El pasado martes 21 de mayo tuvo lugar una nueva visita al puerto de A Coruña con la recalada del Costa NeoRomantica, que suma la escala número 14 de este tipo de tráficos en lo que va de mes. El buque perteneciente a la naviera Costa Cruceros llegó a la dársena herculina pasadas las seis de la tarde procedente del puerto de Vigo para permanecer tan sólo una hora atracado en el muelle de transatlánticos. Pese a que pueda parecer una escala un tanto extraña los buques de la naviera italiana nos tienen bastante acostumbrados a esta «jugada» en aguas gallegas; la idea es atracar a primera hora de la mañana en la ciudad olívica para permitir a los pasajeros que lo deseen realizar las excursiones programadas, después el barco zarpa inmediatamente destino a A Coruña realizando aquí otra rápida parada para recogerlos y proseguir el viaje; de esta manera la compañía se ahorra su buen dinero en tasas de atraque.

Como digo fue sólo una hora de escala pero esos 60 minutos son una excusa suficiente para contarles algunas curiosidades sobre este barco de estética tan peculiar. Porque bonito, lo que se dice bonito no es, para que nos vamos a engañar. Tampoco lo llamaré feo; digamos pues por ser politicamente correctos que el Costa Neoromantica tiene la belleza de lo funcional dejando lo meramente estético relegado a un segundo plano. A fin de cuentas una nave de pasaje debe ser bella por dentro y no necesariamente por fuera. Claro que su aspecto, como casi todo en esta vida, tiene un por qué y para explicarlo tendré que remontarme a finales de la década de los 80 (no se preocupen, prometo ser breve).

Costa NeoRomantica: La historia del patito feo a la inversa.

Por aquellos años la naviera Costa Cruceros se hallaba inmersa en una época de grandes cambios. La nueva directiva de la naviera pretendía dar nuevos bríos a la compañía enfocando su producto hacia una clientela más joven y para llevar a cabo tal cometido debía tener lugar una profunda renovación de su anticuada flota. Por ese motivo se encargó a los astilleros Fincantieri la construcción de dos buques gemelos de unas 50.000 toneladas de desplazamiento y capacidad para 1.500 pasajeros cada uno; al proyecto se le conoció como «Euroluxe concept». A finales de 1991 entró en servicio el primero de esos buques, el Costa Classica, con un registro bruto de 52.926 toneladas mientras que su hermano y protagonista de hoy, el Costa Romantica vio la luz un año después. Pese a ser gemelos y tener calcadas muchas de sus medidas (220.5 metros de eslora, 30.8 metros de manga y 7.6 metros de calado) el Romantica es ligeramente más grande que el Classica ya que desplaza por aquel entonces 53.049 toneladas. Puede que tales dimensiones nos parezcan discretas hoy en día pero por aquella época los nuevos buques de Costa Cruceros eran dos auténticos gigantes en el mundo crucerístico y los mayores buques de pasaje italianos de todos los tiempos.

El Costa Romántica nació siendo un buque bonito, o al menos más bonito que ahora, con un conjunto de 3 chimeneas agrupadas coronando la estructura como su principal seña de identidad, y lucía muchas de las típicas características del buque de pasajeros construído en la década de los 90 como por ejemplo las alas del puente abiertas entre sus principales rasgos, además la tendencia hacia lo que hoy llamamos peyorativamente «cajones flotantes» comenzaba a vislumbrarse pero sin llegar a los extremos de hoy en día donde en muchos casos resulta difícil diferenciar si nos hallamos ante un barco o ante un enorme bloque de edificios. Por lo pronto a nuestro prota de hoy (y también a su cuasigemelo) pese a tener formas muy masivas tuvieron el detalle de colocarle ojos de buey en lugar de ventanas.

Un vistazo al cuasigemelo del Romantica, el Costa Classica, nos sirve para ver 
el aspecto con el que fueron concebidas estas naves. Destaca la triple chimenea, 
la cubierta circular coronando el buque hacia la proa y los muchísimos ojos 
de buey perforando el casco. Premio para el que encuentre alguno de los escasos 
camarotes con balcón privado.

El paso de los años trajo un sinfín de nuevos barcos para la flota de Costa Cruceros, sobre todo a partir del año 2000 cuando la naviera italiana quedó englobada en el gigante crucerístico norteamericano Carnival Corp. El Costa Classica y el Romantica, otrora ejemplos de modernidad, fueron rapidamente superados por las nuevas unidades de la compañía y con poco más de 10 años sobre sus cuadernas se quedaron obsoletos. Con varias naves en construcción en diversos astilleros parecía que el lugar de estos dos barcos estaba lejos de Costa, de hecho se les llegó a colgar el cartel de «transferibles», pero pese al interés puntual de alguna naviera ninguno fue vendido. A la vista de la situación, a finales de 2010 la compañía italiana  decidió renovar ambos buques para darles un aspecto más actual.

Uno de los principales motivos por el que estos dos barcos habían quedado tan desfasados con apenas una década de vida fue la rápida evolución de la tendencia crucerística hacia los camarotes con balcón exterior, cualidad que no presentan las naves construídas en los 90; de hecho el Costa Romantica apenas tenía 10 camarotes con esta característica del total de 678 con los que fue construído. El proyecto de renovación se inició con el Costa Romántica, que fue enviado al dique seco a finales de 2011, pero los trabajos ya habían comenzado un año antes llevando a cabo un exhaustivo estudio de todos las modificaciones a realizar en el navío, que no fueron pocas. Para empezar el buque ha aumentado su capacidad de pasaje con la adición de 111 nuevos camarotes situados la mayor parte de ellos en las dos nuevas medias cubiertas que se han instalado en la proa del buque para lo cual se ha tenido que eliminar una de las principales señas de identidad del Romantica; la discoteca en forma circular que coronaba la nave en su parte delantera. Además de los nuevos camarotes, muchos de los ya existentes han pasado de ser individuales a dobles con lo que la capacidad total del barco se ha incrementado en casi 250 pasajeros.

¡Tripas fuera!: El Costa Romantica durante los trabajos de reconstrucción llevados 
a cabo en Génova a principios de 2012. Las nuevas cubiertas ya están en su sitio 
pero todavía queda mucho por hacer.
(Fuente: 7seasvessels.com)

El problema del déficit de camarotes con balcón se ha paliado agregando estas terrazas a un total de 150  camarotes ya existentes y en buena parte de los añadidos en las nuevas cubiertas de manera que, sin llegar a los porcentajes  habituales de este tipo de camarotes presentes en otras naves, al menos el nuevo Romantica si que puede hacer frente a esta demanda. La adición de estos balcones es quizás lo que ha provocado el mayor cambio estético en el exterior de la nave. Evidentemente agregar dos medias cubiertas y terrazas en muchos camarotes supone un aumento de peso considerable. Para minimizar este efecto los ingenieros de los astilleros italianos han construído dichas cubiertas en aluminio, un material más caro pero cuya ligereza permite evitar un sobrepepso importante; aún así el ahora llamado Costa NeoRomantica tiene ahora unas 3.000 toneladas más de arqueo bruto y su calado ha aumentado varios centímetros por lo que su línea de flotación ha tenido que ser modificada.

 En la parte central del buque y a ambos costados se han añadido balcones 
en algunos camarotes.


Claro que no todo ha sido añadir; también ha habido que quitar alguna estructura y además de la discoteca situada en el tope del barco también se ha eliminado el teatro de la nave para dar cabida al Samsara Spa y sus 4.200 metros cuadrados con salas de tratamiento, a un gimnasio y a un restaurante temático. Y esto sin entrar a  hablar de todas las reformas técnicas llevadas a cabo: instalación de nuevos generadores para aumentar el suministro de energía, una nueva hélice de proa que se suma a las dos existentes, renovación de toda la iluminación del barco por bombillas LED, etc…Fueron tan profundos los cambios, que los directivos de Costa creyeron necesario incluso cambiarle el nombre a la nave y por eso en vez de Costa Romantica ahora podemos leer una plaquita con lo de «neo» sobre la denominación original. En
total los trabajos tuvieron un coste aproximado de unos 90 millones de
euros y la reforma se llevó a cabo en 4 meses, justo a tiempo para
empezar la temporada 2012, un año que
se presentaba muy prometedor para la naviera transalpina hasta que llegó el 13 de enero….




Arriba: Pese a los múltiples cambios la triple chimenea, uno de los principales santo y seña de la nave,  permanece.
Abajo: Las dos nuevas medias cubiertas del Neoromantica afean completamente la figura de la buque italiano.



Ese día la imprudencia de Francesco Schettino provocaba el choque y posterior embarrancamiento del Costa Concordia en Isola de Giglio con el dramático resultado de 32 muertos. A la fatal desgracia de la pérdida de vidas y al desprestigio que el accidente trajo sobre la imagen de la naviera, a nivel operativo Costa quedaba muy tocada al perder una nave con capacidad para 4.000 pasajeros. La compañía recibió un segundo mazazo varias semanas después cuando otro de sus buques, el Costa Allegra pidió la jubilación anticipada al dejar tirados a sus 800 pasajeros en mitad del océano durante un crucero por el Índico. En pocos días la naviera perdió dos navíos y un total de 5.000 plazas para operar cruceros. Imposible hacer frente a los viajes ya contratados, las cancelaciones fueron inevitables y las pérdidas, millonarias.

Con el Concordia semihundido en Italia, el Allegra clinicamente muerto en Seychelles y el Romantica en quirófano, Costa Cruceros se vio obligada a buscar un buque sustituto deprisa y corriendo para paliar el déficit de camarotes por lo que se hicieron con los servicios del Voyager, de la española Iberocruceros al que rebautizaron como Costa Voyager. El peor año en los casi 160 de historia de la naviera transalpina sólo tuvo un momento de felicidad cuando el nuevo Costa NeoRomantica finalizó su reforma y volvió al servicio activo en el mes de febrero.

Pese a que la vuelta de esta nave a sus rutas supuso todo un bálsamo para la tocada moral de Costa Cruceros, su reconstrucción no dejó satisfecho a todo el mundo y las voces críticas comenzaron a surgir a la vista de las primeras imágenes del buque recién salido de los astilleros, y es que todos los cambios han dado lugar a que su aspecto exterior sea bastante controvertido. Con tanto apéndice añadido el Costa NeoRomantica tiene ahora una apariencia completamente desgarbada y para muchos la reforma lo ha convertido en un engendro que a los ojos de sus propietarios será muy práctico pero esteticamente lo apartan muy mucho del esbelto aspecto que tenía en origen. De momento la polémica reforma no se ha llevado a cabo en su gemelo, el Costa Classica.

(Foto: Manuel Candal)

Volviendo al pasado martes, y tras haber recogido en apenas tres cuartos de hora a la mayoría de sus pasajeros que habían bajado a tierra en Vigo, el Costa NeoRomantica volvió a hacerse a la mar poniendo proa al norte para dirigirse al puerto de Dover. De momento no hay previstas más visitas de este gigantesco patito feo en nuestro puerto para los próximos meses y si bien esta última visita fue vista y no vista al menos nos permitió ver a un buque no muy frecuente por estas aguas. ¿Bonito? quizás no lo sea o puede que lo sea a su manera, de todas maneras que importa eso; ¿acaso no dicen que la belleza está en el interior?…

Agradecimientos a Manuel Candal por su inestimable aportación en forma de fotografías.