Hacia las 12:00 horas el Boudicca enfilaba la entrada del puerto procedente de la ciudad irlandesa de Dublín. Es increíble la variedad de itinerarios de la naviera británica, y es que rara vez el Boudicca toca nuestro puerto 2 veces con el mismo lugar de procedencia.
Construido bajo el nombre de Royal Viking Sky para la Viking Line en 1972 en los astilleros finlandeses Wartsila con un coste aproximado de 22,5 millones de dólares, el Boudicca era el segundo de una serie de tres buques (los otros 2 son los actuales Black Watch y Albatros) de 177 metros de eslora destinados a cruceros de larga distancia. Si sus medidas de entonces no coinciden con sus 205 metros actuales se debe a que en 1982 el barco «pegó el estirón» gracias a la adición de una sección central de 27,7 metros que le otorgó el aspecto estilizado que luce en la actualidad. Para los que nunca hayan visto una foto de como se realiza este proceso les diré que basicamente se corta el barco por la mitad (literalmente), se añade el trozo nuevo y se vuelve a soldar. Suelen ser fotos muy espectaculares, la verdad, pero desgraciadamente no he encontrado ninguna de nuestro protagonista.
Tras algo más de 6 horas de estancia en A Coruña el Boudicca hizo sonar su sirena anunciando su inminente partida y tras girar a la altura del Parrote puso rumbo a su siguiente destino, el puerto de Leixoes, donde los pasajeros tendrán la oportunidad de visitar la bella ciudad de Oporto.
Próxima «actuación» del Boudicca en nuestras aguas: 19 de octubre.
Simple culturilla general. Ya comenté en otras entradas del barco, que el nombre de Boudicca hace referencia a una antigua reina del pueblo iceno que le plantó cara a los romanos allá por el siglo I. La leyenda dice que su cuerpo se haya enterrado bajo el andén 10 de la estación londinense de King´s Cross.
De regreso a casa y sintiendome como Adán después de ser expulsado del Jardín del Edén, me encuentro con últimos magníficos posts.Y cual tifossi de tu excelente blog me he puesto a leerlos avidamente, aprendiendo más sobre cruceros gracias a tu incomparable narración de lo acaecído en los puertos del golfo ártabro en las últimas semanas.
Saludos cordiales