Que a estas alturas del año se sigan produciendo escalas de cruceros en la ciudad es algo ya más que habitual. La marcada temporalidad que presentaban este tipo de tráficos hace unos años, con visitas sólo entre los meses de abril a septiembre, ha desaparecido y a día de hoy podemos ver cruceros con mayor o menor frecuencia durante todo el año. Lo que ya no es tan normal a estas alturas es que se produzca un doblete. Una doble escala vaya, circunstancia que se produjo este pasado domingo y que se repitió al día siguiente. En esta entrada resumiré el de la jornada dominical que estuvo protagonizado por los buques Hamburg y Seven Seas Voyager.

Procedente de la dársena de Bilbao el Seven Seas Voyager arribó al puerto coruñés minutos antes de las ocho de la mañana en la que era su segunda comparecencia del año en la ciudad herculina. En esta ocasión a bordo del lujoso navío propiedad de la Regent Seven Seas Cruises iban unos 700 pasajeros que estos días disfrutan de una singladura de 10 noches de duración con inicio en Southampton y escalas en Burdeos, Le Verdon, las dos paradas en los puertos españoles y posteriormente Leixoes, Lisboa, Cádiz y Barcelona. Habla de la exclusividad que ofrece esta naviera norteamericana el hecho de que un pasaje para este crucero costaba desde los 9.500 euros en la suite más asequible (a bordo sólo hay suites) hasta los casi 21.000 euros de la más cara.


 Con las primeras luces del día el Seven Seas Voyager iniciaba la maniobra de atraque.
(Foto: Carlos Rapela)

El Hamburg por su parte se lo tomó con bastante más parsimonia y hasta pasadas las 11 de la mañana no hizo su aparición en la ría herculina. Procedente de Saint Malo la nave germana gestionada por el touroperador Plantours atracó en el muelle de trasatlánticos por la popa del Seven Seas Voyager con casi 400 pasajeros a bordo, en su totalidad alemanes por ser éste el mercado en donde opera el navío.

Momento en el que el práctico sube a bordo del Hamburg.

Resulta complicado encontrar semejanzas entre el Hamburg y el Seven Seas Voyager más allá de mencionar la obviedad de que se dedican a un mismo cometido. Ni por tamaño (unas 40.000 toneladas frente a algo menos de 15.000) ni por diseño se pueden equiparar. Ni siquiera por el nicho de mercado que ocupan estando el Seven Seas Voyager orientado al segmento más exclusivo mientras que el Hamburg se sitúa en este sentido en un escalón inferior. En lo único que coincidieron ambos navíos este domingo fue en el rumbo que tomaron una vez partieron de aguas coruñesas, un rumbo sur con destino al puerto de Leixoes, así que dada la coincidencia voy a aprovechar la entrada de hoy para comentar algo más acerca de este destino portugués a buen seguro poco conocido para algunos lectores.

Hoy en el post ponemos rumbo al sur.

El puerto de Leixoes forma parte habitual de las rutas de los cruceros que se acercan a A Coruña; de hecho del total de escalas de barcos de pasaje que se producen cada año en nuestra ciudad, aproximadamente el 30% llegan o parten hacia este destino luso pero, ¿qué monumentos o lugares de interés hay en Leixoes?  Basicamente nada. Leixoes es simplemente una gran dársena situada en el municipio de Matosinhos con casi 5 kilómetros de muelles que para los buques de cruceros tiene un gran valor estratégico por su proximidad (apenas 4 kilómetros) a la bellísima ciudad de Oporto. El de Leixoes no es el único caso de puerto con gran actividad turística por cercanía a una urbe importante; el ejemplo más conocido en la industria crucerística a nivel europeo lo tenemos en el puerto de Civitavecchia, una pequeña localidad italiana de apenas 55.000 habitantes que recibe la friolera de 600 cruceros al año. El motivo es su proximidad a Roma (80 kilómetros) que lo convierten de facto en el puerto de la ciudad eterna.

Vista aérea de lo que es un día normal en el puerto de Civitavecchia, con hasta una decena de naves de cruceros atracadas en sus instalaciones.
)Foto: autor desconocido)

Esta estratégica situación ha hecho que el negocio de los cruceros se haya convertido en una de las principales puntas de lanza para el
puerto de Leixoes y que en tan sólo una década haya pasado de recibir  17.000 cruceristas en 2005 a
casi 80.000 en 2015 incrementándose el número de escalas
de buques de pasaje en el mismo período en un 70%. Y ahí no se queda la cosa: Las previsiones apuntan a que en 2018 el puerto luso podría alcanzar la cifra de 125.000 turistas llegados por vía marítima. En los últimos años la dársena de Leixoes ha reafirmado su apuesta por convertirse en una de las referencias entre los puertos atlánticos de la península con la construcción de nuevas e importantes infraestructuras; primero fue el nuevo muelle de cruceros, inaugurado en abril de 2011 y que cuenta con una longitud de 340 metros, suficientes para acoger a los principales gigantes del sector. Y en junio del pasado año se inauguró la nueva terminal de cruceros, un imponente edificio en forma de espiral capaz de acoger embarques o desembarques de hasta 2.500 pasajeros. El meteórico aumento en cifras de la dársena de Leixoes es uno de los motivos (aunque no el único) del descenso gradual que ha ido experimentando en los últimos años la dársena de Vigo en captación de este tipo de tráficos debido a que la cercanía de ambos puertos hace poco viable economicamente a las navieras el que sus barcos recalen en ambos puntos.

Las nuevas instalaciones del puerto de Leixoes, con el nuevo muelle y su espectacular terminal de cruceros atraen cada vez a más navieras en detrimento de otras opciones como la ciudad de Vigo.
(Fuente: Autoridad Portuaria de Leixoes)

Volviendo a la escala doble del pasado domingo y tras pasar los dos protagonistas buena parte de la jornada atracados en la ciudad, a media tarde comenzaron los preparativos para su partida. El primero en hacerlo fue el Seven Seas Voyager que unos minutos antes de las seis  zarpaba de las instalaciones coruñesas despidiéndose de la urbe coruñesa hasta el próximo año en el que una vez más y puntual a su cita nos volverá a visitar en un par de ocasiones, la primera de ellas al inicio del mes de junio.

El Seven Seas Voyager atracado en Leixoes.
(Foto: José Modesto)

El Hamburg por su parte permaneció en la ciudad una hora más y a las siete de la tarde puso pies en polvorosa siguiendo la estela del que fuera por unas horas su compañero de amarre y con el que se volvería a encontrar al día siguiente. El pequeño buque alemán culminó con su escala del pasado domingo su periplo anual en aguas del golfo ártabro que le ha llevado no sólo a visitar A Coruña nuevamente sino también a debutar en el vecino puerto de Ferrol el pasado mes de mayo.

2016 con marcado acento gallego para el Hamburg.

No quisiera terminar sin agradecer a mi amigo Carlos Rapela su colaboración en forma de fotos sobre la llegada del Seven Seas Voyager. También dar las gracias al gran shipspotter portugués José Modesto al que le he tomado prestada una foto para ilustrar este post. Desde aquí os invito a todos a que le echéis un vistazo a su estupendo blog donde nos cuenta con palabras e imágenes todas las novedades de barcos de cruceros que suceden junto a la desembocadura del Douro. Aquí os dejo el enlace: joseantoniomodesto.blogspot.com

 Salvo
las que así lo indiquen, las fotos de esta entrada han sido realizadas
por Diego Veiga. Por favor, respetad la autoría de todas ellas.