(Foto: Manuel Candal)

Zafarrancho de combate. La del pasado 8 de mayo fue una jornada histórica en el puerto de A Coruña con la coincidencia de tres naves de crucero atracadas por espacio de varias horas. Fue un auténtico desembarco (literalmente) que en lugar de tomar las playas del Orzán y Riazor centró su objetivo en los muelles herculinos. Por suerte se trató de civiles; eso si de un número ingente de civiles como pocas veces se había visto antes en la ciudad. De golpe y porrazo los alrededores del puerto fueron tomados por un ejército de turistas llegados de diferentes partes del mundo pero que por fortuna venian en son de paz y que realizaron un despliegue por toda la zona portuaria y por algunas de las zonas más emblemáticas de la urbe. Las naves sincronizaron su «ataque», llegando de manera escalonada a las instalaciones portuarias y la primera andanada vino por parte alemana.

Lo hicieron con un arma contundente, el AidaBlu, que hacia las 6:30 horas llegaba a la bahía coruñesa procedente de Lisboa para quedar amarrado 30 minutos después en una inusual ubicacion para un barco de este tipo como es el muelle de Calvo-Sotelo Sur.

(Foto: Manuel Candal)

Es la primera visita del año de esta nave en nuestra ciudad tras la recalada hace ahora unas semanas de su gemelo AidaSol. El AidaBlu mantiene un particular idilio con A Coruña ya que desde su botadura en el año 2010 nos ha visitado ya seis veces contando esta última parada, deleitándonos siempre con su espectacular estampa remarcada por esos ojos y esa boca tan sugerentes que son la carta de presentación de este navío de 71.304 toneladas y de todos los representantes de la flota Aida Cruises. Algo «moscas» debian andar los alemanes porque durante muchas millas en su travesía hacia A Coruña desde su «retrovisor» no dejaba de verse un mancha blanca que lo seguia como un sombra.

Detalle de la chimenea del AidaBlu. A la izquierda de la foto se puede ver la 
gran pantalla de LEDS que el buque alemán tiene en la cubierta de piscinas.

Esa mancha blanca que seguia al AidaBlu era el Silver Whisper, que tras navegar practicamente en convoy con el navio germano llegó a las instalaciones portuarias media hora más tarde. Procedente de Portimao, el buque de la naviera Silversea maniobró lentamente y tras saludar al AidaBlu con unos cortos bocinazos quedó amarrado en un atraque más extraño todavia que el del buque de Aida; el muelle de Bateria, que pese a no tener una excesiva longitud fue suficiente para albergar de manera cómoda al más pequeño del grupo.

El Silver Whisper atracado en el muelle de Batería.

Con dos cruceros ya atracados en puerto, el muelle de transatlánticos permanecía vacío a la espera del principal protagonista del dia y el encargado de cerrar el terceto. La estrella del espectáculo siempre se hace esperar pero en este caso no hizo falta hacerlo por mucho tiempo.

Procedente de Gibraltar y tras dos jornadas de navegación, el Brilliance of the Seas llegó a la altura de la Torre de Hércules sobre las 8:30 horas y tras girar a la altura del Castillo de San Antón atracó dando atrás en el lugar reservado para las estrellas, el muelle de transatlánticos.

Aforo completo. Con las tres embarcaciones ya comodamente instaladas comenzó el ajetreo en los muelles. A los cientos de personas que bajaban por la escala del Brilliance una vez éste paró motores, se le sumaban los buses lanzadera que acercaban a los pasajeros del AidaBlu y del Silver Whisper a la terminal del muelle de transatlánticos. En total, la visita de estas tres ciudades flotantes trajo a A Coruña a un total de 4.490 cruceristas, 6.300 personas si sumamos también a las tripulaciones de las tres naves. Una cifra impresionante pero que no supera el récord del 14 de abril del 2011; en aquella ocasión la coincidencia en nuestro puerto del Independence of the Seas y el Oceana provocaron el desembarque de un total de 6.300 pasajeros.

Pese a dedicarse al mismo negocio, las tres embarcaciones constituyen un buen ejemplo de las diferentes maneras en las que se puede explotar una misma actividad.

Tres barcos. Tres maneras distintas de ver el negocio.
(Foto: Manuel Candal)

Por un lado tenemos la opción informal protagonizada por el AidaBlu. En este buque, al igual que en sus hermanos de flota, la apuesta es por un estilo desenfadado con una mayor libertad de horarios en la restauración y una variedad de actividades que incluyen algunas impensables en otro tipo de navieras como puedan ser el alquiler de bicicletas a bordo para descubrir las ciudades donde se hace escala a golpe de pedal o incluso la práctica del nudismo (si, si han leido bien) en una de sus cubiertas especialmente habilitada para ello. Si lo del nudismo les ha llamado la atención pueden leer algo más sobre el tema en esta otra entrada del blog que escribí con motivo de una de las visitas de este buque: AidaBlu al desnudo

El AidaBlu atracado en el muelle de Calvo Sotelo Sur con el  
Brilliance of the Seas al fondo.
(Foto: Manuel Candal)

En el otro extremo se encuentra la opción del Silver Whisper  y que se caracteriza por vender el lujo con mayúsculas. Quizás incluso la palabra se quede corta porque la naviera franco-italiana propietaria de este «susurro de plata»  ha reinventado este concepto en los viajes de placer por mar. A bordo del Silver Whisper todo cobra un nuevo significado; no existen los camarotes, sólo hay suites  todas ellas con vistas al mar y la gran mayoria con balcón privado, la cocina es sublime superando con creces a muchos de los más afamados restaurantes que podamos encontrarnos en tierra firme y el servicio está lejos de lo que se podría explicar con palabras; como dato objetivo acerca del mismo les diré que el ratio pasajero/tripulante del Silver Whisper es de 1.3, el más bajo en la industria crucerística.

La opción a caballo entre las anteriores podría ser la del Brilliance of the Seas que se acerca más a lo que podriamos denominar el crucero estándar salvo por el tipo de rutas que realiza habitualmente y es que no debe llevarnos a engaño el verlo por estas latitudes ya que gran parte del año se la pasa visitando lugares tan exóticos como los Emiratos Árabes.

  Más sobre la escala de estos tres colosos en el siguiente post…