A lo largo del mes de mayo han sido muy habituales las escalas dobles (y triples en algún caso) de buques de pasaje en el puerto de A Coruña. La jornada del pasado día 26 volvió a contar con la presencia de dos naves de este tipo atracadas al unísono en los muelles herculinos; en este caso los protagonistas  fueron el pequeño y poco habitual en nuestras aguas Hanseatic y el sofisticado y más frecuente Seven Seas Voyager.

Los dos protagonistas del día juntos en el muelle de transatlánticos.

Ambos navíos llegaron a primera hora de la mañana y procedentes del mismo destino, el puerto de Leixoes por lo que realizaron la ruta practicamente en convoy. El primero en llegar a las instalaciones portuarias fue el Hanseatic de la naviera germana Hapag-Lloyd, con un adelanto de unos minutos respecto a su compañero de viaje y poco después de las 07:00 horas se encontraba ya amarrado a los norays del muelle de transatlánticos. Una vez finalizada la maniobra del pequeño buque alemán fue el turno del ultralujoso Seven Seas Voyager de la naviera Regent Seven Seas Cruises que realizó un giro de 180 grados para atracar dando atrás por la popa del Hanseatic. Puesto que, como dije al comienzo el Hanseatic es bastante menos frecuente en nuestra ciudad que el Seven Seas Voyager le daré algo más de protagonismo en este post.


El Seven Seas Voyager llegando a la dársena coruñesa.

El Hanseatic es uno de los cinco buques que en la actualidad conforman la flota de la naviera Hapag-Lloyd, uno de esas compañías ilustres en el mundillo naval, y sin tratarse de la unidad más exclusiva de tan prestigiosa naviera (honor que recae a partes iguales en el Europa y su hermano recién llegado Europa 2) lo cierto es que este pequeño barco ostenta una posición muy destacada en el organigrama de la compañía por muchos motivos. Una de sus mayores curiosidades es que hasta hace ahora 2 años el Hanseatic no lucía los colores de Hapag, a diferencia de sus compañeros de marca, lo que le otorgaba un caracter diferenciador. Para explicar el por qué de esta particularidad como siempre hay que remontarse unos años atrás.

El Bremen y el Hanseatic (al fondo) dándose un gélido bañito. Pese a que los 
dos buques pertenecen y trabajan para la misma compañía, la Hapag-Lloyd,
hasta no hace mucho lucían colores distintos.
(Fuente: cruise-international.com)



Concretamente al año 1991, fecha en la que los astilleros Rauma de Finlandia finalizaron la construcción de un pequeño buque de pasajeros muy especializado para la naviera Society Adventurer Shipping Company y que fue bautizado como Society Adventurer, sin embargo problemas de índole económica hicieron que el barco nunca navegase bajo esta denominación y que tras varios meses de espera fuera comprado por la Hanseatic Tours, que lo rebautizó con su actual nombre, una denominación muy conocida en la historia de la navegación marítima al ser el cuarto gran buque de pasaje en utilizarla.

La denominación Hanseatic tiene mucha tradición en la historia marítima. 





Quizás en este caso no se puede hablar de gran buque, al menos en lo que al tamaño se refiere: el actual  Hanseatic actual tiene 8.378 toneladas de registro bruto, 122.8 metros de eslora, 18 metros de manga y un calado de 4,9 metros. En sus 7 cubiertas alberga a un total de 194 pasajeros en capacidad máxima, todos ellos alojados en camarotes exteriores aunque sin balcón privado y su tripulación está formada por 122 personas. Esta cifras de capacidad le dan al buque alemán un ratio pasajero-tripulante de 1.5, uno de los más bajos de la industria crucerística. El buque está abanderado en Bahamas.




La cifra de pasajeros y tripulación ya nos da una pista de que no nos hallamos ante un buque convencional, y es que no nos debe engañar su rudo aspecto: el Hanseatic es
un barco de lo más exclusivo, tanto o más que su coqueto compañero de
amarre del pasado domingo en el muelle herculino. Lo que pasa es que su
habitual lugar de trabajo le exige «vestir» un traje  algo más robusto y
con menos glamour del que luce el Seven Seas Voyager. Ahí donde lo ven
el Hanseatic es un buque de categoría E4, la más alta que puede
alcanzar una nave de este tipo para navegar entre hielos. Un tipo duro,
vamos.
Sus soberbias características lo convierten en uno
de los más reputados buques de expedición de la industria crucerística,
un hueco del mercado que ofrece una travesía diferente para aquellos que no buscan estar tomando el sol
en una tumbona ni dándose baños en la piscina de a bordo si no que
prefieren la experiencia de navegar por los rincones más salvajes e
inhóspitos del planeta tales como las zonas polares. ¿Entienden ahora por que no hay camarotes con
balcón privado?.

El Hanseatic plantándonos cara.



Balcones no hay pero piscina si, aunque es una de las pocas concesiones al ocio tradicional que nos podemos encontrar a bordo de esta nave: no hay casino, ni discoteca, ni la mayoría de las opciones de entretenimiento habituales en la mayoría de buques de la industria crucerística. En su lugar tenemos como alternativas conferencias sobre naturaleza impartidas por profesionales, visitas guiadas a la sala de máquinas del navío (es uno de los pocos barcos de crucero que permite hacer ésto) o recorridos a través del mar helado a bordo de zodiacs.


Sobre una de la cubiertas superiores se pueden ver parte de las 14 zodiacs 
con las que cuenta el Hanseatic para que sus pasajeros puedan navegar entre el hielo.




Más cosas sobre este insólito barco en la siguiente entrada…