Hay escalas y escalas. Y la de este pasado martes en el puerto de Ferrol posiblemente haya sido de las más emotivas que me haya tocado vivir. Y es que no todos los días se le dice adiós a uno de los barcos más conocidos y sobre todo queridos  como es el Oriana. Cierto es que en los últimos meses tuvimos la oportunidad de despedirlo en varias ocasiones: el pasado 20 de marzo el buque inglés hacía su última escala oficial en A Coruña aunque el caprichoso azar nos dio posteriormente a los shipspotters coruñeses un par de «bolas extra» ofreciéndonos la oportunidad de verlo un par de veces más en la ciudad con dos recaladas no previstas debidas a sendas evacuaciones médicas. Pero la escala que el Oriana hizo este martes en Ferrol es la definitiva; no sólo la última en la dársena departamental sino la última en tierras gallegas y la última en un puerto español antes de su jubilación para la naviera P&O en poco más de un mes. Un hasta siempre en toda regla.
Esta semana le decimos adiós con el corazón a uno de los buques de pasaje más queridos y conocidos en el golfo ártabro como es el Oriana.
En su última comparecencia en los muelles ferrolanos el Oriana recaló sobre las ocho de la mañana procedente de Santander y con 1.900 pasajeros a bordo, lo que equivale a decir en aforo completo, al igual que ocurrirá en sus siguientes viajes. Y es que nadie se quiere perder la oportunidad de navegar una última vez en este buque de leyenda. La travesía que estos días realliza el navío de la P&O es un crucero de una semana de duración que arrancó el pasado día 28 en Southampton, su puerto base, y que le llevará a visitar La Rochelle, Santander, Ferrol y Saint Peter Port (Isla de Guernsey) antes de regresar a la ciudad del sur inglés y poner fín a la ruta este viernes.
Como ya es costumbre la ciudad de Ferrol se volcó con los turistas llegados por vía marítima. Se trata de la octava visita del año y la que marca el ecuador de la temporada crucerística en la ría vecina, con 8 visitas programadas de aquí al final del año que incluirán dos desembarcos masivos de pasaje a cargo de los buques de Aida Cruises AidaBella y AidaMar, y una escala inaugural, la del recientemente estrenado Spirit of Discovery.
Las previsiones apuntan a que en los próximos meses un total de 8 buques de cruceros transitarán por delante del Castillo de San Felipe.
 Una vez finalice su actual singladura, la que lo trajo por unas horas a la ciudad de Ferrol, al Oriana le restarán tan sólo tres viajes antes de su adiós definitivo: un crucero de dos semanas hasta Islandia, un miniviaje de tres noches por el Canal de la Mancha y su despedida final con una ruta de ensueño por los fiordos noruegos. Con el desembarco de este último crucero en el puerto de Southampton el próximo 9 de agosto, el Oriana pondrá fín a casi un cuarto de siglo al servicio de la emblemática P&O y dejará de lucir la gran «Union Jack» a proa. Adiós a uno de los grandes hitos navales de las últimas décadas.
En unas semanas el buque dejará de lucir la gran enseña británica en la proa.

Como consuelo nos queda el hecho de que se irá el Oriana tal y como lo conocemos, pero el buque seguirá navegando, bajo otro nombre y otro operador. Los que seguís el blog ya sabréis el futuro que le espera a nuestro protagonista de hoy; tras finalizar su última navegación al servicio de su actual compañía, el Oriana será llevado a dique seco donde será remodelado para comenzar su nueva etapa comercial, siendo rebautizado como Piano Land. A finales de este mismo otoño está previsto que el buque inicie sus operaciones en el emergente mercado chino para la Twinkle Travel Cruise, una naviera de nuevo cuño fruto de una «joint venture» entre las compañías COSCO y China Travel Group. Los planes señalan que el «nuevo» Piano Land ofrecerá cruceros desde la ciudad de Xiamen, su nuevo puerto base.
Aunque sea una maqueta, aquí podemos ver la imagen que lucirá el actual Oriana en su nueva aventura china, donde será rebautizado como Piano Land.
(Foto: autor desconocido)
A media tarde y tras  casi diez horas de estancia en tierras gallegas llegó el temido momento de la despedida final. Quizá por aquello de darle más épica al asunto, o simplemente por alguna incidencia que desconozco, el Oriana retrasó su salida en media hora, una espera que sirvió para levantar más expectación si cabe en los principales miradores de la costa, con el Castillo de San Felipe, el mirador de A Bailadora o la baliza del Castillo de La Palma como puntos estrella. Pese a ser un día laborable y que la climatología tampoco acompañaba mucho, hubo ambiente, lo que siempre contribuye a dar más brillo a estas maniobras. A las 6 de la tarde y con puntualidad británica (si exceptuamos esa media hora de espera) el Oriana largó amarras e inició su última maniobra de partida de la dársena departamental. Reconozco que a su paso por la baliza de la Palma, donde me encontraba contemplando la salida, tuve que hacer serios esfuerzos para que no aflorase alguna lágrima; sé que puede sonar ridículo pero tenéis que entenderme: llevo casi 25 años dedicados a la fotografía naval y esta bella dama me ha acompañado en todo este tiempo, pudiendo decir que en parte es una de las «culpables» por las que soy un apasionado de los temas navales en general y de los cruceros en particular. La imagen del Oriana llegando a la bocana de la ría de Ferrol y desapareciendo de mi vista por última vez queda ya para siempre grabada en mi retina junto a las de otras tristes despedidas a lo largo de estos años como las del Canberra, el Queen Elizabeth 2 o el Saga Ruby por citar sólo algunas. Ley de vida: estamos de paso… y los barcos de cruceros también. Desde aquí sólo me queda desearle al Oriana la mejor de las suertes en su nueva andadura comercial y que en el futuro nuestros caminos vuelvan a encontrarse en A Coruña, en Ferrol, en China… o en donde sea. Quiero pensar que aún no te he hecho tu última fotografía, viejo amigo. ¡Buenos vientos, compañero!
Durante la salida centenares de curiosos se congregaron en los principales puntos de la costa ferrolana para ver la partida del Oriana.
Como una parte de mí se resiste a despedir al Oriana, a lo largo de este mes y antes de su retirada, publicaré una serie de posts contando la gran historia de este gran navío y su estrecha relación con el puerto coruñés a lo largo de estos últimos 24 años.
¡¡Hasta siempre Oriana!!
Las fotos de esta entrada han sido
realizadas por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas.