(Foto: J. Daniel Díaz)

Visualicen la escena: La princesa Esmeralda, la más bella de todos los reinos, llegó en un carruaje tirado por cuatro preciosos corceles blancos como la nieve. Cuando se bajó del mismo su belleza eclipsó a los presentes; sus grandes y profundos ojos verdes parecían dos gemas y sus cabellos, del color del oro, caían en cascada sobre sus hombros del que asomaban dos tatuajes, uno con una calavera y dos rosas en el izquierdo y un tribal en el derecho. ¿A que no cuadra?. Se debe al anacronismo que supone unir los conceptos princesa y tatuaje y en parte también porque a la princesa de cuento, la de toda la vida, vamos, la tenemos muy estereotipada. Hoy en día las princesas pueden llevar tatuajes como si tal cosa sin que ningún príncipe se rasgue las vestiduras por ello. ¿Se me ha ido la olla?. Quizás un poco pero aunque no se lo crean toda esta tontería guarda relación con los barcos de cruceros; al menos con nuestro protagonista de hoy que no es otro que el Emerald Princess, el buque de la naviera Princess Cruises presente en nuestra ciudad el pasado lunes. Ya tenemos a nuestra «Princesa Esmeralda»; ahora sólo queda aclarar el asunto de los tatuajes.

(Foto: J. Daniel Díaz)

Pero vayamos por partes. Procedente de Southampton, el Emerald Princess llegó a los muelles herculinos pasadas las siete de la mañana en la que era su primera escala de su actual ruta, una travesía de una semana de duración con salida en el puerto inglés y paradas en tierras gallegas, Bilbao, Le Verdon (Francia), St. Peter Port (Isla de Guernsey) y regreso a Southampton donde se pondrá punto y final al viaje el próximo 14 de mayo. A la ciudad herculina llegaron a bordo del buque de la naviera Princess Cruises  unos 3.000 pasajeros que aprovecharon la jornada para efectúar las habituales excursiones por la urbe y sus alrededores.

(Foto: José Luís Porta)



Debutante en nuestra ciudad en mayo de 2014 el Emerald Princess, al igual que el resto de buques de su naviera no es un barco que se prodigue mucho por nuestra ría: Si su silueta nos resulta inequivocamente familiar es porque se trata de un integrante más de la Grand Class, una exitosa serie formada por 11 navíos iniciada en el año 1998 con la aparición del colosal Grand Princess. Las posteriores unidades se agrupan en varias subclases dependiendo de las modificaciones sufridas respecto al diseño original; así a nuestro protagonista de hoy se le clasifica dentro de la Crown Class junto a sus gemelos Crown y Ruby Princess. Varios de sus «primos hermanos» como el Ventura y el Azura son asiduos residentes del muelle de trasatlánticos coruñés.

El Emerald Princess durante su salida de la ciudad el pasado lunes.
(Foto: Manuel Candal)



Construído en los astilleros italianos Fincantieri de Monfalcone y puesto en servicio en el año 2007 el Emerald Princess es un buque de 113.561 toneladas de
registro bruto con unas dimensiones principales de  290 metros de eslora, 36 metros de manga, y un calado de 8 metros. En sus 15 cubiertas de pasaje el Emerald Princess tiene capacidad para 3.782 pasajeros en alojamiento máximo en
alguno de sus 1.557 camarotes de los que algo más de la mitad disfrutan
de balcón exterior. La tripulación está formada por 1.200 personas y el
buque está registrado en Hamilton (Bermudas).

(Foto: J. Daniel Díaz)





Y ahora voy con el asunto de los tatuajes; a principios de este año la naviera propietaria del buque que sale en las fotografías anunciaba a bombo y platillo que los navíos que componen su flota incorporarán una nueva imagen corporativa que consistirá en la adición del logo de la compañía pintado en la proa de cada barco. El inconfundible emblema de la naviera representa el rostro de una mujer (otras fuentes apuntan a que se trata de una sirena) con la melena ondeando al viento por la acción de la brisa oceánica. Fundada en 1965 la Princess Cruises incorporó su famoso logo tan sólo tres años después y éste se convirtió en todo un icono gracias a la exitosa serie de los 70 «Vacaciones en el Mar», que se desarrollaba a bordo del Pacific Princess, un barco de la compañía.

El famoso logo de la naviera  Princess Cruises pasará a tener ahora mayor protagonismo.



El cambio de imagen se produce tras el llevado a cabo por la compañía P&O, de la cual Princess Cruises es subsidiaria. A diferencia del que pretende realizar la naviera americana, que se puede interpretar más como una actualización de su imagen, en el caso de la P&O el cambio fue radical trocando el beige por el azulón en las chimeneas y sobre todo por la añadiendo una gran «Union Jack» pintada sobre las proas de sus naves. La nueva apariencia fue motivo de gran controversia por tratarse de una naviera con un amplio bagaje histórico y que llevaba más de 80 años siendo fiel a unos mismos colores. Princess Cruises sigue de esta manera la tendencia del sector en el que en los últimos años muchas compañías han optado por incorporar en los cascos de sus buques vistosos motivos decorativos dejándo de lado el tradicional aspecto exterior que tenían hasta ahora este tipo de naves. Ya ven que hasta las princesas son víctimas de los dictámenes de las modas.

P&O incorporó a finales de 2014 una nueva imagen exterior en sus buques que creó bastante polémica. Destaca sobre todo la enorme bandera británica pintada a proa.

 El primer buque en lucir el nuevo aspecto será el Majestic Princess, el futuro buque insignia de la compañía que actualmente se construye en Monfalcone (Italia) y que verá la luz en la primavera de 2017. El resto de la flota irá incorporando su nueva imagen de manera progresiva en los próximos meses de la misma manera que ocurrió con los barcos de la P&O, así que es muy posible que en la próxima visita que haga el Emerald Princess a A Coruña veamos a esta «princesa esmeralda» luciendo su nuevo tatuaje.



Imagen por ordenador del aspecto que tendrá el futuro Majestic Princess con la nueva estampa de la naviera.
(Fuente: Princess Cruises)

Volviendo al pasado lunes y tras pasar toda la mañana atracado en el corazón de la ciudad herculina, a primera hora de la tarde el Emerald Princess se hizo de nuevo a la mar poniendo proa hacia su siguiente destino, el puerto de Bilbao. De momento el buque de bandera bermudeña no tiene programadas nuevas visitas a A Coruña.

Rumbo a tierras vascas.
(Foto: José Luís Porta)

No quisiera terminar el post sin dar las gracias a todos los que en esta ocasión me han ayudado a ilustrar la entrada: Manuel Candal, J. Daniel Díaz y José Luís Porta.