(Foto: Manuel Candal)

Prosigo con el relato de la visita a A Coruña de la Tall Ships Races 2012. En cada uno de los amarres valía la pena detenerse unos minutos para
observar con calma los mil y un detalles de estas leyendas flotantes cuyas
cuadernas guardan infinitas anécdotas e historias. Es el caso del
Pogoria, el bergantín de bandera polaca que se encontraba amarrado en la
cara interior del muelle de transatlánticos. Este velero construido a
principios de los 80 y gemelo de otro de los presentes en A Coruña, el
Iskra ORP, sufrió hace tres años un gran accidente cuando en ruta hacia
San Petersburgo se le rompieron dos mástiles por las uniones soldadas
además de quedarse sin máquina. los 37 jóvenes tripulantes fueron
rescatados por dos helicópteros de la guardia fronteriza finlandesa
mientras que la nave, con gran riesgo de hundirse logró ser remolcada a
Hanko (Finlandia).



Arriba: El buque Pogoria visto por popa.

Abajo: el barco polaco en aguas de la bahía coruñesa.

Algo similar le ocurrió a otros de los protagonistas de la regata, el Friedryk Chopin, que el 29 de octubre de 2010 quedó a la deriva a 100 millas de las Islas Scilly tras haber perdido dos mástiles debido a los fuertes vientos huracanados y a la mar gruesa reinante en la zona. En el momento del accidente a bordo del Friedryk Chopin iban 47 tripulantes, incluyendo 36 alumnos de 14 años pero afortunadamente no hubo que lamentar daños personales. El barco fue remolcado a aguas protegidas de la bahía de Falmouth por el pesquero Nova Spero, que respondió a la llamada de auxilio.


  

El Friedryk Chopin atracado en el muelle de transatlánticos. Abarloado a él 
se encuentra el Kapitan Borchardt y por estribor de éste el Zawisza Czarny
La foto está sacada desde la cubierta del Dar Mlodziezy.

 

Entre los colosos del mar uno de los que más interés suscitó fue el Guayas,
el buque escuela de la armada ecuatoriana, y realmente llamaba la atención por
muchos motivos; en su popa se podía ver ondear la enorme bandera de su país,
mientras que su atenta tripulación siempre amable y dispuesta a fotografiarse
con todo el que lo quisiera no dudaba en animar a la concurrencia en sus horas
libres incluso arrancándose a interpretar bachatas en la cubierta principal de la
nave.

Arriba: El Guayas, uno de los veleros que más miradas atrajo.

Abajo: Detalle del puente de mando del buque ecuatoriano.

Aunque si por algo destaca el Guayas es por su belleza, tanto en el exterior
como en su interior, con mil y un detalles que fotografiar. Destacar su
emblemática rueda de timón, en la cual se puede leer la inscripción “vencer o
morir”.

La rueda del timón del Guayas.

Otro de los buques que más
expectación levantaba a tenor de las colas que la
gente formaba para subir a bordo era el Cuauhtemoc, el buque de
entrenamiento
de la armada mexicana. Construido en el año 1981 este soberbio velero
apodado «el caballero de los mares» ha ganado
la Tall Ships Races en dos ocasiones. El buque mexicano es un
bergantín con aparejo de bricbarca con tres mástiles y 23 velas
repartidas (10 velas cuadras en los palos
mayor y trinquete y 13 velas de cuchillo), con un total de 2.368 metros
cuadrados de superficie vélica.

Tanto el Guayas como el Cuauhtemoc además de compartir protagonismo en los
muelles y ser los abanderados de dos países latinoamericanos comparten lugar de
nacimiento; ambos tienen genética española puesto que fueron construidos en los
astilleros Celaya de Bilbao formando parte de una serie de 4 buques destinados a las armadas de varios
países del nuevo continente. Los otros dos que también se construyeron en aguas
vascas fueron el Gloria colombiano y el Simón Bolivar venezolano y las 4 naves
siguen una disposición similar siendo fácil apreciar similitudes entre ambos
veleros que compartían un amarre muy próximo tan sólo separados por el británico Lord
Nelson
.

Arriba: El Cuauhtemoc se cruza en su salida con la patrullera P-74 Atalaya de la armada española.


Abajo: Saludo a la bandera a bordo del buque mexicano.



Quizás en un amarre no tan vistoso
como alguno de sus compañeros de clase y que no le hacía justicia se encontraba
uno de los veleros más bonitos de la gran flota que había llegado a la
conquista (pacífica) de la ciudad herculina. Les hablo del velero de bandera
holandesa Europa, cuya estampa rememora tiempos pretéritos cuando los piratas campaban a sus anchas (me refiero a los de la bandera con la calavera, que piratas desgraciadamente siguen existiendo en pleno siglo XXI).

Construido en ¡¡1911!!! En los
astilleros Stülcken & Sohn de la ciudad de Hamburgo el Europa funcionó
originalmente como buque-faro para la guardia costera alemana en el río Elbe
hasta 1977. En 1985 la nave, casi destruida en su totalidad por el abandono, es
comprada por un holandés y completamente restaurada para su uso como buque
escuela.

Más sobre la Tall Ships Races 2012 en la siguiente entrada…

De izquierda a derecha: Los mascarones de proa del Alexander Von Humboldt II 
y el Guayas (arriba) y del Cuauhtemoc y el Pelican of London (abajo), 
preciosos ejemplares pero…
…el premio al más sugerente se lo lleva sin duda el del Europa.