Esta semana el puerto de A Coruña ha recibido una de las visitas más importantes del año en lo relativo a buques de cruceros con la escala del AidaPerla. Su importancia reside no sólo en el hecho de ser el estreno de este espectacular navío en aguas herculinas sino por tratarse de uno de las naves de pasaje más vanguardistas y punteras en el apartado tecnológico a nivel mundial.

El jueves asistimos al esperadísimo debut del AidaPerla en aguas coruñesas.

Procedente de Southampton la Perla de Aida Cruises arribó a primerísima hora de la mañana a la urbe herculina con cerca de 3.300 pasajeros a bordo, en su práctica totalidad alemanes por ser éste el mercado para el que opera su naviera. Las primeras luces del día permitieron a los coruñeses descubrir un descomunal objeto flotante amarrado a los norays del muelle de transatlánticos y cuya estampa, desde el ángulo que se mirara, no pasaba inadvertida.

Alguno se quedó de piedra con la visita del AidaPerla.
La presencia del AidaPerla en A Coruña se enmarcaba  dentro del crucero de reposicionamiento que la nave se encuentra realizando de camino al Caribe, que será su base de operaciones durante la temporada invernal. Así los más de tres millares de pasajeros que viajan en la nave de cara sonriente partieron el pasado domingo del puerto de Hamburgo y tras visitar Southampton y nuestra ciudad pusieron rumbo a Lisboa y posteriormente a Santa Cruz de Tenerife antes de iniciar la travesía transatlántica. Ya en aguas caribeñas harán escala en Philipsburg (St. Marteen), Fort de France (Martinica) y St. Georges (Granada) antes de finalizar la singladura en Bridgetown (Barbados) el próximo día 22.

Arriba: La visita del AidaPerla el pasado jueves convierte a este buque en el 11º estreno crucerístico en A Coruña  de este 2018.
Abajo: Pese a la desapacible jornada en lo climatológico muchos cruceristas bajaron a tierra para recorrer a pie el centro, los más activos lo hicieron en alguna de las bicicletas que pone a disposición el AidaPerla a sus clientes.

Construído en los astilleros Mitsubishi Heavy Industries Ltd. de Nagasaki
(Japón) y puesto en servicio en mayo de 2017, el AidaPerla es el segundo y último integrante de la Hyperion Klasse, tras su gemelo e iniciador de la saga, el AidaPrima, también construído en la factoría nipona. Revolucionario como pocos buques de cruceros el AidaPerla es un barco de 125.572 toneladas de registro
bruto y 9.200 toneladas de peso muerto que presenta unas dimensiones principales de 299´95 metros de eslora, 37´65 metros de
manga y un calado de 8´25 metros. De sus 17 cubiertas 15 están dedicadas en exclusiva al pasaje y en gran parte de ellas se
distribuyen los 1.643 camarotes que otorgan al AidaPerla una
capacidad de 3.286 pasajeros en acomodación normal. Del total de
alojamientos 1.133, o lo que es lo mismo, el 69 % presentan terraza privada. La tripulación la componen 900 personas.

El AidaPerla incorpora en el apartado mecánico las mismas revolucionarias características que su unidad gemela, el Prima y que hacen de estos barcos dos de los navíos más vanguardistas de su categoría. Para empezar se trata de la primera clase de buques de cruceros con propulsión dual, en la que a la ya habitual propulsión diésel-eléctrica se le une el uso del LNG o gas licuado gracias a que uno de sus cuatro motores diesel Caterpillar (la unidad 2) puede
funcionar también con este combustible mucho más
limpio y que la nave utiliza cuando está atracada. El LNG es el futuro dentro del sector de los cruceros y es que de los astilleros ya están saliendo las primeras unidades que se mueven exclusivamente con este combustible limpio, como es el caso del nuevo buque de Aida Cruises, el recién botado AidaNova. Este navío tiene previsto hacer escala en A Coruña el próximo 6 de diciembre.

El AidaNova es el primer buque de cruceros movido exclusivamente por gas licuado.
(Foto: Meyer Werft)
 

 A nivel externo si por algo llama la atención el AidaPerla es por su «inusual» proa recta. Entrecomillo lo de inusual puesto que si ahora se nos hace raro ver este tipo de forma, en un futuro será la norma toda vez que parece haberse demostrado su mayor eficiencia frente a las habituales proas lanzadas. Pese a que la proa recta pueda parecer una novedad no lo es en absoluto; se trata de recuperar una idea que ya utilizaban los buques de pasaje de finales del siglo XIX y principios del
XX; sin ir más lejos el malogrado Titanic lucía una proa similar. Diversos estudios actuales han demostrado que la proa lanzada con bulbo reduce la resistencia al avance del buque (y por tanto el consumo de combustible) pero que su efectividad disminuye cuanto menores son las velocidades del barco. A velocidades más bajas, como las que desarrollan normalmente los barcos de cruceros en sus travesías entre dos puertos relativamente cercanos, la proa recta se muestra más efectiva, señalando para el caso concreto del AidaPerla un ahorro de combustible del 10% respecto a una unidad de similar tamaño y proa convencional. Otro tema es la cuestión estética…
 
A algunos, como a esta gaviota, no les acaba de convencer lo de la proa recta.

La de la proa es sin lugar a dudas una de las principales señas de identidad en el diseño del AidaPerla pero personalmente a mí me sorprende más otra que va más oculta y es el sistema MALS. El MALS (iniciales de Mitsubishi Air Lubrication System) es un
sistema patentado por el propio astillero japonés donde fue construída
la nave y que inyecta burbujas de aire bajo el casco del
buque mientras éste navega con el objetivo de reducir la fricción del barco
con el agua en su avance. En los estudios realizados en los modelos de prueba se calculó que la implantación del MALS supondría como mínimo un ahorro de combustible del 7%.  La adopción de la proa recta, el MALS y otros sistemas hacen que comparativamente el AidaPerla ahorre un 20% de energía respecto a los buques de la generación anterior, los Sphinx Klasse (AidaSol, AidaMar…), a pesar de que nuestro protagonista de hoy es un 75% mayor en volumen.

A «vista de pez» podemos ver como funciona el sistema MALS que incorpora el AidaPerla. Lo más parecido a navegar sobre un colchón de aire.
(Foto: Aida Cruises)

En el interior sus 17 cubiertas dan para incorporar mil y una atracciones con el objetivo de mantener entretenido al vecindario. Al igual que su gemelo AidaPrima, el Perla incorpora los ya tan de moda toboganes acuáticos, tendencia que está dejando desfasadas a aquellas unidades que no presentan estos complejos acuáticos por lo que muchas navieras optan por añadírselos a su flota (ej: Independence of the Seas). El complejo del AidaPerla recibe el nombre de Aida Racer y está formado por dos
toboganes que discurren desde la zona de popa de la cubierta 17 y culminan en la
piscina situada en la cubierta 15. En su recorrido estos toboganes incluyen un sector de paredes acristaladas no apto para los que sufran de vértigo. Otro punto destacado de la nave se encuentra a popa y en los costados de la cubierta 15 donde se ubican los skywalks, dos impresionantes miradores situados a
45 metros de altura sobre el nivel del mar y que ofrecen unas
extraordinarias vistas de todo lo que nos rodea.

Arriba: Un tramo de los toboganes (señalado con las flechas) tiene las paredes acristaladas.
Abajo: Las flechas moradas señalan uno de los dos skywalks, el impresionante mirador de babor del AidaPerla.
Los alojamientos del AidaPerla se dividen en 14 categorías diferentes y su tamaño va desde los 16 metros cuadrados correspondientes a los camarotes interiores más pequeños hasta los 187 metros cuadrados (terraza incluída) de la suite más lujosa. El común denominador de todos ellos es su moderno diseño de estilo minimalista y lleno de color.

Arriba: En los camarotes del AidaPerla el color tiene un papel protagonista.
Abajo: Los camarotes Lanai, situados en la cubierta 8, presentan una terraza de invierno y acceso directo a esta cubierta donde se sitúan dos pequeñas piscinas infinitas (flechas naranjas) por cada banda.
Tras una estancia que se prolongó por espacio 12 horas a las 9 de la noche el AidaPerla reemprendió su viaje soltando amarras y poniendo rumbo hacia su siguiente destino que en este caso era la ciudad de Lisboa. Se podría pensar que la hora de salida y en la época del año en la que nos encontramos la maniobra pasaría completamente desapercibida pero el AidaPerla es un buque distinto incluso en este apartado; lo que en otros casos habría sido una salida anodina se convirtió en un espectáculo visual de primer nivel gracias al asombroso juego de luces que incorpora la nave y que dejó boquiabiertos a los pocos coruñeses que desafiaron al viento y a la lluvia para ver la partida del coloso alemán. Mereció la pena la mojadura.
 
Secuencia de cuatro imágenes en la que podemos ver el espectacular juego de luces del AidaPerla.
 (Foto: Manuel Candal)

 El próximo año el AidaPerla regresará a A Coruña en dos ocasiones, estando la primera de sus visitas programada para el 26 de abril. Agradecimientos a Manuel Candal autor de alguna de las fotos que ilustran este post.

 Salvo
las que así lo inidcan, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas
ellas