El puerto de A Coruña lleva años acostumbrado a recibir un gran número de naves de pasaje y fruto de ese número resultan las escalas múltiples con 2, 3 e incluso 6 buques de este tipo atracados al unísono en las instalaciones herculinas. Desde que en mayo de 1998 A Coruña recibiera por primera vez a un triplete de cruceros muchas han sido las jornadas en las que tal circunstancia se ha producido, de manera que lo que antes era todo un acontecimiento a nivel local hoy simplemente es un titular relativamente llamativo. Claro que hay tripletes y tripletes y el que se produjo el pasado jueves en aguas de Marineda ha sido la madre de todos ellos. Los protagonistas: el buque Britannia y los italianos Costa Favolosa y Costa Mediterranea, éstos últimos en visita inaugural.
El pasado jueves el puerto coruñés vivió una histórica jornada crucerística.

Pocas veces un operativo de atraque había sido tan complejo. A la dificultad de coordinar tan multitudinaria llegada hubo que sumarle un  factor imprevisto meses antes cuando los tres gigantes confirmaron su visita a la ciudad. Y es que los protagonistas de la jornada del jueves en el puerto coruñés fueron en realidad cuatro: los tres cruceros… y la niebla. El Britannia fue el primero en llegar a aguas de la ría herculina. Lo hizo muy temprano y repleto de incidencias: un pasajero fallecido, otro infartado que necesitaba ser evacuado y otro que había perdido su pasaporte en una escala anterior y tendría que bajar a tierra para volar a Madrid y solventar su problema burocrático. Precisamente el madrugón libró al buque británico del caos que le tocaría vivir a sus compañeros italianos por culpa del fenómeno meteorológico. Procedente de Gijón el Britannia y sus 3.600 pasajeros se hallan inmersos estos días en el transcurso de una de sus habituales singladuras por aguas cántabras con salida y llegada a Southampton, puerto base del navío de la P&O y con paradas en Bilbao, la mencionada Gijón y la isla de Guernsey, en aguas del Canal de la Mancha. A Coruña es  el punto más meridional de esta ruta de una semana de duración y cuyos precios partían desde los 1.000 euros correspondientes a un camarote interior.
Pese a lo que pueda parecer por la imagen el Britannia se libró de la niebla a su llegada a aguas herculinas.
(Foto: Manuel Candal)
Procedente de Le Havre, el Costa Favolosa fue el siguiente en llegar (que no en atracar) tan sólo unos minutos después de hacerlo el Britannia y precisamente esos minutos fueron los que marcaron la diferencia entre una maniobra convencional y toda la odisea vivida después por la nave transalpina. La niebla se cerró de pronto sobre el litoral coruñés dejando al Favolosa parado en mitad de la ría y señalizando su delicada posición mediante señales acústicas, dos pitadas largas cada minuto, para evitar incidentes con pequeñas embarcaciones. El «concierto» se pudo oír en toda la bahía y despertó a muchos coruñeses; algunos incluso llegaron a llamar a algunas radios locales preguntando qué demonios estaba pasando. Los 3.050 pasajeros del Costa Favolosa disfrutan de una singladura de 10 noches de duración que partió la semana pasada del puerto germano de Warnemunde y que los llevará hasta Barcelona tras tocar Copenhague o Lisboa entre otras capitales europeas.
El atraque del Costa Favolosa se retrasó por culpa de la niebla.
(Foto: Manuel Candal)

De Le Havre procedía también el tercer y último integrante del grupo, el Costa Mediterránea, que a partir de las 8 de la mañana sumó sus bocinazos de advertencia a los de su compañero de flota para convertir la bahía coruñesa en el escenario de un inesperado recital interpretado por dos colosales instrumentos de viento. Con 2.100 cruceristas a bordo la escala inaugural del Mediterranea en A Coruña se enmarca dentro de un crucero de 11 noches de duración entre Amsterdam y Marsella y que ha visitado (o visitará) los puertos de Dover, Le Havre, Leixoes, Lisboa, Gibraltar y Valencia. Al pequeño de los dos navíos de Costa le tocó atracar en el muelle de San Diego, que por primera vez acogía a un buque de estas características. Mientras el Mediterranea finalizaba la maniobra, el Costa Favolosa por fín se decidía a entrar custodiado por dos remolcadores y quedando finalmente atracado en el muelle de Calvo Sotelo Sur más de dos horas después de su llegada a la ciudad. Con dificultad pero por fín se había conseguido; el triplete crucerístico más grande jamás producido en la historia de los muelles herculinos quedaba configurado.
El Costa Mediterránea, uno de los dos debutantes del triplete del pasado jueves.

Una vez finalizada la tortuosa operación llegada comenzaron las celebraciones. A bordo del Costa Favolosa tuvo lugar la protocolaria recepción realizada cada vez que un buque de estas características se estrena en un puerto. Dado el carácter especial de la jornada el evento reunió a los tres capitanes de los buques y en él se realizó el habitual intercambio de metopas entre las autoridades locales y los capitanes de los dos buques de Costa (los dos debutantes). Durante la ceremonia el capitán del Costa Favolosa, Ignazio Giardina, incluso se disculpó por las molestias ocasionadas al vecindario por el continuo toque de sirena de primera hora y que sacó de la cama a más de uno, recordando que es una norma de obligado cumplimiento en seguridad marítima internacional emitir señales acústicas en caso de escasa visibilidad, con el fin de evitar colisiones con otros embarcaciones.

En la foto podemos ver al culpable de que el pasado jueves media Coruña se despertase a golpe de «typhoon».
 (Foto: Manuel Candal)
Desde que hace ya varios meses se confirmó la asistencia de estos tres bicharracos a la ciudad el mismo día quedaron claras dos cosas. La primera que los tres protagonistas de la jornada convierten al triplete de este jueves en el más grande jamás producido en nuestros muelles con independencia de la magnitud usada para cuantificarlo. En volumen la suma de sus registros brutos se eleva a más de 340.000 toneladas y si pudiésemos colocar los tres barcos en fila india su línea de atraque superaría ampliamente los 900 metros, casi un kilómetro de cruceros. En número de pasajeros el 13 de septiembre de 2018 figurará en el registro histórico como el día con mayor número de turistas llegados por vía marítima con 8.750 cruceristas. Esta marca supera ampliamente a la que hasta ahora era el récord, los 7.000 turistas que sumaron los buques Independence of the Seas y Ventura el 16 de mayo de 2013. Diversas fuentes estiman el impacto económico de la multitudinaria jornada crucerística de esta semana en un millón de euros entre gastos por pasajero y tripulante, avituallamiento de los buques y tasas portuarias.
Récord de cruceristas el pasado jueves en el puerto coruñés. En la foto los del Costa Mediterránea esperando por el bus que los acerque a la terminal de cruceros.
(Foto: Manuel Candal)
 La segunda de las cosas que ya sabíamos incluso antes de que los barcos llegaran a la ría herculina era que iba a ver un pequeño problema de «aparcamiento». Cuando tres o más naves atracan al unísono en A Coruña éstas se ubican principalmente en el muelle de trasatlánticos, y cuando éste no basta se usa el de Calvo Sotelo Sur (primera opción) y en menor medida el de Batería o el de Calvo Sotelo Norte. Pero cuando las esloras de los protagonistas superan los 250 metros los dos primeros muelles mencionados sólo pueden dar cabida a un buque y Batería y Calvo Sotelo Norte quedan descartados por tener una línea de atraque insuficiente. Las opciones pues se reducen drásticamente.
Vista de popa del Costa Mediterránea.

En el puerto interior sólo quedan dos muelles que por línea de atraque y calado pueden acoger a estos colosos de los mares y de ellos el muelle del Centenario está vetado por culpa del circuito de descarga utilizado por los mercantes que allí atracan y que impide realizar un operativo de desembarco de pasaje. Queda pues una única opción, el muelle de San Diego, perfectamente válido a nivel operativo (549 metros de largo y que admite calados de hasta 10 metros) pero que supone un inconveniente logístico para el pasaje; no olvidemos que uno de los atractivos de nuestra ciudad para aquellos turistas que la visitan por mar (entiéndase cruceristas) es que los barcos atracan en el corazón de la urbe, a unos pocos metros de su casco viejo y de la Plaza de Maria Pita. En este aspecto muy pocos puertos europeos pueden competir con A Coruña. Para quien piense que la circunstancia producida este pasado jueves es algo meramente puntual les diré que volverá a ocurrir el próximo jueves cuando los buques Independence of the Seas, Koningsdam y Mein Schiff 4 formen un nuevo triplete histórico y se repetirá el 22 de octubre con la coincidencia de otros tres barcos de gran porte. El puerto se nos ha quedado pequeño.
Si hace unos años nos hubieran dicho que no iban a caber los cruceros en el puerto…
(Foto: Manuel Candal)
 De momento lo dejo aquí pero en el próximo post os seguiré contando más cosas sobre la histórica triple escala de este jueves.

Salvo las que indican lo contrario, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.