Para acabar con este reportaje especial sobre el triplete de barcos que protagonizó la histórica jornada del pasado jueves en los muelles herculinos hoy toca hablar del último de los componentes de trío, el más pequeño de los tres integrantes de esta particular flotilla pero no por ello menos interesante; les hablo del Le Soleal, al que las circunstancias (su hora de llegada y la presencia del portentoso Britannia) le hicieron pasar más desapercibido de lo que debiera.

Y es que si bien llevamos varios días hablando de la triple escala del jueves lo cierto es que realmente no fue un triplete al uso ya que las tres naves no llegaron a coincidir en ningún momento atracadas al unísono en los muelles. La culpa de ello fue del Le Soleal, que se presentó en A Coruña a una hora intempestiva e impropia de lo que suele ser habitual para una nave de estas características, todo ello motivado por las especiales características que atesora este buque y que le hacen también realizar unos itinerarios que se salen bastante de lo que es habitual.

La llegada del buque francés Le Soleal, propiedad de la naviera Ponant, se produjo a las cuatro y media de la tarde y cuando el Mein Schiff 1 ya había abandonado las instalaciones coruñesas; de hecho sus derrotas se cruzaron a la altura de los faros de Mera, lo que permitió a los afotadores apostados desde distintos lugares de la costa obtener una instantánea bastante inusual con dos naves de crucero surcando la bahía coruñesa en direcciones opuestas. El motivo de que el Le Soleal, que se estrenaba en la rada herculina con la escala de esta semana, llegara a una hora tan atípica se debió a que a primera hora de la mañana realizó una breve escala en otro puerto gallego más atípico aún. El puerto de Brens.

Le Soleal y Mein Schiff 1 se cruzaron en la ría a la llegada del buque francés.

Cee puede ser conocido por muchas cosas pero en lo tocante a tráfico de cruceros no tenía mucho que decir… hasta el año pasado. En 2014 esta villa costera situada en la ría de Concurbión, recibió por primera vez en su historia a un buque de pasaje cuando el Le Boreal (gemelo del Le Soleal) atracó por unas horas para permitir el desembarco de su selecto pasaje. Este año la experiencia se ha repetido con el Le Soleal, que atracó a primera hora de la mañana del jueves en el puerto de Brens para que la mayoría de sus pasajeros, todos ellos súbditos franceses, cogieran 4 autobuses rumbo a Santiago. Fue un visto y no visto porque menos de dos horas después de su llegada el buque francés tomaba «las de villadiego» rumbo a nuestra ciudad donde por la tarde recogería a los turistas desembarcados. Ni recepción a bordo ni fastos de ningún tipo; al menos los aficionados a la fotografía naval pudieron apostarse en algún punto privilegiado de la ría para fotografíar a este raro visitante.

La presencia del Le Soleal en la localidad de Cee, aunque breve, dejó bonitas instantáneas.
(Foto: Aquiles Garea)

No es fácil abrirse un hueco en este competitivo sector turístico y menos cuando tienes dos dársenas tan consolidadas en este tipo de tráficos como Vigo y A Coruña tan cerca, pero aunque la brevísima presencia del Le Soleal en Cee pueda parecer una simple anécdota quizás sea el primer paso (o el segundo si tenemos en cuenta la escala del año pasado) de un camino que con el transcurso del tiempo dará sus frutos. Quien sabe. De momento los pasajeros quedaron contentos y el capitán de la nave, Regis Daumesnil, destacó entusiasmado la belleza paisajística a la entrada de la ría con los Castillos del Príncipe y del Cardenal, y del entorno de Cabo Fisterra. En unos días Cee escribirá su capítulo tres en esto de los cruceros con la visita prevista del bellísimo velero Sea Cloud II a finales de este mismo mes.

Le Soleal fue protagonista en dos puertos gallegos en la misma jornada.

Vamos con unos cuantos datos de este pequeño y coqueto navío. Construído en los astilleros Fincantieri en su sede de la ciudad italiana de Ancona y botado en diciembre de 2012, el Le Soleal es un elegante y vanguardista buque de crucero de 10.944 toneladas de registro bruto que tiene unas dimensiones de 142 metros de eslora, una manga de 18 metros y un calado de 4´8 metros con un total de 6 cubiertas de pasaje y capacidad máxima para 264 huéspedes y 139 tripulantes. Estas cifras le otorgan un ratio pasajero-tripulante de 1.9, una de las cifras más bajas de toda la flota mundial, lo que habla a las claras de la exclusividad y el lujo que rodean a este barco. Su «callsign» es ITP0178 y está abanderado en Francia, concretamente en el puerto de Mata-Utu de las islas Wallis y Futuna, que es el segundo registro del país galo.

El Le Soleal presenta a popa una espectacular marina. Otro rasgo distintivo, su exótico puerto de registro: Mata-Utu.

El Le Soleal es el tercero de una serie de cuatro buques gemelos construídos en Italia para la naviera Ponant tras el Le Boreal y el L´Austral, ambos ya presentes en alguna ocasión en nuestra dársena. A diferencia de ellos el Le Soleal incorpora ciertas diferencias internas que le hacen ser un poco más grande que sus dos hermanos y un casco pintado en un tono gris más claro que el de sus dos unidades predecesoras. Una cuarta unidad se suma este 2015 a la familia; se llamará Le Lyrial.

Tras una jornada épica en la que los coruñeses pudimos disfrutar de una magnífica estampa en las inmediaciones portuarias, a primera hora de la tarde comenzó de nuevo el baile de maniobras en los muelles. Con el Le Soleal aproximándose y llegando ya a la altura de la Torre de Hércules, el Mein Schiff 1 comenzó la particular operación salida dejando libre el atraque que en unos minutos ocuparía la nave gala. Tras maniobrar con una agilidad pasmosa impropia de un objeto de su tamaño y en un espacio tan reducido el buque germano comenzó a avanzar lentamente y una vez superado el dique de abrigo aumentó su velocidad poniendo proa al norte rumbo al puerto de Southampton y cruzando su derrota a la altura de Mera con el pequeño Le Soleal.

El Mein Schiff 1 zarpó rumbo a Southampton.

Quedaba el plato fuerte de la jornada, la salida del que había sido la estrella del día  y bien que se notó que muchos coruñeses aguardaban con impaciencia a ver esta maniobra. A medida que se aproximaban las seis de la tarde, la hora prevista para el desatraque del Britannia, los principales puntos de observación de la costa se iban llenando cada vez más de curiosos ávidos de ver las evoluciones de este gigante por aguas de la ría. Nadie quedó defraudado con el espectáculo.

Con un navío fuera de lo común como éste estaba claro que la maniobra no podía ser como las demás y la despedida al Britannia se convirtió en todo un acontecimiento que será recordado por mucho tiempo. Apostados en el Parrote, los miembros de la Asociación Royal Green Jackets le dedicaron varias salvas de honor al buque inglés en cuanto éste se puso en movimiento, gesto que el «Master» del Britannia agradeció haciendo sonar varias veces los typhoons de su megaciudad flotante. Sobrepasado el Castillo de San Antón fueron dos remolcadores los que tomaron el testigo de los soldados rindiendo honores al Britannia con sus mangueras creando dos cortinas de agua al paso del gigantesco navío. De las muchas salidas de buques de este tipo que he ido a ver en todos estos años (y he visto unas cuantas) no recuerdo ninguna en la que se le hayan rendido tantos fastos a un buque durante su despedida, una despedida que más bien se trató de un hasta luego porque  no han de pasar muchos días para que volvamos a difrutar del espectáculo que es ver en movimiento o atracado en nuestros muelles a este orgullo británico que presume de serlo; será el próximo día 26 de este mismo mes y será también una escala con compañía, en este caso la del pequeño buque alemán Bremen.

Tras la brillante despedida brindada por los coruñeses el Britannia puso rumbo a su puerto base de Southampton.

Con la despedida del Britannia el grueso de la jornada crucerística  había tocado a su fín aunque aún quedaba un navío en puerto. El Le Soleal, escondido en su discreto amarre del muelle de Calvo Sotelo Sur, permaneció atracado varias horas más como queriendo que su presencia en la ciudad pasase desapercibida y no fue hasta bien entrada la noche, pasadas las 23:00 horas, cuando se puso de nuevo en movimiento para proseguir con su travesía tan especial. Próximo destino el archipiélago inglés de las Islas Scilly. Con su marcha se cerró definitivamente la jornada del 14 de mayo, un día que quedará marcado para siempre en las efemérides locales por la presencia de tres excepcionales navíos en puerto, el debut de dos de ellos y, sobre todo, el inicio de un idilio entre un barco llamado a ser leyenda, el Britannia y una bella ciudad en la que nadie es forastero y que siempre se muestra abierta a recibir a estos colosales visitantes. Todo un orgullo para los coruñeses y para todos aquellos que amamos los barcos.

Una instantánea que quedará grabada para siempre en la historia de nuestra urbe. 14 de mayo, el día en el que el Britannia visitó A Coruña por primera vez.
(Foto: Daniel Candal)

 Para finalizar este post especial de tres partes dedicado a este magnífico día que fue la jornada del pasado jueves quisiera agradecerles a mis amigos «afotadores»  Chencho, Daniel, Jose y Manuel la estupenda mañana que pasamos entre risas, encuadres y disparos fotografiando a los protagonistas del día y un especial agradecimiento a Daniel y Manuel Candal y a Aquiles Garea por las  sensacionales instantáneas aportadas para la elaboración de este reportaje.

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