras de los buenos resultados cosechados y para 2016 ya está confirmado que Pullmantur repetirá experiencia, así que volveremos a ver al Empress atracado en el muelle de trasatlánticos.


 Tras nueve horas de escala el Empress reemprendió viaje a las seis de la tarde poniendo rumbo a Leixoes. Pese a que se trate de un buque que no tiene un tamaño destacable las maniobras de salida del Empress presentan siempre un gran ambiente en A Coruña debido a que muchos familiares y amigos acuden a las inmediaciones del puerto a despedir a los recién embarcados, lo que sumado a la coincidencia del fin de semana y al buen tiempo reinante durante toda la jornada se tradujo en una despedida muy festiva que a buen seguro los pasajeros del navío español (sobre todo los que iniciaban hoy la ruta) no olvidarán.

A la llegada del Empress aún se podían ver algunos bancos de niebla matinales.