El pasado lunes el puerto de A Coruña vio como se estrenaba en sus aguas el buque Marella Explorer 2. La casualidad quiso que su debut en tierras coruñesas tuviese lugar justo una semana después del estreno de su compañero de flota y muy similar (que no gemelo) Marella Explorer. Ambos buques pertenecen a la naviera Marella Cruises, nombre que para el pública en general quizás no resulte tan conocido como los Costa, MSC, Royal Caribbean o Carnival. Así al presencia en A Coruña de la mitad de su flota en apenas siete d´ías me da la excusa perfecta para comentar algunos detalles de esta naviera británica.

Una naviera con mucho pasado

Pese a que su nombre pueda resultar desconocido para el gran público (y ahora veremos por qué) Marella Cruises es todo un veterano del sector. Sus orígenes se remontan a la década de los 70 del pasado siglo y no con este nombre si no con el de Thomson Cruises. Thomson Travel Group se había convertido durante la década anterior en la empresa líder del mercado turístico británico llegando a tener su propia cadena de agencias de viaje y su propia aerolínea. Probar suerte en el mundo de los cruceros parecía un paso lógico.

En 1973 la marca inició sus pinitos en el mundillo crucerístico con el chárter de los buques Ithaca y Calypso de la Ulysses Lines para comercializar cruceros en el Reino Unido. Sin embargo, la «experiencia cruceril» resultó un desastre y tras 3 años se suspendió en 1976. Parte del fracaso se debió a los altos costes del combustible que convertía a los cruceros en antieconómicos. Nadie dijo que los comienzos fuesen fáciles.

A mediados de los 90 Thomson Cruises volvió a la carga. En 1995, viendo que a una de sus rivales, Airtours, le iba muy bien en el pujante mercado de los cruceros, decidió hacer un nuevo intento en un momento en el que los cruceros se hicieron más populares y accesibles. La fórmula utilizada volvió a ser la de sus inicios: charters de barcos ya entrados en años a precios populares. Sapphire (ex-Italia), Island Breeeze (ex-Transvaal Castle) o Calypso (ex-Southern Cross) fueron algunos de los emblemáticos buques que lucieron los colores de Thomson.

A propósito de Marella Cruises
The Topaz, uno de los navíos clásicos que operaba Thomson Cruises en régimen de chárter a finales de los 90. (Fuente: shipspotting.com)

TUI entra en escena

En el año 2000 Thomson Travel fue adquirida por el consorcio empresarial alemán Preussag AG, que dos años más tarde se rebautizaría como TUI AG. pese a ello la marca siguió ofreciendo cruceros en Reino unido manteniendo su nombre. La entrada de TUI supuso un soplo de aire fresco (y de dinero), lo que trajo una modernización de su flota, si bien seguían siendo unidades de segunda mano que eran desechadas por obsoletas de de otras compañías. Fueron los tiempos del Thomson Spirit (ex-Noordam) y del Thomson Celebration (ex-Nieuw Amsterdam).

A propósito de Marella Cruises
El Thomson Celebration saliendo de A Coruña en mayo de 2017. (Foto: Diego Veiga)

2015 supuso un cambio de tendencia. Ese año Thomson Cruises adquiría su primer barco en propiedad, el antiguo Splendour of the Seas, al que rebautizó como TUI Discovery y comenzando de esta manera una nueva nomenclatura para sus buques que fue tan controvertida como breve. Tan sólo dos a´ños después, en octubre de 2017, la compañía cambiaba de nombre; el «Thomson» se jubilaba tras 52 años y la naviera pasaba a denominarse Marella Cruises. Lo de «Marella» viene de un término celta que significa «mar brillante», algo que según comentan desde la naviera refleja el espíritu de exploración de la compañía. El renombramiento de la naviera fue algo más que un lavado de cara: Sus buques incorporaron una nueva y acertada imagen corporativa que dotó a la marca de una identidad más definida y su flota incorporó nuevas (bueno, más o menos) y modernas (también según se mire) unidades.

Los «nuevos» y «modernos» barcos de Marella Cruises

El entrecomillado no pretende ser irónico. En la actualidad la flota de Marella Cruises la componen 4 buques: el ya citado Marella Discovery (ex-Splendour of the Seas) y su gemelo Marella Discovery 2 (ex-Legend of the Seas). En este aspecto se nota la mano de TUI a la hora de bautizar a los barcos de manera tan original. Habiendo numerales, para qué pensar nombres nuevos. Tras la llegada del Discovery 2 en 2017, al año siguiente fue el turno del Marella Explorer, que no es otro que el antiguo Mein Schiff, primer buque de TUI Cruises y que a estas alturas de la película ya se les había quedado desfasado.

A propósito de Marella Cruises
Un buque de cruceros puede parecer otro cambiando unicamente sus colores corporativos. el antiguo Mein Schiff 1 (arriba) es ahora el Marella Explorer (abajo). (Foto: Diego Veiga)

En 2019 entró el que hasta ahora es la última incorporación de Marella Cruises, el antiguo Celebrity Century, y al que en un alarde de originalidad llamaron Marella Explorer 2. Aquí los números llevan a confusión porque en realidad en Explorer 2 es más viejo que el Explorer. Y ni siquiera son gemelos. El Marella Explorer 2 pertenece a la Century-Class, una serie de tres unidades construida a mediados de la década de los 90 para la Celebrity Cruises. Sobre la primera unidad construida, el Century (actual Marella Explorer 2) se hizo un rediseño en las dos siguientes unidades, que crecieron ligeramente en tamaño. Se bautizaron como Galaxy (1996) y Mercury (1997). El Galaxy es el actual Marella Explorer. Qué lío, ¿no?

Un explorador por llegar

Pues la vamos a líar más, oiga. Si la pandemia y sus consecuencias no trastocan los planes, Marella incrementará su flota con un nuevo buque, el actual Mein Schiff Herz (antiguo Mein Schiff 2) y que como muchos habrán podido adivinar es la tercera unidad de la Century Class que nos faltaba. La familia quedará así reunida de nuevo. Las previsiones apuntan a que el buque inicie su nueva etapa con los colores de Marella en 2023 y de momento no se ha anunciado su nombre, pero en un alarde de osadía me atrevo a apostar.

¿Marella Explorer 3, tal vez?

A propósito de Marella Cruises
Un miembro de la tripulación despide el post de hoy desde el alerón de babor del puente del Marella Explorer 2. (Foto: Diego Veiga)